Pueblo Guaraní: Historia, Cultura y Situación Actual en Sudamérica

Origen del nombre

El nombre «guaraní» fue escuchado por los españoles que, al invadir su territorio, habrían oído, entre los gritos de guerra de este pueblo, la frase guará-ny, que significa «combatir-los».

Otra versión afirma que la denominación fue tomada de la deformación de una palabra guaraní, guariní que significa precisamente «guerra» o «guerrear».1 Al parecer, los mismos indígenas se denominaron de esa manera, indicando con ello que se consideraban guerreros.

Historia y Localización

Los guaraníes hablan variantes lingüísticas de la familia tupi-guaraní, y actualmente están clasificados en tres subgrupos: los Guaraníes-Kaiowa, los Guaraníes-Mbya y los Guaraníes-Ñandeva. Estos grupos se distribuyen en el sur de Brasil (Rio Grande do Sul – Mbya; Santa Catarina – Mbya; Paraná – Mbya y Ñandeva; San Paulo – Mbya y Ñandeva; Rio de Janeiro y Espíritu Santo – Mbya; y Mato Grosso do Sul – Kaiowa y Ñandeva), en el Paraguay Oriental (Kaiowa, Ñandeva, Mbya) y en el norte de Argentina – Mbya. Estimaciones actuales de órganos federales (FUNAI – Fundação Nacional do Índio, FUNASA – Fundação Nacional de Saude)2 y de ONG (ISA – Instituto Sócio-Ambiental)3 apuntan a que hay entre 50.000 y 55.000 individuos únicamente en Brasil, donde constituyen el pueblo indígena más numeroso.

Para el investigador Dick Edgar Ibarra Grasso, el solar de los guaraníes estaría en una zona circuncaribe, supone la isla de Marajó, en la desembocadura del río Amazonas y estudios hechos de la lengua guaraní la emparentarían con las lenguas de la familia Chibcha.4 Las causas de su migración hacia el sur fueron principalmente la necesidad de ocupar nuevas tierras aptas para el cultivo, además de creencias de su religión que impulsaban su nomadismo.

Estas poblaciones son descendientes de los grupos que habitaban las selvas tropicales situadas en las cuencas del alto Paraná, alto Uruguay y en las fronteras meridionales del altiplano brasileño. Descubrimientos en sitios arqueológicos representan un testimonio de la existencia de este grupo étnico a partir del siglo V (400 d. C.), con características que lo distinguen claramente de otros grupos de la misma familia lingüística. Los descubrimientos arqueológicos muestran también que las poblaciones que han dado origen a los Guaraníes fueron protagonistas de intensas migraciones que, a partir de territorios localizados en la parte este del Brasil actual los llevaron, ya en el siglo XII a.C., a ocupar gran parte de los territorios donde aún hoy en día se encuentran sus descendientes. En la víspera de la llegada de los europeos, los Guaraníes ocupaban las amplias selvas comprendidas entre los ríos Paraná, Miranda, Tiete, Uruguay, y sus afluentes, y amplios tramos de la costa sur de Brasil, localización que los llevó a ser el primer pueblo contactado por españoles y portugueses como da cuenta, por ejemplo, Cabeza de Vaca.5 En la época de la Conquista, los Guaraníes estaban divididos en cinco grandes grupos, distribuidos en regiones diferentes:

  • Carios, localizados a lo largo el río Paraguay y la ciudad de Asunción
  • Tapes, en el territorio actual del estado brasileño de Rio Grande do Sul y sus alrededores
  • Paraná, a lo largo del curso del río homónimo
  • Itatim, ocupaban los territorios entre los ríos Miranda y Apa (los actuales Kaiowá)
  • Guaira, en el Paraguay nororiental y a lo largo de los ríos Amambai, Iguatemi y sus afluentes (los actuales Ñandeva)

Los guaraníes se establecieron en el territorio que actualmente pertenece al Paraguay. La palabra Paraguay, deriva de un vocablo guaraní, paraguá-y, que significa en el idioma nativo «agua que forma un océano».

