Tiempo y Clima: Elementos, Factores e Influencias

Tiempo y Clima

1. Diferencias entre Tiempo y Clima

Con frecuencia se confunde el tiempo atmosférico y el clima de un lugar. El tiempo atmosférico a una hora determinada, por ejemplo, a las 12 del mediodía, viene determinado por la temperatura, presión atmosférica, dirección y fuerza del viento, cantidad de nubes, humedad, etc., registrados en el instante que se considera. Se comprende que el tiempo atmosférico cambia rápidamente por variar la temperatura, la presión atmosférica, etc. No hace la misma temperatura a las 12 del mediodía que a las 6 de la mañana.

Por otro lado, también puede decirse que Madrid, París y Caracas tienen el mismo tiempo en un momento dado, por ejemplo, un día con lluvia en las tres capitales da lugar a un mismo tiempo lluvioso. Sin embargo, es evidente que estas tres ciudades no tienen el mismo clima, ni siquiera parecido. Prueba de ello es la diferente vegetación que rodea a cada una de ellas: exuberantemente tropical en Caracas, abundante en bosques y praderas en París y más bien esteparia y reseca en Madrid.

Así pues, el tiempo traduce algo que es instantáneo, cambiante y, en cierto modo, irrepetible; el clima, en cambio, aunque se refiere a los mismos fenómenos, los traduce a una dimensión más permanente, duradera y estable.

De esta manera podemos definir el tiempo como «el estado de la atmósfera en un lugar y un momento determinados»; y el clima, «como la sucesión periódica de tipos de tiempo».

Por tanto, la mejor forma de abordar el análisis del clima sería a través del estudio de los tipos de tiempo, estableciendo sus características, sucesión y articulación habitual a través de las estaciones. En efecto, los seres vivos no perciben aisladamente los distintos meteoros. Según sople el viento o esté en calma, llueva o no, el sol brille o esté nublado, una misma temperatura ambiente será percibida de forma diferente por los organismos y producirá una vegetación también distinta. Sin embargo, para poder tener una visión completa de los climas a nivel del globo, no queda otra solución que analizar separadamente los elementos del tiempo.

Estableciéndose así los distintos climas a partir de los valores medios de la temperatura, presión atmosférica, dirección y fuerza del viento, cantidad de nubes, humedad, cantidad de lluvia, etc., registrados durante un período de tiempo muy largo, generalmente de treinta años. La utilidad del concepto de clima se debe a que, por ejemplo, la temperatura media de un lugar durante un período de treinta años es prácticamente la misma que durante otros treinta años distintos. Esto nos permite decidir si el clima de un lugar es frío o cálido. El registro continuo de los datos meteorológicos permite, igualmente, apreciar las posibles variaciones o cambios que se pudieran producir a la norma establecida para un determinado lugar.

2. Cómo Actúan los Elementos del Clima

La Temperatura

Es la cantidad de calor que posee la atmósfera, dependiendo de la energía que el Sol genere. La insolación se produce cuando la radiación solar es interceptada por algún objeto terrestre. Asimismo, el aire se calienta por la absorción de temperatura por los gases e irradiación de la energía solar absorbida por el suelo. La diferencia entre la temperatura máxima y la mínima se denomina amplitud térmica.

La Presión Atmosférica

Es la fuerza que ejerce la atmósfera en todas las direcciones, como consecuencia del peso de las capas superiores. Por eso, en las capas bajas el aire es más denso, característica que disminuye a medida que aumenta la altitud. La temperatura alta también hace que el aire sea más liviano y se eleve (baja presión). Pero donde reina el frío, el aire se vuelve más denso (alta presión). Un centro de baja presión se denomina ciclón y uno de alta presión anticiclón.

Los Vientos

Los vientos son corrientes de aire que se producen a partir de una diferencia de la presión atmosférica, que provoca un desplazamiento del aire desde las zonas de mayor a menor presión. Existen dos grupos principales: los planetarios, que cubren y se desplazan por grandes extensiones de la Tierra, y los vientos locales, que obedecen a condiciones topográficas particulares de cada lugar, por lo que afectan a menos terreno. El viento posee velocidad y dirección. La primera tiene que ver con la diferencia de presión entre dos áreas y la distancia existente entre ellas. Por ejemplo, si la distancia es grande y la diferencia de presión es muy baja, el viento será muy débil, y viceversa. Los vientos se mueven debido a los cambios de presión, los que dependen fundamentalmente de la temperatura. Cuando la atmósfera se calienta, sus capas más bajas lo hacen antes que las superiores, lo que provoca la dilatación del aire y este empieza a subir. Este fenómeno crea un flujo circular en que el aire y el calor interactúan. Los vientos pueden ser regulares y periódicos. Los primeros soplan constantemente en la misma dirección y, generalmente, con igual intensidad, como los alisios, que se mueven entre los trópicos y el Ecuador (estos son vientos planetarios). Los periódicos se presentan solo en ciertas épocas del año y con diferentes direcciones. Es el caso de los monzones, que afectan al Asia meridional.

