El Sistema Urbano Español
La organización del sistema urbano español se articula en torno a diversos subsistemas:
La Franja Cantábrica
Integra los subsistemas costeros vasco, asturiano y el cantábrico, este último con prolongación hacia Navarra, La Rioja y la meseta.
El Valle del Ebro
Un subsistema monocéntrico, caracterizado por el tamaño de la metrópoli regional y la debilidad de sus ciudades.
El Corredor Mediterráneo
En el litoral este, este eje reúne subsistemas que se extienden a lo largo de la costa. Es el más dinámico y con mejor conexión al sistema europeo. Se compone de:
- Subsistema catalán: Monocéntrico por la importancia de Barcelona.
- Subsistema valenciano: Monocéntrico jerarquizado con Valencia como metrópoli regional.
- Subsistema murciano: Con dos ciudades principales, Murcia y Cartagena.
Los Ejes Andaluces
La zona meridional de la península se organiza en torno al subsistema urbano andaluz, dividido en dos ejes: el litoral y el valle del Guadalquivir.
El Interior Peninsular
En el centro peninsular se está formando la región urbana madrileña, con el área metropolitana de Madrid como núcleo. Su importancia y dimensiones la convierten en un sistema monocéntrico. En el subsistema de Castilla y León, Valladolid, como metrópoli regional, organiza las ciudades más próximas.
Los Ejes Insulares
- Subsistema balear: Palma de Mallorca, bien conectada con Barcelona y el subsistema catalán, destaca por su especialización en actividades turísticas.
- Subsistema canario: Marcado por la bipolaridad de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. Un sistema de aeropuertos con conexiones internacionales impulsa el turismo europeo.
Las Ciudades Españolas en el Contexto Europeo
El sistema urbano europeo se caracteriza por una gran región que se extiende por varios países y altamente desarrollada: el Pentágono, delimitada por Londres, París, Milán, Múnich y Hamburgo. Estudios recientes sobre el sistema urbano europeo señalan la necesidad de aumentar la importancia de ciudades como Valladolid o A Coruña.
Las Migraciones Interiores
Las migraciones interiores, movimientos de población dentro de las fronteras del país, se dividen en dos modalidades: tradicionales y actuales.
Migraciones Tradicionales
Se dieron entre el último tercio del siglo XIX y la crisis económica de 1975, con un volumen muy elevado. Su principal motivación fue laboral, protagonizadas por jóvenes con baja cualificación. Las corrientes migratorias se dirigieron del campo a las grandes ciudades.
Migraciones Estacionales y Temporales
Tuvieron su auge entre el último tercio del siglo XIX y la década de 1960, con intención de retorno. Se trataban de desplazamientos a otras áreas rurales para labores agrarias o a la ciudad en épocas de menor actividad agrícola.
Éxodo Rural
Entre finales del siglo XIX y 1975, motivado por la búsqueda de mejores trabajos e ingresos. Los emigrantes procedían de Galicia, el interior peninsular y Andalucía, y se dirigieron a Cataluña, el País Vasco y Madrid.
Fases del Éxodo Rural:
- Finales del siglo XIX – 1930: Volumen moderado, causado por el exceso de mano de obra en el campo, la mecanización incipiente y el auge de las obras públicas durante la dictadura de Primo de Rivera.
- 1931 – 1950: Estancamiento debido a la crisis económica de los años treinta, la Guerra Civil y la posguerra. La industria redujo su oferta laboral y el franquismo promovió la permanencia de la población en el campo.
- 1951 – 1975: Mayor volumen, impulsado por el crecimiento demográfico, la crisis de la agricultura tradicional por la mecanización y el boom del turismo.
- Desde 1975: Declive por la crisis económica y la pérdida de atractivo de las áreas industrializadas. Las políticas de desarrollo rural y la implantación de servicios e industrias en el medio rural contribuyeron a reducir el éxodo.
- Actualidad: Valores muy bajos, aunque con posibilidad de incremento en los próximos años.
Consecuencias de las Migraciones Tradicionales:
- Vaciamiento del interior en beneficio de la periferia y Madrid.
- Elevación del índice de masculinidad y envejecimiento de la población rural.
- Rejuvenecimiento de la población urbana.
- Subida de precios del suelo, viviendas y servicios en las ciudades.
- Problemas de asimilación de los emigrantes al pasar de una comunidad rural a una urbana.
- Abandono de ecosistemas tradicionales en las zonas emigratorias.