Se subdividieron paulatinamente en distintas tribus dependiendo de la zona donde habitaban.

Los guaraníes que habitaban las islas del delta del río Paraná desaparecieron poco después de la segunda fundación de Buenos Aires por Juan de Garay, en 1580; siendo los habitantes de Asunción los que volvieron a poblar y refundar Buenos Aires.

Tiempo de la Colonia

La historia de los contactos entre colonizadores y Guaraníes está marcada por una fuerte presencia misionera cristiana y por las expediciones en búsqueda de esclavos organizadas por españoles (saliendo del actual capital de Paraguay, Asunción) y brasileños (a partir de São Paulo). Los territorios ocupados por ellos eran objeto de disputas y conflictos entre los reinos de España y Portugal, y se encontraron implicados en varios proyectos coloniales. Por mucho tiempo representaron la única riqueza disponible en toda la región, en calidad de mano de obra, y por esto eran reducidos a la esclavitud. A partir de los principios del siglo XVII, y por más de un siglo y medio, la administración de los grupos Guaraníes fue encomendada a los misioneros jesuitas que fundaron decenas de reducciones en las provincias ocupadas por estos indígenas. Mientras la administración colonial se esperaba que los jesuitas supusieran un acceso facilitado a la mano de obra esclava, las reducciones se transformaron en lugares de refugio para muchos grupos Guaraníes, aislados del sistema económico colonial y autosuficientes, limitando de hecho su conversión en mano de obra al servicio de colonizadores portugueses y españoles. Estos fueron los motivos que llevaron a organizar las expediciones de Encomenderos y Bandeirantes en búsqueda de indígenas a los cuales reducir a la esclavitud, que arrasaron varias reducciones y privaron a decenas de miles de Guaraníes de su libertad. Con el descubrimiento de los yacimientos auríferos en el actual Mato Grosso a finales del siglo XVII, los Guaraníes perdieron interés como fuente de renta, desapareciendo en la mayor parte de los registros históricos. Con el Tratado de Madrid (1750), Portugal y España modificaron sustancialmente sus relaciones, cambio que afectó también sus posesiones coloniales. En menos de veinte años del tratado los jesuitas fueron expulsados con edicto real. Las noticias acerca de ellos se vuelven extremamente fragmentarias y discontinuas, limitadas a las expediciones de exploración y definición de fronteras. Los territorios ocupados por los Guaraníes fueron de interés para una comisión, instituida por el Tratado de Madrid, designada para establecer los límites de las posesiones en América del Sur, en particular, las fronteras entre Brasil y Paraguay. Las expediciones de esta comisión llevaron al redescubrimiento de grupos Guaraníes que habían escapado a las políticas coloniales y se habían refugiado en la selva. Los siguientes registros de los Guaraníes se dan a partir del siglo XIX, luego a expediciones organizadas por el Barón de Antonina.6 Con la guerra de la Triple Alianza entre 1864-1870 las fronteras territoriales fueron nuevamente reformuladas, trayendo consigo otros testimonios sobre la presencia de grupos Guaraníes en aquella región. Gran parte de los territorios, ocupados para entonces por los Guaraníes Kaiowá y Ñandeva fueron dejados en concesión a la Compañía Matte Laranjeira que usaba los Guaraníes como mano de obra, pero no ocupaba sus territorios porque estaba interesada únicamente a la explotación de la planta del mate, de hecho, para mantener el monopolio de la extracción favoreció el aislamiento de los Guaraníes y los mantuvo apartados de posibles proyectos de colonización.

Siglo XIX en adelante

Con el fin del monopolio de la Compañía Matte Laranjeiras y las migraciones de colonos provenientes principalmente del estado de São Paulo y Río Grande do Sul, se redujeron, durante el siglo XX, todavía más los territorios a su disposición. En los años veinte del siglo XX se crea el SPI (Serviço de Proteçao aos Índios), órgano federal brasileño con competencia en la «protección» de los indígenas que no solo no logra parar el proceso de expropiación, si no que facilita el mismo a través del desplazamiento forzado de grupos indígenas a petición de los colonos. Los indígenas desplazados estaban confinados en pequeñas áreas de reserva muchas de las cuales permanecen hoy en día, acarreando graves consecuencias para su supervivencia social y bienestar físico. A partir de los años 1980 los Guaraníes comienzan a organizarse para reivindicar sus territorios propios en los espacios políticos nacionales, dando vida a movimientos de reivindicación territorial que continúan consolidándose hasta el presente.

