LA NATALIDAD
La natalidad es el número de nacimientos que se producen en una población en un momento determinado. Un indicador de la natalidad es la tasa bruta de natalidad (TBN), que mide el número de nacimientos en un año por cada mil habitantes. Una tasa de natalidad igual o superior al 25% se considera alta, y por debajo del 15%, baja. El descenso progresivo de la tasa de natalidad se inicia en España en la segunda mitad del Siglo XIX. Este descenso continúa en la actual centuria pero de una forma más lenta, situándose la tasa de 2014 en el 9,17%. La caída de la tasa de natalidad se corresponde con un menor número de hijos por mujer, el llamado índice sintético de fecundidad, que ha pasado de 2,9 en 1970, a 1,32 en 2014. El índice de fecundidad actual (1,23) impide el relevo o reemplazo generacional, que para que se produzca debe ser igual o superior a 2,1 hijos por mujer, y causaría un decrecimiento de la población si atendemos sólo a su movimiento natural. En la década de 1970, todas las Comunidades Autónomas tenían garantizado el reemplazo generacional; hoy, ninguna de ellas. Factores de distinta naturaleza explican esta evolución de la natalidad en nuestro país: – Los cambios sociales y culturales. El cambio de valores de estilo de vida ha influido decisivamente en el descenso de la natalidad. Uno de los cambios más importantes de las últimas décadas y que más ha incidido en la natalidad ha sido el papel de la mujer en la sociedad. Un alto porcentaje de mujeres en el mercado laboral y, para muchas jóvenes, la nupcialidad y la maternidad no son sus objetivos prioritarios, sino ocupar un puesto de trabajo, para lo que dedican más años a su formación y cualificación. Por este motivo, retrasan la edad a la que se estrenan en la maternidad, que ha pasado de 28 años en 1980 a 32 en la actualidad. Además, la generalización del uso de métodos anticonceptivos también influye en el hecho de que para muchas mujeres es difícil conciliar la vida laboral y familiar. – La situación económica. La manutención y el deseo común de dar a los hijos la mejor educación y calidad de vida posibles requiere un gran esfuerzo económico (un hijo cuesta entre 100000 y 300000 euros), por lo que se tiende a tener menos hijos, sobre todo cuando la coyuntura económica es desfavorable. Desde finales de la década de 1990 hasta el inicio de la crisis económica en 2007, la buena situación económica de la que parecía disfrutar España sirvió para estimular la natalidad e impulsó a numerosos extranjeros a establecerse en el país. Como resultado, aumentó el número de nacimientos. La posterior crisis económica ha colocado al mercado laboral español en una situación precaria, muchos inmigrantes han regresado a sus países de origen y muchos jóvenes españoles han emigrado al extranjero en busca de mayores oportunidades, reducíéndose así la población en edad de tener hijos. – Factores demográficos estructurales. Como consecuencia de la crisis de natalidad en las dos últimas décadas del Siglo XX, el número de mujeres en edad fértil (de 15 a 49 años) ha descendido.
