Regiones Biogeográficas de España y su Vegetación

Las Regiones Biogeográficas de España

Las formaciones vegetales se disponen en comunidades. El conjunto de comunidades forma el paisaje vegetal de un área.

El Paisaje Vegetal del Clima Oceánico

Corresponde a la región floral eurosiberiana. Sus formaciones vegetales típicas son el bosque caducifolio, la landa y el prado.

El bosque caducifolio está constituido por árboles altos con tronco recto y liso, con hojas grandes que caen en otoño. Los árboles más característicos son el roble y la haya. En el sotobosque crecen helechos y musgos, en un ambiente sombrío causado por las copas de los árboles.

El haya requiere mucha humedad y tolera mejor el frío que el calor; es un árbol de montaña que, aunque puede crecer en suelos silíceos, prefiere los calcáreos. Su crecimiento es muy lento. Su madera es muy dura y de buena calidad. Se encuentra sobre todo en la Cordillera y el Pirineo navarro.

El roble no soporta los veranos calurosos, soporta muy bien el frío y requiere menos agua que el haya; se sitúa en cotas más bajas que esta. Su madera es muy dura. Los bosques de robles más importantes se encuentran en Galicia y en la Cordillera Cantábrica.

El castaño es una formación vegetal secundaria que ha ido ganando terreno al roble. Se aprovechan su fruto y su madera. A lo largo del tiempo han ido desapareciendo extensas áreas de bosque caducifolio.

La landa es una vegetación densa de matorral. Sus especies más abundantes son el brezo, el tojo y la retama. Es la degradación del bosque caducifolio. Suele usarse para los animales y como abono.

El prado es una vegetación herbácea que ocupa grandes extensiones en los paisajes oceánicos. Tiene un importante aprovechamiento ganadero.

El Paisaje Vegetal de Clima Mediterráneo

Sus formaciones vegetales son el bosque perennifolio y el matorral (la maquia, la garriga y la estepa). Estas formaciones xerófilas (adaptadas a la aridez) se han adaptado a la sequía estival.

El bosque perennifolio tiene árboles de mediana altura con tronco no grueso, rugoso y con hoja perenne. Sus ramas proyectan sombra sobre el suelo y evitan la transpiración y la insolación. Los árboles más característicos son el alcornoque y la encina.

El alcornoque necesita inviernos suaves, cierta humedad y suelos silíceos. Su madera es muy dura y se usa para la fabricación de toneles y barcos. Su corteza se utiliza para la obtención de corcho.

La encina es el árbol más extendido del clima mediterráneo. Es resistente a la sequía y se adapta a todo tipo de suelos. Su fruto, la bellota, es alimento para el ganado. Los bosques de encinas mejor conservados están en Sierra Morena, Extremadura y Sierra de Guadarrama.

El pino es una formación vegetal secundaria, adaptada a condiciones extremas de frío, calor, humedad y sequía. Se ha extendido rápidamente por su gran aprovechamiento económico. El bosque perennifolio también ha ido reduciendo su extensión. Actualmente se intenta conservar este bosque con el sistema de la dehesa, que consiste en aclarar el bosque de encina y de alcornoque y combinar el aprovechamiento de su fruto, su madera y la leña, con la agricultura y el pastoreo.

El matorral es resultado de la degradación del bosque por la acción humana. Presenta tres variedades:

  • La maquia: Formación arbustiva de más de dos metros de altura, muy densa y casi impenetrable. Sus especies son la jara y la retama.
  • La garriga: Formada por arbustos y matorrales de poca altura que dejan algunas zonas sin cubrir. Sus especies incluyen tomillo y romero.
  • La estepa: Hierbas bajas entremezcladas con arbustos espinosos bajos. Especies: tomillo, palmito, espartal, espárrago.

El Paisaje Vegetal de Ribera

Se da en las riberas de los ríos, con más humedad. Solo pueden vivir aquí ciertas especies que se disponen en franjas paralelas al río, en contacto semipermanente con el agua.

Los bosques de ribera están formados por especies como el aliso, el sauce, el chopo, el álamo, el fresno y el olmo. Junto a los bosques crecen juncos y matorrales como la zarzamora o los rosales salvajes. Este bosque también ha reducido su extensión por la acción humana, por la extensión de los cultivos o por las canalizaciones de agua. Esta ha sido una grave pérdida por el impacto ecológico que ha producido un aumento de la erosión, un mayor riesgo de inundaciones y un aumento de las temperaturas.

El Paisaje Vegetal de Montaña

En la montaña, la vegetación se dispone en pisos. Las especies varían en función de la altura y de la orientación.

