Transformación Urbana e Industrial en España: Siglos XIX y XX

Proceso de Urbanización e Industrialización: El desarrollo industrial español se inició al mismo tiempo que se producía la formación del estado liberal, en el siglo XIX. En estos momentos se produjeron los procesos desamortizadores (se liberó la propiedad y muchas tierras pasaron a la burguesía más adinerada, aunque no se mejoró la situación del campesinado ni se formó la tan deseada clase media campesina) y se inició un cierto desarrollo industrial. En la década de los 80, y coincidiendo con el periodo de la Restauración, España conocerá su despegue industrial. En estos momentos, Europa conoció grandes transformaciones conocidas como la Segunda Revolución Industrial, transformaciones que se debieron a: desarrollo de nuevas industrias, fuentes de energía como el petróleo y la electricidad, nuevos medios de transporte… Hacia los años 30 del siglo XX, las transformaciones las podemos apreciar en el proceso de urbanización y desarrollo de sectores industriales.

La Expansión Urbana

Conoció un crecimiento lento pero continuo. Canarias fue la región con mayor crecimiento real en este periodo. Las causas de este crecimiento lento se deben al mantenimiento de las altas tasas de natalidad y un fuerte descenso de la mortalidad. Las ciudades que más crecieron fueron Barcelona y Madrid, el lugar en el que se apreciaron más claramente las modificaciones en el espacio urbano. Concretamente, el crecimiento de la ciudad de Barcelona se confirmó a finales del siglo XIX en un modelo urbano europeo, para acoger la incesante llegada de inmigrantes y de otros barrios promocionados por la burguesía industrial, trazados en manzanas cuadrangulares y con unos edificios en que los arquitectos se esforzaron por plasmar el arte modernista catalán.

Industrialización

En España convivían dos mundos diferenciados: unas pocas áreas industrializadas en la periferia y una zona interior inmensa dedicada a actividades agrarias. Un detalle más detallado nos permite distinguir 3 áreas:

  • Área del interior: cultivos extensivos, cereales, resiste a la competencia extranjera gracias a un rígido proteccionismo.
  • Áreas periféricas industriales: producen para el mercado nacional porque sus altos costes y su baja productividad les impiden competir en los mercados internacionales y, por tanto, necesitan un rígido proteccionismo.
  • Áreas periféricas mediterráneas: producen productos hortofrutícolas. Canarias se especializará en la producción de tomates, plátanos, tabaco… productos de exportación que se ven beneficiados por el desarrollo de sus puertos.

Esta situación fue potenciada por la burguesía industrial española y el poder político fue incapaz de romper esta división entre la España interior agrícola atrasada y la periferia moderna capitalista. Tampoco España tomó el liberalismo económico como teoría para el desarrollo industrial. Los gobiernos se movieron en el dilema: proteccionismo o liberalismo.

Sectores Económicos: Minería e Industria

Minería

El desarrollo minero y el avance industrial se desarrollaron con rapidez. La producción de carbón aumentó de forma considerable para abastecer a la industria siderúrgica y al ferrocarril. La producción disminuyó y hubo que recurrir a la importación de la hulla inglesa, que resultaba más barata y de mejor calidad. La producción del hierro no solo se utilizó en las industrias españolas, sino que se exportó en grandes cantidades hacia Europa, lo que indica la debilidad del desarrollo industrial español.

Industria

La industria textil se concentró básicamente en Cataluña. Dominaba el mercado nacional, esto solo se explica en una región que carecía de las materias primas necesarias (algodón y carbón), por las medidas proteccionistas y por la reserva del mercado colonial. Durante la primera etapa de la Restauración, la industria textil catalana se mecanizó y sus importaciones de algodón se triplicaron. La pérdida de las últimas colonias españolas produjo una crisis en el sector, de la que se recuperó gracias a los pedidos de los países beligerantes durante la Primera Guerra Mundial. La industria siderúrgica se encaminó a la fabricación del hierro y el acero. Después de 1870, Vizcaya se convirtió en el centro industrial por su renovación tecnológica y por la inversión de capitales procedentes de la exportación del hierro. Por último, tenemos que señalar las nuevas industrias como la eléctrica y la química. La primera permitió la implantación de la electricidad en España. La segunda tuvo un importante desarrollo en Cataluña, ligado a la industria textil, y permitió una limitada industrialización en Aragón. La Restauración de España intenta unirse a la europea, pero no lo consigue, pues lleva años de atraso en su desarrollo por los bajos salarios de campesinos y obreros industriales.

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