Actualmente las comunidades de guaraníes de la provincia de Misiones pasan por graves problemas que podrían llevar a la desaparición del pueblo. Las principales causas son la falta de tierras, la desnutrición, tuberculosis y la falta de ayuda por parte del gobierno provincial y federal. Son alrededor de siete mil guaraníes, agrupados en 76 aldeas. El factor principal de la crisis es la falta de territorios, ya que esta tribu utiliza los recursos naturales en amplias extensiones de tierra, desplazándose en grandes distancias para cazar, pescar, recolectar frutos del monte. La presión demográfica sumada a la explotación forestal hizo que las comunidades vean reducido su espacio vital. Además existe una emergencia alimentaria y sanitaria, con picos muy graves en algunas comunidades, con niños con alto índice de desnutrición y enfermedades asociadas. En 2004, 38 de las aldeas que existen en la provincia marcharon a la Plaza 9 de Julio, frente a la Casa de Gobierno provincial, en la ciudad de Posadas haciendo oír sus reclamos en busca de una mejora y ayuda por parte del gobierno.

En la región de Mato Grosso do Sul de Brasil los guaraníes, al igual que muchos pueblos indígenas, se ven negativamente impactados por la colonización interna de terratenientes que han usurpado sus territorios ancestrales para la producción de monocultivos como la soja y la caña de azúcar. La disputa territorial, en un contexto de violencia ejercida asimétricamente por los agro-ganaderos para garantizar su dominio, es una condición objetiva y subjetiva que desfigura sus formas de organización, producción e identidad cultural con consecuencias devastadoras en su integridad física y salud mental: según un estudio reciente, esta tribu en Brasil presenta la mayor tasa de suicidios del mundo, la cual se ha triplicado en los últimos veinte años. Las edades de mayor incidencia se encuentran entre los 15 y 30 años.

El clima de impunidad y de permanente asedio y asesinato, presuntamente a manos de «pistoleros» contratados por los terratenientes, de los líderes que intentan regresar a su territorio mediante «retomadas» o «reocupaciones» agrava el panorama actual de violación de derechos humanos.7

Economía

Conservan una tradición eminentemente agrícola, y no son asimilables a la sociedad nómada, como a veces sus pueblos son erróneamente considerados. Ponen en práctica normas de distribución y redistribución de los medios de producción y de los productos, así como de colaboración, construidas a partir de los vínculos familiares. Las técnicas agrícolas consisten en cultivos en medianas y en pequeñas parcelas aptas para la producción para el consumo personal (los kokue), raramente superiores a tres hectáreas. Los terrenos se limpian, si necesario, con el uso del fuego, y se preparan para plantar las semillas; quedando aptos para el uso por varios años, dependiendo del tipo de terreno y de las plantas cultivadas, tras lo cual posteriormente se dejan «reposar» hasta estar preparados para su nuevo uso. Estos terrenos se encuentran, en condiciones ideales, aproximadamente a un kilómetro de la residencia de la unidad de trabajo y producción: la familia. Poseen una taxonomía botánica refinada, que le permite obtener óptimos resultados en el campo agrícola en la relación coste-beneficio y en la gestión de suelos y poli-cultívos (diferentes especies alternadas en el mismo terreno). Las eventuales colaboraciones en actividades económicas y productivas se producen a través de relaciones de parentesco, que implican determinadas obligaciones, aunque siempre conservan libertad para buscarse otros grupos con los cuales instaurar relaciones de reciprocidad. Así, para determinados trabajos en los cuales el núcleo familiar necesita ayuda, como la cosecha estacional o la preparación de nuevos campos, se llamará a cooperar a parientes y vecinos, a los cuales se les servirá comida y, al final del trabajo, una fiesta a base de bebidas fermentadas (preferiblemente de maíz – chicha), comida, cantes y danzas.