La Humedad

La humedad del aire es la cantidad de vapor de agua presente en el aire, originada en la evaporación de este elemento desde los océanos, lagos y ríos. La cantidad límite de humedad que puede contener una porción de aire sin precipitar en forma de lluvia se llama punto de saturación. Existen dos tipos de humedad: la relativa y la absoluta. La primera corresponde al cuociente entre la parte de vapor de agua y la cantidad que podría llegar a contener sin precipitarse; la segunda es la cantidad de vapor de agua que abarca la atmósfera en un momento dado. Las más comunes formas de precipitación son: lluvia, granizo y nieve. Cada gota de lluvia está formada, a su vez, por millares de gotitas. Cuando estas gotitas incrementan su tamaño, adquieren un peso suficiente como para no flotar y lograr caer a la tierra. Dependiendo del clima, la lluvia puede ser una simple llovizna o un fuerte aguacero. La forma más común de precipitación helada es el copo de nieve, compuesto por muchos cristales de hielo hexagonales que se han congelado juntos, debido a un lento descenso de temperatura a menos 0ºC. Finalmente, el granizo es un grano blanco y opaco de hielo que puede medir entre 2 y 5 milímetros de diámetro y que, al caer al suelo, rebota. El granizo se forma por el ascenso de rápidas corrientes de aire que llevan vapor de agua que, al congelarse, caen por su propio peso.

Precipitación

La precipitación es el término con el cual se denominan las formas de agua en estado líquido o sólido que caen directamente sobre la superficie terrestre o de otro planeta. Esto incluye la lluvia, llovizna, llovizna helada, lluvia helada, granizo, hielo granulado, nieve, granizo menudo y bolillas de nieve.

Radiación Solar

La cantidad de radiación que emite el Sol durante los momentos de baja actividad se incrementó desde los años 70 en casi un 0,05 por ciento por década, según un estudio realizado por científicos de la NASA, que auguraron que la Tierra podría afrontar un sustancial cambio climático de continuar esta tendencia.

Evaporación

La evaporación es cuando el agua pasa de la fase líquida a la gaseosa. Los índices de evaporación del agua dependen de varios factores tales como la radiación solar, la temperatura, la humedad y el viento.

Nubosidad

Una nube es un hidrometeoro que consiste en una masa visible formada por cristales de nieve o gotas microscópicas suspendidas en la atmósfera. Las nubes dispersan toda la luz visible, y por eso se ven blancas. Sin embargo, a veces son demasiado gruesas o densas como para que la luz las atraviese, y entonces se ven grises o incluso negras. Las nubes son gotas de agua sobre polvo atmosférico. Luego, dependiendo de unos factores, sus gotitas pueden convertirse en lluvia, granizo o nieve.

3. Factores del Clima

La atmósfera, como capa continua que envuelve a la Tierra, tiene una movilidad constante que se conoce como circulación atmosférica. Pero una serie de factores influyen y modifican cada uno de los elementos del clima. Unos son de origen cósmico, es decir, dependen de la forma y posición de la Tierra en el espacio. Otros son de origen geográfico y dependen de los mares, montañas o zonas de la Tierra. La atmósfera impide que los rayos solares lleguen directamente a la superficie terrestre, así protege del calor de los rayos y del enfriamiento que hay en la noche. La latitud también influye en la climatología. Las temperaturas van en descenso del ecuador a los polos y el hemisferio sur es más húmedo y menos cálido que el norte. La misma cantidad de calor actuando durante el mismo tiempo elevará la temperatura del suelo aproximadamente el doble que la del agua. El suelo se calienta dos veces más pronto que el agua.

Las Precipitaciones

En climatología es de sumo interés el estudio de la humedad, ya que debido a ella se realizan las precipitaciones que tienen consecuencias biológicas. De todos los fenómenos meteorológicos, la lluvia es la de mayor importancia para la superficie terrestre y la vida del hombre. De la cantidad y el régimen de precipitaciones dependen la descomposición de las rocas, la formación de suelos, la erosión, etc. El agua contenida en el aire se renueva de forma permanente, ya que siempre tiene que conservar un grado de humedad. El aire puede absorber mayor cantidad de vapor de agua cuanto mayor sea su temperatura, la evaporación del agua contenida en el mar, en los lagos o ríos, formando las lluvias. Las precipitaciones sólidas, nieve o granizo, se producen cuando la masa del aire es inferior a cero grados. Las precipitaciones se pueden producir por convección, cuando una masa de aire cálido se enfría al elevarse formando una masa nubosa que, al saturarse de humedad, origina lluvia.

