Vegetación de la Región Eurosiberiana del Atlántico
El Bosque Caducifolio
Es la vegetación climática de esta región peninsular. Ocupa un espacio reducido y ha sido muy modificado por la intervención humana. Se define por ser denso y umbrófilo, con árboles de tronco recto y gran altura. El sotobosque (los arbustos y matorrales) es pobre. En el estrato herbáceo crecen helechos y hierbas tempranas. Las hojas son planas, blandas y caedizas. Durante el otoño se caen y en primavera se reinicia el crecimiento.
1. Formaciones primarias, especies climax
Domina una única especie arbórea, es decir, es un bosque monoespecífico.
- El roble exige humedad y temperaturas templadas, por esto ocupa las zonas más bajas, ya que tolera mal el frío. La especie más emblemática es el roble denominado «carvallo», un árbol silicícola que necesita humedad y temperaturas suaves. Se conserva en espacios reducidos sin llegar a formar grandes bosques. Se extiende preferentemente por Galicia, Asturias, norte de León y oeste de Cantabria.
- El roble albar, es más resistente al frío y a la sequía, y menos exigente en humedad. Se asienta sobre suelos calizos. Los bosques mejor conservados se encuentran en el País Vasco y Navarra.
2. Formaciones secundarias, introducidas por el ser humano
- El castaño es una especie importada del oriente europeo desde época romana. Se desarrolla sobre suelos silíceos en ambientes húmedos y templados, por lo tanto aparece en el área atlántica, aunque aparece en algunas zonas del ámbito mediterráneo. Es un árbol muy apreciado por su madera y por su fruto, la castaña.
- El pino es una especie de repoblación. Las pináceas son capaces de adaptarse a las distintas condiciones climáticas y tipos de suelos. En el área atlántica las especies más representativas son el pino resinero y el pino albar. Son especies de crecimiento rápido, rentables por el aprovechamiento de su resina y de su madera, pero presentan el grave inconveniente de los incendios.
- El eucalipto fue introducido en la Península, extendiéndose desde Galicia a toda la Cordillera Cantábrica. Se ha usado en la repoblación por su rentabilidad económica como materia prima para la producción de pasta de papel. Pero el eucalipto causa graves problemas, pues empobrece y acidifica los suelos.
Vegetación de la Región Mediterránea
El haya es un árbol atlántico muy exigente en humedad y que no tolera la aridez, si bien su resistencia al frío permite que se extienda como un árbol de montaña. Crece sobre cualquier tipo de suelos, aunque prefiere los calizos. Se desarrolla a lo largo de la Cordillera Cantábrica y el Pirineo. También aparece como árbol de montaña en latitudes más bajas.
El Matorral Atlántico: La Landa
Definición: Las especies más comunes son el tojo y el brezo, acompañadas de retama, piorno y herbáceas.
El Bosque Esclerófilo Mediterráneo
Caracterizado por agrupar especies que han desarrollado variados sistemas para adaptarse a la aridez. Sus hojas son perennes, pequeñas y endurecidas, cubiertas por una membrana que reduce al máximo la evaporación; el tronco es de corteza gruesa y las raíces son profundas.
1. Formaciones primarias, naturales
- La especie más significativa es la encina, en sus dos subespecies: «ilex» y «ballota» o «rotundifolia». El encinar es la formación vegetal más extendida de la Península. Su gran capacidad de adaptación permite que colonice zonas de precipitaciones mínimas y cualquier tipo de suelos. El sotobosque que acompaña al encinar es complejo, formado por coscoja, jara, lentisco, madroño y madreselva. Hoy parece que no persisten encinares climáticos.
- La dehesa es un bosque aclarado que combina el uso forestal con un aprovechamiento agrícola y pastoril. Se mantiene en las penillanuras salmantinas, extremeñas y algunas zonas de Sierra Morena. La dehesa más típica es la formada por la encina.
- El alcornoque es una especie silicícola, exigente en humedad y que no soporta bien los fríos inviernos. Su principal área de desarrollo corresponde al suroeste peninsular y Girona. Destaca el aprovechamiento de su corteza para corcho.
- El algarrobo y el acebuche son dos especies que complementan el bosque mediterráneo.
2. Formaciones secundarias, introducidas por el ser humano
- Los pinares son muy abundantes. Han sido introducidos en su mayoría por las personas. Los pinos típicamente mediterráneos son el pino piñonero y el pino carrasco. Ambos necesitan luz y calor. El piñonero se extiende por los arenales costeros desde Cataluña a Portugal y en los suelos silíceos del interior. El pino carrasco coloniza las tierras del este peninsular.
- El pino resinero es una especie de transición que ha visto favorecido su crecimiento como especie de repoblación debido al aprovechamiento de su resina y madera. Se extiende desde Galicia hasta Murcia.
Formaciones de Matorral Mediterráneo
Corresponden a un estudio regresivo del bosque mediterráneo provocado por la actuación humana. Con todo, el matorral ocupa una amplia extensión en el ámbito mediterráneo español.
- La maquia: definición de vocabulario. Está compuesta por madroños, brezos, jara, lentisco y retama.
- La garriga: definición de vocabulario. Los arbustos dominantes son la coscoja, la jara y otras plantas aromáticas como el romero, el tomillo y la lavanda.
- La estepa: definición de vocabulario, tales como el esparto, el palmito, el esparrago silvestre, espinos y olerosas como el tomillo.
Ceuta y Melilla
Ambos espacios comparten características de la vegetación mediterránea, si bien las especies naturales prácticamente han desaparecido, sustituidas por pinares de repoblación, como el de la colina de San Antonio (Ceuta) y el de Rostrogordo (Melilla).
Factores que Influyen en la Vegetación
Factor Posición
Esta posición ha favorecido el encuentro y el desarrollo de especies vegetales muy dispares. Tanto más si tenemos en cuenta las alternancias climáticas debidas a las glaciaciones puesto que provocaron las migraciones de especies de latitudes más elevadas y de otras procedentes del sur en la época posglaciar.
El Relieve y los Suelos
El relieve influye en la distribución de las plantas, primero, a través de la altitud. La montaña, además, introduce modificaciones entre la vertiente de barlovento y sotavento, y entre la vertiente de solana y la de umbría. La naturaleza de los suelos es otro condicionante destacado, ya que cada especie tiende a colonizar un tipo de suelo, existiendo, especies silicícolas, como el alcornoque, y especies calcícolas, como el roble albar.
El Ser Humano, la Acción Antrópica
La intervención del ser humano sobre el medio natural ha conducido a una modificación y un cierto deterioro de los paisajes vegetales. La deforestación se acompaña en las últimas décadas de una intervención positiva, pues las personas somos cada vez más conscientes de la necesidad de preservar el medio natural y conseguir un desarrollo sostenible.