La montaña alpina o pirenaica, representada por los Pirineos, tiene cuatro pisos vegetales:

  • El piso basal: incluye encinas y robles.
  • El piso subalpino: tiene coníferas como el abeto, el pino negro y el pino silvestre.
  • El piso alpino: dominio del prado que tiene que soportar hasta 7 u 8 meses cubierto de nieve, lo que impide el crecimiento de plantas de mayor tamaño.
  • El piso nival: En las zonas donde la nieve se mantiene todo el año no hay vegetación.

El resto de las montañas peninsulares no tienen piso subalpino. Se distinguen:

  • El piso basal: ocupado por el clima donde se sitúe.
  • El piso supraforestal: con pequeños arbustos.
  • La cima: en la zona atlántica encontramos prados, y en la mediterránea, matorral.

El Paisaje Vegetal de Canarias

Es de una riqueza enorme. Tiene un origen mediterráneo pero tiene influencia africana y del Atlántico sur. En las islas con relieve montañoso encontramos los siguientes pisos:

  • El piso basal: Zona muy árida. Predominan los matorrales como el cardón y la tabaiba.
  • El piso intermedio: Hay un descenso de las temperaturas y un aumento de las precipitaciones. Encontramos palmeras y dragos.
  • El piso termocanario: La vegetación se adapta a las nieblas, al refrescamiento y a la menor insolación. Encontramos el bosque de laurisilva y el fayal-brezal.
  • El piso canario: Bosque de coníferas. El árbol principal es el pino canario, adaptado a la aridez y al frío.
  • El piso supracanario: Solo está en La Palma y Tenerife. No hay árboles, pero tiene una gran riqueza floral, destacando la violeta canaria.

La Influencia de la Actividad Humana en el Medio

La acción humana sobre el medio tiene una doble dimensión: por una parte, destruye el medioambiente y, por otra, crea políticas de protección medioambiental.

Problemas y Políticas Medioambientales

Las actividades negativas del ser humano sobre el medioambiente son la sobreexplotación de los recursos, la contaminación del medioambiente y la destrucción de los elementos medioambientales.

Los acuerdos internacionales obligan a cumplir determinadas normas y comportamientos en lo que se refiere al cambio climático, contaminación atmosférica o desertización.

La política medioambiental de la Unión Europea se basa en:

  • Fomentar el desarrollo sostenible.
  • La prevención de la degradación medioambiental.
  • La concienciación de la opinión pública.
  • La corrección de los problemas existentes en la UE.
  • La conservación de los espacios naturales de la UE.

Las políticas del Ministerio de Medioambiente español se proponen garantizar el desarrollo sostenible, mejorar la calidad del medioambiente, recuperar las áreas degradadas y conservar los espacios naturales.

Principales Problemas Medioambientales

La Alteración del Relieve

El relieve continental está alterado por las actividades extractivas en minas y canteras y por la construcción de infraestructuras como túneles, viaductos o carreteras.

El relieve costero está sometido a fuertes alteraciones provocadas por la presión urbanística, la desaparición de playas, la construcción de diques, espigones o puertos deportivos. Frente a estos problemas se intentan controlar las nuevas instalaciones, demoliendo las que van contra la actual ley de costas, y recuperar los espacios degradados.

La Contaminación Atmosférica

Se debe a la emisión de productos como el monóxido de carbono, dióxido de carbono, dióxido de azufre, óxido de nitrógeno, etc., procedentes de la quema de combustibles fósiles. Los problemas que ocasionan son muy diversos.

La lluvia ácida es una precipitación con un grado de acidez superior al normal. Se produce cuando las emisiones de dióxido de azufre y óxido de nitrógeno se mezclan con el vapor de agua contenido en el aire y se transforman en soluciones ácidas que caen a la superficie terrestre con el agua de lluvia. Provoca la alteración del agua, la vegetación, los suelos y los edificios.

El problema del ozono: La reducción del espesor de la capa de ozono estratosférico que filtra las dañinas radiaciones ultravioletas del sol se debe al cloro contenido en los CFC de espumas, aerosoles y refrigerantes. El cloro convierte el ozono en oxígeno normal. El daño es gravísimo en la flora, la fauna y las personas. Los casos de cáncer de piel y de cataratas oculares han aumentado espectacularmente en los últimos años. Actualmente, España cuenta con estaciones de vigilancia de la capa de ozono y, por la firma del Protocolo de Montreal, se prohíbe la fabricación y comercialización de CFCs.

La campana de contaminación urbana es una niebla formada por partículas de polvo y humo en suspensión emitidas por el tráfico y las calefacciones urbanas. Se forma sobre las grandes ciudades, sobre todo en invierno y con situación anticiclónica. Provoca alteraciones en las plantas, en los edificios, enfermedades respiratorias y cardiacas. En España, el 89% de las ciudades con más de 100,000 habitantes sufren este problema.