Temperaturas y Regímenes Térmicos

La mayor parte de los fenómenos del clima se deducen de la distribución de las temperaturas del aire para cualquier estudio climatológico. Las variaciones geográficas de la distribución de las temperaturas medias se reflejan en los mapas de isotermas. Sobre el globo terráqueo se han establecido las isotermas anuales, lo que permite conocer los rasgos generales de la distribución de las temperaturas. Por ejemplo, la comparación de las temperaturas de enero y julio, los meses más extremados, da una idea bastante exacta de la amplitud térmica y sirve para establecer los regímenes térmicos.

La Latitud

La latitud influye sobre el clima. Debido a encontrarse en el trópico, Venezuela posee un clima cálido y lluvioso en general, pero debido a la orografía, los vientos y el mar, hay diferencias climáticas. La latitud tiene poca importancia, pero la altitud cambia drásticamente el clima, especialmente la temperatura, alcanzando valores muy diferentes, como se menciona a continuación:

  • Tropical: desde el nivel del mar hasta 800 msnm. La temperatura media anual ronda de 22 a 29 °C. Un ejemplo de este clima son las ciudades de Maracaibo (árido), Barquisimeto y Valencia (semiárido).
  • Intertropical cálido de montaña: entre 800 a 1.500 msnm (media anual de 18 a 22 °C). El clima propio de Caracas, San Cristóbal y Los Teques.
  • Intertropical templado de montaña: entre 1.500 a 2.800 msnm (entre 14 a 18 °C). Ejemplos son la ciudad de Mérida y el pueblo de la Colonia Tovar.
  • Clima de Páramo: por encima de los 2.800 msnm. Las temperaturas son entre 0 a 14 °C. Ejemplo serían los pueblos de San Rafael de Mucuchíes y Apartaderos.
  • Clima Helado: en los picos de más de 4.700 msnm en donde reinan las nieves perpetuas, las temperaturas están por debajo de 0 °C.

Altitud

Puede considerarse el de mayor importancia a la hora de modificar el clima en Venezuela. A medida que aumenta la altura de un lugar, es decir, los metros sobre el nivel del mar, la temperatura se hace más fría. Por eso podemos en la playa sentir gran calor mientras que en las alturas de los Andes la temperatura es muy baja. Eso es lo que quiere decir este enunciado sobre el clima: «a mayor altura menor temperatura».

Las Masas de Agua

Por ser menos compactas que la tierra, la irradiación de calor es más lenta y mantiene el calor por más tiempo. Esto permite que las zonas aledañas a ellas tengan temperaturas un poco más elevadas que las regiones que están lejanas a ellas.

Agentes Exógenos y Endógenos

Agentes Exógenos

Son aquellos procesos que modifican la superficie terrestre. Los procesos exógenos son: transportación, sedimentación y erosión. Los procesos exógenos se producen por la acción de los agentes atmosféricos (como el viento, los cambios de temperatura, la lluvia y el hielo) sobre las rocas; es decir, estos procesos comprenden a aquellos que se originan en el exterior de la corteza terrestre. Incluyen cuatro tipos de fenómenos: la meteorización (es decir, la descomposición y la desintegración de las rocas), la erosión (o desgaste de los relieves), el transporte de los materiales erosionados y su acumulación o sedimentación en otras áreas.

Procesos Endógenos

La formación de grandes cadenas de montañas, la erupción de un volcán o un temblor de tierra, por ejemplo, son el resultado de los procesos que tienen lugar en el interior de nuestro planeta. Estos procesos, llamados endógenos, originan nuevas formas de relieve o transforman las existentes. El interior de la Tierra está formado por una serie de capas concéntricas que son, de adentro hacia fuera, el núcleo, el manto y la corteza terrestre. La corteza terrestre está dividida en bloques o fragmentos que se denominan placas. Estas placas flotan sobre la capa superior del manto y se mueven en distintas direcciones, como consecuencia del movimiento de los materiales que las conforman. El choque de dos placas produce fuerzas de sentido contrario, que provocan el plegamiento y el ascenso de los materiales acumulados en los bordes de las placas. Así se formaron los grandes arcos montañosos de nuestro planeta. Los procesos que dan origen a grandes cadenas de montañas reciben el nombre de orogénesis. Las zonas de plegamiento son áreas muy inestables, debido a que los materiales se siguen acomodando en búsqueda de equilibrio. De allí que sea frecuente que en esas zonas ocurran terremotos o movimientos sísmicos o que también se produzcan erupciones volcánicas.

Importancia de la Geosfera

Su importancia es que hay que tratar de mantener las condiciones de las geosferas, ya que si alguna sufre un deterioro lo suficientemente importante, la característica de la Tierra de ser el único planeta con vida conocido se perdería, ya que el deterioro de una sola de las geosferas haría que existiera un desequilibrio total en la Tierra, razón por la cual las condiciones actuales que favorecen al desarrollo de la vida en ella se perderían.

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