MIGRACIONES EXTERIORES:
A lo largo de la historia, España ha sido un país de emigración.
Hasta finales del XIX, la emigración no alcanzaba cifras muy elevadas, sobre todo si las comparamos con las de otros países europeos. Las emigraciones desde las islas Británicas o Francia eran muy superiores. Incluso la conquista y la colonización de América no suscitó la emigración de un excesivo número de personas, aunque influyera en nuestro crecimiento vegetativo. Sólo a finales del XIX es cuando adquiere una notable relevancia , sin que fuera excesiva entre 1904 y 1915 apenas abandonaron España medio millón de personas . El destino principal era Iberoamérica y, secundariamente, a Estados Unidos, Canadá y Australia. Su origen era Galicia, Asturias y Cantabria.
Tras la pérdida de las últimas colonias (1898), se produjo la emigración hacia Hispanoamérica. El área del Caribe (Venezuela), Brasil, Argentina y Uruguay fueron los destinos escogidos. Se produjo una segunda hispanización en países de estirpe española o portuguesa, pero ya independientesAl finalizar la Primera Guerra Mundial (1914/1918)
se produjo una importante emigración hacia Francia para suplir las necesidades de mano de obra de ese país, ayudada por la neutralidad española durante la guerra. Este destino fue casi exclusivo hasta la crisis de 1929. La terminación de la Guerra Civil española produjo el éxodo de miles de personas pertenecientes al bando republicano derrotado. Éstas se dirigieron a Francia y a Iberoamérica (Argentina, Brasil, Méjico o Cuba). Se calcula que en Francia se refugiaron casi medio millón de españoles.
A partir de la década de 1960 y hasta 1975, coincidiendo con el desarrollismo económico y finalizando con la crisis económica de 1975, el destino tradicional siguió siendo ultramar y Europa occidental (Francia, Suiza, o Alemania). A partir de entonces se paralizan las migraciones exteriores y España se convierte en un país de inmigración +EMIGRACIÓN TRANSOCEÁNICA
Los destinos ya han sido señalados. En muchos casos fue permanente y asistida, pero también hubo salidas temporales para trabajar en la construcción de grandes infraestructuras, y salidas estacionales para realizar tareas agrarias. Existen dos etapas:
Mediados del XIX hasta la Primera Guerra Mundial:
Al principio de este periodo, la emigración se había reducido bastante debido a la política populacionista de los Borbones (S.XVIII), que puso trabas a la emigración; y a la independencia de las antiguas colonias (principios del XIX). La situación cambió debido a las siguientes causas: – Los países latinoamericános necesitaban población para explotar sus recursos económicos y para la construcción de grandes infraestructuras (Canal de Panamá, ferrocarriles y puertos). Por ello se concedíó facilidades y se llegaron a instalar en España agentes reclutadores de emigrantes. – España limitó los obstáculos a la emigración. Se convirtió en una salida frente al atraso agrario, generador de crisis y desempleo, que no podía ser absorbido por una industrialización muy escasa y localizada. También influyó el deseo de los jóvenes de evitar un prolongado servicio militar (3 años) y el efecto llamada ejercido por familiares y retornados.
Periodo de entreguerras (1914/1945)
. Decayó y sus principales causas fueron las siguientes: -Inseguridad provocada por la Primera Guerra Mundial. Tras ella, se reanudó, pero sin recuperar los niveles anteriores. -La crisis económica de 1929 afectó a los países latinoamericános, establecíéndose cuotas anuales de inmigrantes. – La Guerra Civil española y su posguerra (1936/1949) ocasionaron escasez de transporte y dificultades para salir al exterior, motivadas por el bloqueo internacional a España y por la política populacionista fomentada por el franquismo como base de la reconstrucción Entre 1945 y 1960 la migración transoceánica se recuperó (segunda
etapa de auge). Las causas que lo permitieron fueron la autorización para salir libremente de España (1946), el levantamiento del aislamiento internacional por parte de la ONU (1950) y el cambio de actitud de Estados Unidos respecto de Franco (1951).La procedencia siguió siendo gallega y canaria. La emigración asturiana decayó porque la nueva siderurgia ofrecía puestos de trabajo. Los destinos prioritarios fueron Venezuela (petróleo), Argentina (llamamiento familiar) y Brasil (industria).
Desde 1960, la emigración transoceánica descendíó, al iniciarse el declive de la economía latinoamericána y entrar en competencia con la emigración a Europa (segunda etapa de crisis). Actualmente las cifras son muy bajas y predominan los retornos.
+ EMIGRACIÓN A Europa:
Tuvo tres etapas bien diferenciadas:
Hasta mediados del S.XX fue una emigración escasa y estacional, procedente sobre todo del campo levantino, que se dirigíó a Francia. Integrada por agricultores, obreros de la construcción y servicio doméstico, más tarde por refugiados políticos de la Guerra Civil. La Segunda Guerra Mundial puso fin a esta etapa.
1950/1953
Fue el mayor auge, con un único descenso entre 1964 y 1968, motivado por el inicio del primer Plan de Desarrollo español, que aumentó la oferta de trabajo, y por la crisis económica europea, que incrementó los retornos. Se trató de una emigración permanente debida a varias causas: -Por parte europea, la rápida reconstrucción económica tras la Guerra Mundial favorecíó oferta de empleo que no se podía cubrir con trabajadores propios, escasos por el débil crecimiento de la población durante las décadas del 30 y 40, y por las muertes durante la guerra. -Por parte española, la emigración se vio estimulada por el fuerte crecimiento demográfico, el excedente de población agraria (mecanización del campo); la insuficiente industrialización; el paro; los elevados salarios europeos y la desaparición de las ventajas para la emigración ultramarina.
A partir de 1973, la emigración permanente a Europa decayó. La crisis económica provocó paro en Europa occidental y muchos emigrantes regresaron. Desde entonces las cifras son muy bajas. Es una emigración ce temporada (hasta tres meses) y temporal (entre tres meses y un año), integrada por varones andaluces y gallegos, que se dirigen a Francia y Suiza para trabajar en tareas agrarias, en la industria o la construcción. +CONSECUENCIAS DE LAS MIGRACIONES EXTERIORES:
Consecuencias demográficas:
Disminución de efectivos de población españoles y en su distribución, pues fue distinta la participación de las regiones. La consecuencia es un desequilibrio territorial en el reparto espacial de la población.
Consecuencias económicas:
POSITIVAS: aliviaron el fuerte crecimiento natural y el paro; las divisas enviadas por los españoles contribuyeron al desarrollo económico y a reducir el déficit comercial. NEGATIVAS: muchos ahorros no favorecieron a las áreas de partida de los emigrantes, ya que los bancos los invirtieron en las áreas más desarrolladas, y muchos de los que regresaron se instalaron en otras zonas donde esperaban encontrar un trabajo más fácilmente o invertir en un pequeño negocio.
Consecuencias sociales:
en los países de destino fueron el desarraigo, al incorporarse a sociedades cuya lengua y costumbres desconocían; penosas condiciones de vida, alejados de la familia y en viviendas de poca calidad, y salarios más bajos que los de los trabajadores autóctonos. Tras la crisis de 1975 , los emigrantes fueron los primeros afectados por los despidos y, en general, regresaron sin haber mejorado su cualificación profesional o sin título que la acreditase, y tuvieron que enfrentarse a nuevos problemas, como encontrar trabajo, conseguir vivienda o readaptarse a las nuevas condiciones de vida.