El Efecto Invernadero y el Cambio Climático

Es una función natural de la atmósfera, realizada por el vapor de agua y gases como el dióxido de carbono y el metano. Estos gases actúan como el cristal de un invernadero: dejan pasar la radiación solar pero retienen parte del calor que irradia la superficie terrestre, evitando que se pierda en el espacio exterior. Sin este efecto, la temperatura de la tierra sería de unos -18ºC en lugar de los 15ºC actuales. Sin embargo, el aumento de las emisiones de gases a la atmósfera (tráfico, calefacciones, industrias, incendios, etc.) hace que la cantidad de calor retenido sea superior a la normal. La consecuencia ha sido un cambio climático caracterizado por un aumento de la temperatura de la tierra. El Protocolo de Kioto, 2012, obliga a no aumentar las emisiones, y el Acuerdo de la UE, 2007, obliga a reducirlas en un 20% en la primera mitad del siglo XXI. A pesar de todo, España es el país que más se aleja de cumplir estos compromisos.

Medidas para paliar el efecto invernadero: reducir el uso del transporte público, disminuir los impuestos en los automóviles menos contaminantes, fomentar las energías renovables. En 2007 se aprueba la Ley de Calidad del Aire que establece fuertes sanciones para aquellos que incumplan con los acuerdos sobre emisiones de gases a la atmósfera.

La Contaminación y Sobreexplotación de las Aguas

La sobreexplotación de las aguas subterráneas y superficiales se debe al aumento de su consumo para uso agrícola, urbano e industrial. Este hecho ha provocado el desarrollo de las obras para la captación masiva de agua (embalses, pozos), lo que provoca que el caudal de algunos ríos descienda por debajo de los niveles ecológicos, y ciertos humedales y acuíferos corren el riesgo de desecarse o de salinizarse.

La contaminación de las aguas: La principal causa de contaminación de las aguas es el vertido de desechos en un volumen excesivo que impide la depuración natural de las aguas superficiales y subterráneas. Los desechos proceden de la actividad agraria, la industria, el transporte de petróleo y las ciudades. El Plan Nacional de Depuración de las Aguas, 2007-2015, y el Plan Nacional de Restauración de los Ríos, pretenden recuperar las aguas ya degradadas.

Daños, Alteración y Destrucción de la Vegetación

Los daños en los bosques se deben a causas naturales, como el déficit hídrico, las altas temperaturas o las plagas, y a causas humanas, como la contaminación atmosférica. La alteración está provocada por la sustitución de las especies autóctonas de árboles por otras de elevado rendimiento económico, pero que afectan negativamente al suelo, a la fauna y a la flora local.

La deforestación es el problema más grave. Sus causas y sus consecuencias son diversas. Las causas principales son las talas para obtener tierras de cultivo, pastos, residencias, infraestructuras o industrias, y los incendios forestales. Las consecuencias de la deforestación son el aumento de la erosión del suelo, pérdida de la biodiversidad y del valor estético y económico del paisaje.

La Contaminación, Erosión y Desertificación del Suelo

La contaminación se debe a los vertidos industriales y urbanos, y al empleo masivo de fertilizantes químicos y plaguicidas en agricultura. El suelo adquiere características tóxicas.

La erosión es un fenómeno natural que en España está acentuado por las fuertes pendientes, la aridez y el carácter torrencial de las lluvias. La erosión se intensifica con ciertas actividades humanas: la deforestación. Los árboles fijan el suelo con las raíces y evitan su desprotección. Algunas prácticas agrarias perjudican el suelo, como el cultivo sin descanso, el excesivo pastoreo, el abuso de productos químicos, etc.

La consecuencia más extrema de la erosión es la desertificación o destrucción de la capa fértil del suelo. En España, el 6% del suelo está ya desertificado y el 18% está en un riesgo muy alto.

Los Vertidos Sólidos Urbanos

Tienen un importante impacto medioambiental, puesto que muchos no son biodegradables. En España, su volumen se ha incrementado debido al aumento en los niveles de consumo. Como consecuencia, en la periferia de ciudades y pueblos existen vertederos incontrolados que originan problemas sanitarios y que contaminan el suelo y el agua. El Plan Nacional de Residuos Urbanos tiene como objetivos: reducir, reutilizar y reciclar los desechos, y concienciar a la ciudadanía. Usar los residuos para producir energía y garantizar la seguridad del vertido.

La Reducción de la Biodiversidad

La diversidad de especies está amenazada por algunas actividades humanas. La alteración de los hábitats naturales y su fragmentación (por las carreteras) han llevado a que algunas especies se encuentren en vías de extinción o seriamente amenazadas (oso pardo, lince ibérico). Se plantea la necesidad de recuperar sus hábitats naturales y la creación de corredores ecológicos que garanticen la conexión entre los diferentes espacios naturales.

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