1. Transformación de la Estructura Urbana: el Casco Histórico, las Áreas Expandidas y la Periferia
La configuración urbana de las ciudades españolas refleja su trayectoria histórica y los procesos de urbanización. En su diseño actual, estas ciudades muestran una complejidad que surge de su larga historia y las influencias culturales que han marcado su evolución a lo largo de los siglos.
El casco histórico, emblemático de la urbanización anterior a la era industrial, constituye un área de inmenso valor cultural y patrimonial. Presenta una estructura irregular, con callejones estrechos, y conserva elementos como murallas defensivas y edificios antiguos. La variedad de estilos arquitectónicos refleja las influencias culturales, desde la herencia romana hasta la arquitectura musulmana y cristiana.
Con la llegada de la era industrial, el casco histórico experimentó cambios significativos. Se llevaron a cabo reformas urbanas y la densidad de construcción aumentó, dando lugar a la construcción en altura. Los usos del suelo se especializaron más y la segregación social se hizo más evidente, con un aumento de actividades terciarias en la zona.
En contraposición al casco histórico, surgieron nuevas áreas urbanas como los ensanches burgueses, concebidos para satisfacer las necesidades de la clase alta. Estas áreas se caracterizaban por su orden y planificación, con calles anchas y edificios de estilo historicista. Los barrios obreros, en cambio, se desarrollaron para alojar a la mano de obra industrial, con viviendas de calidad inferior y pocos servicios.
La periferia urbana, en expansión constante desde el siglo XX, ha pasado por distintas etapas de desarrollo. Desde la expansión compacta posterior a la guerra hasta la actual dispersión urbana, la periferia ha evolucionado hacia una mayor extensión y conectividad, impulsada en parte por el crecimiento demográfico y la inmigración.
Los desafíos actuales de la estructura urbana incluyen la revitalización de áreas degradadas, la mejora de la accesibilidad y la gestión de la diversidad social y funcional. Las políticas de rehabilitación integral buscan abordar estos problemas, fomentando la conservación del patrimonio, la revitalización económica y la mejora de la calidad de vida en las ciudades españolas.
2. Análisis del Mapa de Inmigración
El mapa que examinaremos aborda un aspecto demográfico crucial en España: la inmigración extranjera. Antes de adentrarnos en los datos, es crucial señalar los elementos formales del gráfico. Presenta un mapa provincial de España titulado «Distribución de la población extranjera en España (2005)», mostrando los porcentajes de población extranjera en cada provincia, diferenciados por colores. Además, en el margen izquierdo se incluyen datos adicionales para una mejor comprensión del mapa.
Históricamente, España ha sido tanto un país emisor como receptor de migrantes. Desde finales del siglo XIX, los españoles emigraron a países como Suramérica y Europa en busca de mejores oportunidades económicas. Sin embargo, a partir de principios de los años setenta, esta tendencia cambió con el retorno de muchos emigrantes españoles y la llegada masiva de inmigrantes no españoles, especialmente a partir de 1995.
En 2010, España tenía una población total de 47.021.031 habitantes, de los cuales 5,7 millones eran extranjeros, representando el 12,16% de la población. La política migratoria española se basa en la cooperación con los países emisores, la selección de tipos de inmigrantes necesarios, la integración social y la lucha contra la inmigración ilegal.
La distribución de la población inmigrante muestra una preferencia por regiones con climas favorables y centros urbanos desarrollados, como Cataluña, Madrid, la Comunidad Valenciana, Murcia y las Islas Baleares, que tienen más del 15% de población extranjera. También se observa una migración hacia el interior y el norte debido a la saturación laboral en las zonas costeras.
En cuanto al origen de los inmigrantes, la mayoría proviene de la Europa comunitaria y de Iberoamérica, seguidos por África y Asia. La atracción hacia España se debe a las oportunidades laborales, la política migratoria de la UE, los vínculos culturales y el clima mediterráneo.
La inmigración tiene consecuencias demográficas, económicas y sociales. Contribuye al crecimiento demográfico, al PIB y alivia la carga del gasto público, pero también puede afectar negativamente a la competitividad, los salarios y generar tensiones sociales, como actitudes xenófobas y dificultades de integración.
En resumen, el fenómeno de la inmigración extranjera en España es multifacético, con impactos significativos en la sociedad, la economía y la política, y su comprensión requiere un análisis detallado de sus múltiples dimensiones.
3. Comentario sobre la Pirámide de Población de España y el País Vasco
Se nos presenta para comentar un gráfico conocido como «pirámide de población». En el eje horizontal se representan diferentes rangos de edad divididos en intervalos de cinco años. En el eje vertical se muestra el porcentaje de la población de cada grupo de edad, separado en mujeres a la derecha en color rosa y hombres a la izquierda en color azul. Esta pirámide de población corresponde a la población española en el año 2007.