2.2. LA MORTALIDAD
La mortalidad es el número de defunciones que se producen en una población en un momento determinado. Un indicador de la mortalidad es la tasa bruta de mortalidad (TBM), que mide el número de defunciones en un año por cada mil habitantes. Una tasa de mortalidad superior al 15% se considera alta, y por debajo del 10%, baja. La mortalidad, tanto la de carácter catastrófico como la estructural, inició su descenso a finales del Siglo XIX. Esta drástica caída de la mortalidad que ha experimentado nuestro país se ha debido a la combinación de varios factores: – Mejor alimentación de la población. Las mejoras técnicas aplicadas en la agricultura permitieron incrementar la producción y que las personas tuvieran acceso a los alimentos a unos precios razonables. – Avances en medicina (como el descubrimiento de la penicilina) y en la detección y prevención de enfermedades, así como el acceso de la población a la sanidad pública. – Mayor higiene, tanto privada (personal) como pública (alcantarillado, recogida de basuras, agua corriente…). – Disponibilidad de más recursos económicos por parte de la población, que suele llevar consigo una mayor calidad de vida y un mayor gasto en cuidado personal y salud. Todos estos factores también han conseguido que la población sea más longeva, España tiene una esperanza de vida al nacer de las más altas que existen en el mundo. En España, en la actualidad la mortalidad es del 8,48% (con el COVID-19, a partir de 2020 es de 10,40%). Hoy, las principales causas de mortalidad son las enfermedades cardiovasculares (la primera entre las mujeres), el cáncer (la primera entre los hombres) y las enfermedades del sistema respiratorio y del sistema nervioso (alzhéimer). De seguir a este ritmo se calcula que el envejecimiento de nuestra población provocará un aumento de la tasa de mortalidad en los próximos años y, por primera vez, el número de defunciones superará al de nacimientos. LA ESPERANZA DE VIDA Un concepto directamente relacionado con la mortalidad es el de esperanza de vida al nacer, el número medio de años que se espera que viva una persona en el momento de su nacimiento. La esperanza de vida de los españoles estaba en torno a los 35 años; a finales de la centuria supera ligeramente los 80 años, convirtiéndo la población española en una de las más longevas. Hasta ese momento, la diferencia aumentaba o se manténía debido a una mayor mortalidad masculina asociada a una combinación de factores biológicos, estilo de vida y
conductas de riesgo. Pero, la diferencia en la esperanza de vida por sexos ha disminuido. EL CRECIMIENTO NATURAL VEGETATIVO El crecimiento natural o vegetativo es la diferencia entre el número de nacimiento y el de defunciones que se producen en un lugar y en un momento determinados (normalmente un año). Un saldo positivo indica que la población crece, y un saldo negativo, que disminuye. En 2014, el saldo vegetativo de España resultó positivo, pero fue el saldo más bajo desde el año 2000. Fue negativo en algunas Comunidades Autónomas. El comportamiento demográfico no es igual en todo el país. En los últimos años, las zonas demográficamente más dinámicas son las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, Murcia y su área metropolitana, Illes Balears, Andalucía y Cataluña, País Vasco y Navarra. Las zonas menos dinámicas se localizan en el norte peninsular: Asturias, Galicia, Castilla y León y Cantabria. En ellas, la natalidad es muy baja, y registran las tasas de mortalidad más altas del país, es decir, que pierden población. Esto responde a la importante emigración de jóvenes en los años sesenta y setenta como consecuencia de la crisis de los sectores económicos tradicionales en los que se apoyaban las economías de esta zona, lo que explica que en la actualidad cuentan con menos personas en edad de tener hijos y sean las poblaciones más envejecidas.
8.Problemas de la vida en la ciudad 8.1.Problemas medioambientales
-El microclima urbano: La ciudad, sobre todo el centro, tiene una temperatura
ligeramente superior a la de su entorno. Esta diferencia se debe a estos factores: Las ciudades tienen una mayor capacidad para captar radiación solar durante el día, que expulsan por la noche. La acumulación de dióxido de carbono y otros gases, provocan el smog. La diferencia de temperaturas entre el centro y la periferia urbana puede ser de 5 grados o más. -El elevado consumo de agua. Las ciudades que acogen numerosa población y muchas actividades económicas, tienen una elevada demanda de agua. En España, de media, el suministro urbano es de unos 250 litros por persona y día. Para hacer frente a este problema se han puesto en marcha tres tipos de estrategias: Reducir el consumo promoviendo la conciencia medioambiental y el uso de tecnologías ahorradoras de agua. Depurar las aguas de forma que se puedan verter a los ríos. Aplicar medidas para evitar la contaminación de las aguas. -Los residuos urbanos: En las ciudades españolas, sus habitantes generan una media
de 470 kg de residuos al año, se desarrollan planes de gestión de los residuos, que incluyen: La recogida y el tratamiento de los residuos. La implantación de vertederos controlados. La recogida selectiva y el reciclaje. -La concentración de micropartículas: Las micropartículas flotan en la atmósfera y tienen un tamaño diminuto. Causan muchas enfermedades respiratorias y favorecen las enfermedades cardiovasculares y tumores. Las micropartículas pueden ser originadas por la naturaleza o por el ser humano, en este caso debido a la combustión de hidrocarburos en centrales térmicas, transportes, calefacciones o incendios forestales.
