La estructura agraria incluye cuestiones como las características de las explotaciones agrarias, el reparto de la propiedad de la tierra o el régimen de tenencia. La inmensa mayoría de las explotaciones agrarias en España corresponden a un titular persona física; por lo que puede afirmarse que se mantiene un claro predominio de las explotaciones familiares. Sin embargo, en las últimas décadas las explotaciones con titular persona jurídica han incrementado de forma significativa su número.
Regímenes de tenencia
Los datos relativos a los regímenes de tenencia ponen de manifiesto que la agricultura española continúa siendo de forma predominante una agricultura de propietarios (2/3 de las tierras cultivadas se mantienen en tenencia directa), aunque hay que resaltar la fuerte expansión vivida en las últimas décadas por el arrendamiento.
Técnicas de producción agraria
A partir de los años 60, las explotaciones agrarias españolas han experimentado importantes transformaciones debidas principalmente a la mecanización de la mayor parte de las labores agrícolas, a un uso notable de tertirizantes y productos fitosanitarios y a la incorporación de avances tecnológicos (cultivos bajo plástico, enarenados, riego por goteo, selección de semillas y razas ganaderas…). El índice de mecanización de la agricultura española (350 eVil 00 ha) muestra que el campo español está suficientemente tecnificado, e incluso en muchas ocasiones excesivamente tecnificado, dado que el pequeño tamaño de muchas explotaciones obliga a la adquisición de un mayor número de maquinaria agrícola, que gran parte del año está infrautilizada.
Políticas agrarias
La actividad agraria española se enfrenta desde hace años a importantes problemas: reducción del empleo agrario, envejecimiento de los propietarios de las explotaciones agrarias, reducida dimensión de las explotaciones, escasa competitividad de una buena parte de los productos, ingresos medios de agricultores y ganaderos inferiores a los del resto de los sectores, impactos ambientales (explotación del agua, contaminación de suelos y acuíferos…). Ante esta situación se desarrollan políticas agrarias para asegurar la viabilidad del sector.
Política agraria española anterior a la integración en Europa
Con anterioridad a la entrada en la UE, la política agraria española ha seguido varias líneas:
- El problema de la propiedad de la tierra se intentó solucionar con la desamortización llevada a cabo en el siglo XIX, que, sin embargo, contribuyó a concentrar la propiedad agraria en pocas manos. Tampoco tuvieron éxito los intentos de reforma agraria de la Segunda República.