La «pirámide de población» muestra una forma de urna o copa, lo que indica una población en regresión. El análisis revela una población envejecida, con un 15% de personas mayores de 65 años y una proporción joven del 18%, por debajo del estándar del 25% para considerarse joven. Además, se observa una leve predominancia masculina en edades tempranas, equilibrándose en la edad adulta y superando en número a las mujeres en edades avanzadas debido a su mayor esperanza de vida.
La estructura demográfica refleja fenómenos históricos y socioeconómicos. La disminución de la población masculina en los rangos más altos se atribuye a las pérdidas durante la Guerra Civil, mientras que la disminución en el rango de 65-69 años coincide con los años de posguerra y escasez. El baby boom de los años 60 y 70 impulsó un aumento de la población y la tasa de natalidad, seguido por un declive debido al acceso de la mujer al trabajo, la crisis económica y cambios en los valores sociales y la política anticonceptiva. El estancamiento en la natalidad desde el rango de edad de 5 a 9 años se debe en parte a la contribución de la población extranjera, que aumentó la natalidad en el país en años posteriores.
La situación demográfica de España refleja un modelo de transición típico de países desarrollados, con un crecimiento vegetativo del 0,63% y una baja tasa de fertilidad de 1,4 hijos por mujer, insuficiente para el reemplazo generacional. Más del 30% de la población depende de la población activa, lo que plantea desafíos para la sostenibilidad de los sistemas de cobertura social, como pensiones, educación y salud.
Para abordar estos desafíos, se han propuesto medidas como el aumento de la edad de jubilación, el copago sanitario y la ampliación de las ratios de alumnos por aula. La crisis financiera de 2012 exacerbó estas dificultades, evidenciando la necesidad de reformas estructurales para garantizar la sostenibilidad de los sistemas de bienestar social en España.
Crecimiento natural de la población:
o vegetativo resulta del balance entre los nacimientos y las defunciones. Se logra a través de la siguiente tasa:
CN= total de nacimientos – total de defunciones
Crecimiento real de la población:
resulta de sumar el crecimiento natural y el saldo migratorio. La tasa que se utiliza es la siguiente:
CR= CN (nacimientos-defunciones) + SM (inmigrantes-emigrantes)
Esperanza de vida:
relaciona el número de años vividos por todos los miembros de una población con el número de individuos que la componen. Tasa:
EV= Suma de los años vividos por los miembros de una población / Número de individuos de esa población
= media de años vividos
Envejecimiento de la población:
cuando el porcentaje de los ancianos es elevado, superando el 12% de la población total.
Saldo migratorio:
el saldo de migración resultante de:
SM= Inmigrantes-Emigrantes
Éxodo rural:
es una migración entre áreas rurales y urbanas con carácter definitivo o de larga duración. Su motivación principal es conseguir trabajo e ingresos más altos, junto con un mejor nivel de vida.
Población activa:
es el conjunto de personas de 16 años y más que suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios que están trabajando y reciben un salario (población ocupada) o que están disponibles y hacen gestiones para incorporarse a esta producción (población desocupada) en busca de empleo.
Población inactiva:
es la que no realiza un trabajo remunerado ni se encuentra disponible para desempeñarlo, como pensionistas, rentistas, estudiantes y personas dedicadas a las labores del hogar.
Ciudad:
es un concepto complejo que resulta de la combinación de varios criterios: algunos son cuantitativos como, por ejemplo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) que considera urbanos los municipios de más de 10.000 habitantes. Hay otros criterios cualitativos que definen la ciudad basándose en el criterio morfológico, funcional, sociológico y espacial.
Proceso de urbanización:
es la progresiva concentración en la ciudad de la población, las actividades económicas principales y las innovaciones, que posteriormente se difunden hacia su entorno.
Conurbación:
es una aglomeración urbana continua formada por el crecimiento paralelo de dos o más ciudades hasta unirse.
Área metropolitana:
es una aglomeración urbana formada por una ciudad principal y por varios municipios de su entorno, que mantienen importantes relaciones socioeconómicas. Suelen ser las que la ciudad central tiene por lo menos 50.000 habitantes y un 15% de los flujos económicos-sociales con los municipios de su entorno.
Área rururbana:
es el espacio rural dedicado, en la práctica, a usos industriales o urbanos. Junto a las actividades propiamente rurales, se suelen ubicar espacios propios de la ciudad como instalaciones deportivas, estaciones depuradoras de aguas residuales, autopistas, etc.
Megalópolis:
es una aglomeración urbana suprarregional discontinua, pero sin fracturas importantes, formada por la sucesión de diversos núcleos urbanos. Suele deberse al crecimiento de ciudades con tamaño y funciones distintas.
Plan General de Ordenación Urbana:
actualmente las autonomías se encargan de la planificación urbanística porque tienen competencias exclusivas sobre ordenación del territorio, urbanismo y vivienda. Su legislación debe ser seguida por los ayuntamientos, a quienes compete el planteamiento urbano. Los planes generales proyectan la ordenación integral de un municipio para un cierto número de años.