Los ríos peninsulares
Los ríos peninsulares están condicionados por diversos factores que influyen en su caudal y en la organización de las cuencas y vertientes hidrográficas.
Factores que influyen
- El clima tiene gran influencia. Las precipitaciones determinan el caudal de los ríos y sus variaciones. Las temperaturas colaboran a la mayor o menor evaporación del agua.
- El relieve y la topografía influyen en la organización de las cuencas y vertientes hidrográficas; en la erosión de los ríos, que aumenta con la inclinación del terreno; y en las obras hidráulicas, que se ven favorecidas por la topografía abrupta aunque, por esta misma razón, su construcción resulta cara.
- La litología determina el predominio de la escorrentía superficial o subterránea del agua.
- La vegetación aminora la evaporación, la erosión y el riesgo de inundaciones.
- La acción humana realiza obras para el abastecimiento de agua y la regularización de los ríos.
El caudal y el régimen fluvial
El caudal
Se define como la cantidad de agua que pasa en un segundo por un punto dado del río. Se mide en m3/seg en estaciones de aforo instaladas en diversos puntos de su curso. El caudal relativo es la relación entre el caudal medio anual y la superficie de la cuenca. El caudal experimenta variaciones:
- A lo largo del recorrido del río: el tramo con mayor caudal suele ser la desembocadura.
- A lo largo del tiempo: el caudal puede presentar irregularidad anual, con crecidas o estiajes más o menos acusados.
El régimen fluvial
Es la variación estacional del caudal de un río. Depende de la distribución de las precipitaciones y de la importancia de la precipitación nival. En función de ambas se distinguen:
- Los ríos con régimen nival: su caudal máximo se da a finales de la primavera o en verano, con el deshielo.
- Los ríos con régimen pluvial: solo dependen de las precipitaciones.
- Los ríos con régimen mixto: pueden ser nivo-pluviales o pluvio-nivales.
Las cuencas y vertientes hidrográficas
La cuenca hidrográfica
Es el territorio cuyas aguas vierten a un río principal y a sus afluentes. Las cuencas se caracterizan por los rasgos siguientes:
- Se encuentran separadas por divisorias de aguas formadas por las cumbres de los relieves montañosos que las delimitan.
- Dentro de la cuenca, las aguas circulan por un cauce o lecho cóncavo, con disminución de la pendiente entre el nacimiento y la desembocadura.
- Los ríos de una cuenca conforman una red que se organiza jerárquicamente desde los subafluentes y afluentes hasta llegar al río principal.
La vertiente hidrográfica
Es el conjunto de cuencas cuyas aguas vierten en el mismo mar. En la península existe una gran disimetría entre las vertientes atlántica y cantábrica. La causa es la inclinación de la meseta hacia el oeste a partir del sistema ibérico.
- Los ríos de la vertiente cantábrica son cortos, ya que nacen en montañas cercanas a la costa. Tienen gran fuerza erosiva. Los ríos cantábricos son caudalosos y de régimen bastante regular. Aprovechando estas circunstancias y la topografía abrupta, se han construido pantanos destinados a la producción hidroeléctrica.
- Los ríos de la vertiente atlántica son largos, al nacer cerca del Mediterráneo y desembocar en el Atlántico. Su fuerza erosiva es escasa. Su caudal es abundante, y su régimen es irregular. Presentan estiaje en verano y crecidas con las lluvias de otoño y primavera.
- Los ríos de la vertiente mediterránea, excepto el Ebro, son cortos, dado que nacen en montañas próximas al mar. Erosionan violentamente las laderas deforestadas. Su caudal es escaso y muy irregular. Presentan acusado estiaje y pueden sufrir crecidas catastróficas en otoño. Como consecuencia, ha sido necesario construir embalses para regularizar el caudal y abastecer de agua a los núcleos de población, a la agricultura y a la industria. En la vertiente mediterránea son también frecuentes los torrentes, cursos intermitentes que solo llevan agua cuando llueve. Gran parte del año sus cauces o ramblas se encuentran secos.
Los lagos, humedales y acuíferos españoles
Los lagos
Los lagos son masas naturales de agua, dulce o salobre, acumuladas en zonas deprimidas. Las lagunas tienen menor tamaño. Según su origen se distinguen dos tipos de lagos: endógenos y exógenos.
Lagos endógenos
Están originados por fuerzas del interior de la tierra:
- Los lagos tectónicos se forman en terrenos hundidos por la acción de pliegues o de fallas, como la laguna de La Janda en Cádiz.
- Los lagos volcánicos se alojan en el cráter de un volcán apagado, como los del Campo de Calatrava en Ciudad Real.
Lagos exógenos
Están originados por fuerzas externas, como la acción del hielo, el agua o el viento.
- Los lagos glaciares se forman en las cubetas excavadas por el hielo en el circo del glaciar, como los lagos de Sanabria en Zamora.
- Los lagos kársticos se alojan en las cubetas creadas por la disolución de la caliza o del yeso, como las lagunas de Ruidera en Castilla-La Mancha.
- Los lagos endorreicos son el tipo de lago exógeno más extendido en España. Se forman en zonas áridas o semiáridas donde las escasas aguas no tienen fuerza para llegar al mar y se acumulan en zonas deprimidas, como las lagunas manchegas de las Tablas de Daimiel.
- Los lagos eólicos ocupan depresiones excavadas por la acción del viento sobre materiales blandos, como los closes del Ampurdán.