8.2.La congestión del tráfico. El crecimiento difuso de las ciudades, el incremento de las rentas de los ciudadanos y la deslocalización hacia la periferia de actividades económicas explican la mayor utilización del transporte, y en particular del transporte privado. El resultado es un
aumento del tráfico con diversas consecuencias: Elevados gastos, tanto para los usuarios como para las Administraciones. Pérdida de tiempo en los desplazamientos a causa de los atascos. Alta siniestralidad. Elevada contaminación, especialmente por las altas emisiones de CO2. Gran consumo energético. Notable contaminación acústica. Para hacer frente a este problema los ayuntamientos toman medidas para controlar y
reducir el tráfico de vehículos privados, a la vez que fomentan el transporte colectivo.
8.3. Problemas sociales: El precio del suelo y de la vivienda. En España hay una escasa tradición de la vivienda en alquiler. La mayor parte de los ciudadanos prefieren residir en viviendas de su propiedad. Hoy, algo más del 80% de los españoles lo hace. Los precios de los alquileres son altos. Los compradores se ven obligados a un elevado endeudamiento. Una parte de la sociedad, especialmente los jóvenes y los ancianos, con bajos ingresos, los parados y los inmigrantes encuentran serias dificultades para adquirir una vivienda, incluso para pagar su alquiler. La población se reparte en barrios según su nivel de rentas o su capacidad adquisitiva, de forma que los espacios urbanos reproducen las diferencias sociales.
EL FUTURO DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA -LA PROYECCIÓN DEMOGRÁFICA DEL INE En la proyección realizada por el INE para el periodo 2015-1064, destacan los siguientes datos: España perderá población. 5,6 millones menos hacia 2064, que obedecerá principalmente al progresivo aumento de la mortalidad y a la disminución de la natalidad, superando el número de fallecidos al de nacidos. El saldo vegetativo será negativo y la inmigración no logrará compensarlo. – Se agudizará el envejecimiento demográfico. El porcentaje de personas con más de 64 años respecto al del actual 18,2%, al 24.9%. – La esperanza de vida al nacer seguirá en aumento. Se espera que dentro de 50 años la esperanza de vida sea de unos 91 años para los varones y de casi 95 para las mujeres. – Se incrementará la tasa de dependencia como resultado de la progresiva disminución de la población joven y el aumento de la población mayor. EL PROBLEMA DEL ENVEJECIMIENTO Y SUS CONSECUENCIAS Una de las mayores preocupaciones de los gobiernos es el gasto público. Cada vez hay más personas de 65 y más años de edad, están aumentando los gastos públicos en pensiones y en prestaciones de protección social, al tiempo que la tasa de dependencia se incrementa. El
reciente retraso en la edad de jubilación en España, de los 65 a los 67 años para 2027, es una medida que pretende mantener más tiempo el número de cotizaciones que financian las pensiones y retrasar el cobro de estas. Cada vez más se generan puestos de trabajo destinados a atender a los más mayores, mientras que al disminuir la población joven se necesitan menos escuelas infantiles y centros de enseñanza y, en consecuencia, menos personal docente en estos niveles.
