Sistemas de Transporte en España: Redes, Competencias y Desafíos Territoriales

Transporte por Carretera

Las carreteras conectan distintas poblaciones, por lo que constituyen una infraestructura clave para la accesibilidad del territorio.

Las competencias sobre la red están repartidas:

  • La red estatal enlaza los principales núcleos del país y se comunica con la red internacional.
  • La red autonómica cubre la movilidad intrarregional.
  • Las diputaciones se encargan del acceso a los municipios.

Presenta un diseño predominantemente radial, con centro en Madrid y ejes hacia los principales puertos y ciudades de la periferia, aunque tiende a mallarse en ciertas áreas, como en el corredor mediterráneo.

Las características técnicas son variadas, distinguiendo entre:

  • Vías de gran capacidad: autopistas y autovías.
  • Vías de menor capacidad: carreteras nacionales y otras.

El tráfico se concentra mayoritariamente en la carretera, al permitir el transporte puerta a puerta.

Existen desequilibrios territoriales en la densidad de la red y la intensidad del tráfico. La densidad de la red es mayor en las comunidades autónomas más dinámicas económicamente. La intensidad del tráfico es más elevada en las vías de gran capacidad, sobre todo en los corredores del Mediterráneo y del Ebro, y en los primeros 60-80 km de las carreteras radiales desde Madrid.

La integración con la Unión Europea se potenciará mejorando las comunicaciones con Francia y Portugal.

Las actuaciones medioambientales se centran en reducir la contaminación mediante:

  • Fomento del transporte colectivo.
  • Uso de motores eficientes.
  • Renovación de vehículos antiguos.
  • Uso de biocombustibles.
  • Impulso del automóvil eléctrico.

Transporte Ferroviario

El ferrocarril, principal medio de transporte entre la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, ocupa actualmente una posición secundaria.

Las competencias sobre la red ferroviaria son mayoritariamente estatales (infraestructura gestionada principalmente por ADIF y servicios operados por RENFE, entre otros). Las comunidades autónomas gestionan algunas líneas metropolitanas, locales y regionales.

Se compone de tres redes principales:

  • La red convencional: para velocidades inferiores a 200-250 km/h, con un diseño mayoritariamente radial desde Madrid hacia las principales ciudades de la periferia. Desde ésta se abren ramas que componen la red secundaria y complementaria.
  • La red de alta velocidad (AVE): equipada para velocidades superiores a 250 km/h. En la actualidad, cuenta con más de 3100 km en servicio, siendo una de las más extensas del mundo.
  • La red de vía estrecha (anteriormente FEVE): se encuentra principalmente en la cornisa cantábrica y en otras regiones específicas.

La red de alta velocidad cuenta con las mejores prestaciones técnicas. El resto de la red, aunque se ha modernizado en parte, todavía presenta tramos con características mediocres.

El tráfico de viajeros y mercancías es, en general, inferior a la media europea. El tráfico de viajeros es rentable en las líneas de cercanías (conexión periferia-centro urbano) y ha crecido significativamente en las líneas de alta velocidad, que compiten eficazmente con el avión en muchas rutas. El tráfico de mercancías se centra en productos pesados y de gran volumen, pero su volumen total es escaso en comparación con la carretera.

Existen desequilibrios territoriales, correspondiendo la mejor dotación y servicio a las zonas económicamente más dinámicas y a los corredores principales.

La integración ferroviaria con la Unión Europea se potenciará con la progresiva adopción del ancho de vía europeo (UIC) en nuevas líneas y la adaptación de las existentes.

Las actuaciones medioambientales se centran en:

  • Conseguir una mejor integración paisajística de las infraestructuras.
  • Electrificar la red para reducir emisiones.
  • Disminuir el efecto barrera de las vías.

Transporte Marítimo

Este modo de transporte se beneficia de la gran longitud del litoral español y de su estratégica posición geográfica (cruce de rutas Atlántico-Mediterráneo y Europa-África).

Las competencias sobre los puertos de interés general del Estado están asignadas a las distintas Autoridades Portuarias, coordinadas por el organismo público Puertos del Estado. Las comunidades autónomas gestionan numerosos puertos de menor tamaño, muchos de ellos dedicados exclusivamente a actividades pesqueras o deportivas.

Las características técnicas de los puertos españoles son dispares: algunos, como los de Algeciras, Valencia o Barcelona, cuentan con excelentes infraestructuras y equipamientos de nivel mundial, mientras que otros necesitan mejoras significativas para aumentar su competitividad.

El tráfico presenta grandes contrastes:

  • Tráfico de viajeros: Se concentra en las rutas entre ambos lados del estrecho de Gibraltar (especialmente Algeciras-Ceuta/Tánger) y en las conexiones interinsulares y con la península de los archipiélagos balear y canario.
  • Tráfico de mercancías: El tráfico interior (cabotaje) se dedica principalmente a transportar derivados del petróleo y otros graneles entre puertos nacionales. El tráfico internacional tiene una enorme importancia, pues concentra la mayor parte (en volumen) de las importaciones y exportaciones españolas. En la actualidad, crece especialmente el tráfico de mercancía general, sobre todo la transportada en contenedores.

Existen desequilibrios importantes entre puertos, dependientes de las ventajas competitivas de cada uno (ubicación, especialización, infraestructuras, conexiones terrestres).

Se busca consolidar la integración en las redes de transporte exterior, aprovechando y potenciando la posición de España como plataforma logística internacional en el sur de Europa.

Transporte Aéreo

Ha experimentado un rápido desarrollo en las últimas décadas. Las causas principales son:

  • El crecimiento de la renta per cápita.
  • La liberalización del sector y la expansión de las compañías de bajo coste (low cost).
  • El aumento de la demanda turística, profesional y de negocios.

Las competencias están repartidas: el Estado, a través del gestor aeroportuario Aena (empresa pública mayoritaria), controla los aeropuertos de interés general (la práctica totalidad de los aeropuertos con tráfico comercial significativo). Las comunidades autónomas pueden gestionar otros aeródromos de menor entidad o tener competencias en la promoción de rutas.

La red aeroportuaria española cuenta con numerosos aeropuertos. Sigue una estructura mayoritariamente radial y jerárquica: el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas funciona como hub (centro de interconexión principal), con vuelos directos a casi todos los aeropuertos españoles y a los principales destinos internacionales.

Las características técnicas son dispares. Algunos aeropuertos, como Madrid-Barajas o Barcelona-El Prat, cuentan con excelentes y modernas instalaciones y servicios, mientras otros tienen capacidades más limitadas.

El tráfico presenta grandes contrastes:

  • Tráfico de pasajeros: Es muy competitivo en las distancias largas (intercontinentales y europeas) por su rapidez y comodidad. En las distancias medias y nacionales sufre una creciente competencia de la alta velocidad ferroviaria.
  • Tráfico de mercancías: Es relativamente escaso en volumen total (comparado con el marítimo o la carretera) debido a su elevado coste, centrándose en mercancías de alto valor, urgentes o perecederas.

Existen desequilibrios territoriales en el tráfico aéreo. Mientras Adolfo Suárez Madrid-Barajas actúa como un hub principal, el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat funciona como un importante semi-hub o centro secundario, con un fuerte componente de tráfico punto a punto y conexiones europeas.

La integración aérea con la Unión Europea se promueve activamente, incluyendo todos los aeropuertos de interés general en la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T).

Las actuaciones medioambientales se centran en mitigar el impacto acústico en el entorno de los aeropuertos (mediante procedimientos operativos como las «aproximaciones verdes», planificación territorial, etc.) y en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

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