Aragón y Extremadura
El latifundismo español tiene su origen en un proceso histórico que se remonta a la Edad Media y que se consolidó con la desamortización en el siglo XIX. La pequeña propiedad o minifundio reúne sólo el 10,5% de la tierra y al 53,2% de los propietarios. Predomina en Galicia, Cantabria, Asturias y provincias de Castilla y León. Tradicionalmente el latifundio se ha asociado a una agricultura extensiva y se contraponía al minifundio, con una agricultura intensiva.