TIPOLOGÍA DE ESPACIOS URBANOS Según su tamaño y desarrollo en España se diferencian estos espacios urbanos la ciudad el área metropolitana y la conurbación. La ciudad consta de un centro histórico o casco antiguo, unos barrios y distritos adyacentes y una periferia. El centro histórico núcleo o casco antiguo suele tener un plano irregular. En él suelen diferenciarse 3 zonas: -Un área monumental que conserva los restos arquitectónicos del pasado es una zona que poco poblada por las molestias que ocasiona el intenso tránsito de visitantes y por qué las actividades económicas que se establecen en ella están orientadas a atender las necesidades de los visitantes. -El distrito central de negocios CBD la población residente abandone esta zona y sea ocupada por edificios de oficinas y de paso sedes empresariales tiendas exclusivas etcétera.
-Una zona de gradada empobrecida habitada por personas mayores y grupos sociales marginados o de inmigrantes recién llegados que no disponen de recursos suficientes para
vivir en un barrio mejor. -Los barrios y distritos adyacentes: El barrio es la unidad básica de la ciudad y esa constituido por un número importante de manzanas, con un pasado común y una dotación de servicios
básicos. -La periferia la forma en los espacios situados en las afueras que están edificando y que aún no tienen las carácterísticas de un barrio. En la periferia pueden haber incluso, polígonos industriales. Los ensanches surgen como el modelo de crecimiento de la ciudad de acuerdo con las nuevas ideas de la sociedad liberal. La población de estas se irá trasladando progresivamente al ensanche atraída por la mejor calidad de vida que ofrecía.
EL ÉXODO RURAL Los movimientos migratorios interiores comenzaron a ser importantes a partir del último tercio del Siglo XIX, impulsados por los cambios sociales y económicos que trajo la Revolución
Industrial y la mejora de los transportes. La superpoblación de las zonas rurales, la crisis agraria y la incipiente mecanización de ciertas tareas agrícolas, empezó a generar un sobrante de mano de obra en el campo, propiciaron el inicio de un intenso éxodo rural, es decir, un abandono masivo del campo por parte de la población campesina para dirigirse a las ciudades españolas de reciente industrialización, al mismo tiempo que otros emigraban al extranjero. Las principales regiones emisoras de esta emigración fueron Galicia, las dos Castillas, Cantabria, Navarra, Andalucía y el litoral levantino, y las regiones receptoras, el País Vasco,
Cataluña y Madrid. Las principales zonas mineras: Asturias, Vizcaya y Sierra Morena y sus estribaciones, así como las capitales provinciales. La crisis económica tras el crack del 29, la posguerra y el régimen autárquico del franquismo frenaron el éxodo rural, que cobró nuevo impulso en la década de 1950 y alcanzó su auge en los años sesenta y principios de los setenta. En esta etapa, entre las regiones que registraron mayor emigración estaban Extremadura y Andalucía, y las que recibieron más población fueron las grandes urbes tradicionalmente receptoras y las capitales provinciales del litoral mediterráneo y el valle del Ebro y las ciudades
turísticas de la costa peninsular mediterránea, Baleares y Canarias (en estos años se inició el turismo de masas).
COMPOSICIÓN POR ACTIVIDAD ECONÓMICA POBLACIÓN ACTIVA, INACTIVA Y TASA DE DEPENDENCIA La población activa es la que está en edad de trabajar. La componen la población ocupada, es decir, la que tiene un empleo, y la desocupada, que es la que lo busca de forma activa. La tasa de paro expresa el porcentaje de población desocupada con relación a la población activa que hay en un lugar en un momento determinado. Esta tasa se ha incrementado mucho desde el comienzo de la crisis económica de 2007, cuando era del 7,95%. Tras seis años de subidas consecutivas, en 2013 súperó el 26%. El año 2014 cerró con una tasa del 23,7%. Aquellas personas que estando en edad de trabajar no quieren o no pueden formar parte del mercado constituyen la población inactiva. Son las personas que trabajan en el hogar sin remuneración,
los estudiantes, los jubilados o los que tienen una incapacidad laboral. La tasa de dependencia, según aumenta esta tasa, aumenta la carga para la población activa, que tiene que mantener a un número mayor de “no productivos”.