La pesca y la caza son actividades importantes, aun que no con el peso que solían tener en el paso, desde el punto de vista económico, sino más bien desde la perspectiva de la formación personal, del recreo y del control del territorio. Se practica la caza con fusil, arco y honda, mediante el desplazamiento a lo largo de grandes distancias, o el uso de trampas (a percusión, monde, y a cintas, ñuha), puestas especialmente alrededor de los cultivos. Las técnicas de pesca comprenden el arpón y la caña para la pesca individual, o el uso de redes y de una raíz con propiedades para aturdir a los peces, el Timbó, en caso de pesca en grupo.

Cosmología y Rituales

Los rituales son actividades practicadas socialmente y ocupan un rol fundamental en la determinación de las formas de organización y cohesión social. Entre los más importantes encontramos los ritos agrarios, avatikyry (bendición del maíz), y ñemongarai (nuevas plantas), y otros no relacionados con el ciclo agrario como los jeroky, destinados a mantener el equilibrio entre los diferentes elementos del cosmos, y el Meta Pepi, ritual de iniciación masculina (casi completamente abandonado en Brasil). La tierra, Yvy en Guaraní, necesita ser continuamente cuidada, a través del mantenimiento de un comportamiento correcto en línea con la «justa manera de ser» Guaraní, el Teko Porã. Según la mitología Guaraní, el cuidado de la tierra ha sido encomendado a los Guaraníes por su creador Ñande Ru Guasú (Nuestro Grande Padre), entidad superior, que se retiró después de la creación en lugares inaccesibles a los humanos, con excepción de los Paí, los líderes político-religiosos de los grupos Guaraníes. Los Guaraníes practican la magia homeopática para influir en la vegetación y sobre algunos acontecimientos vitales como la fertilidad. Por ejemplo, existe la creencia que si la mujer come un granito doble de mijo tendrá consecuentemente un nacimiento múltiple.8

Idioma

Artículo principal: Idioma guaraní

Los guaraníes hablan el idioma guaraní y dialectos que pertenecen a la familia Tupí-Guaraní.

El guaraní paraguayo es junto con el idioma español la lengua oficial de la República de Paraguay, y el guaraní correntino es co-oficial junto con el español en la provincia de Corrientes, en Argentina.

Otra particularidad de este idioma, es que después del latín es el que más ha sido utilizado en la catalogación de flora y fauna, hecho este debido a que el aborigen era un gran conocedor de su hábitat, lo cual favoreció a los naturalistas al momento de catalogar flora y fauna. «El guaraní es después del latín, según autorizadas opiniones, el idioma que ha dado mayor número de palabras a las ciencias naturales. Y el número de «americanismos» es tal, que el escritor rioplatense, Dr. Benjamín Solari, ha afirmado que hablamos guaraní sin saberlo«.9 La mezcla del idioma avá ñe’é, la lengua del hombre en guaraní (denominación similar a la del quichua, Runa-Simi la lengua del hombre), con el castellano es conocido en Paraguay como una tercera lengua llamada yopará o jehe’a/yejé’á. Otra característica destacable de esta lengua es, que posee 6 vocales orales, siendo como en el castellano: a, e, i, o, u más la 6.ª que es de pronunciación gutural, actualmente al ser dotada de grafía, este sonido es representado en la gramática oficial del paraguay por la letra Y, (hay otra forma de grafía que utiliza la letra I, más la crema, o sea Î), a su vez existe la nasalización de las vocales.

Guaraníes de Argentina

La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-2005, complementaria del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, dio como resultado que se reconocen y/o descienden en primera generación del pueblo avá guaraní 3.268 personas (además de otras 9.089 que se autorreconocieron como guaraníes) en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en los 24 partidos del Gran Buenos Aires. Otras 2.372 ya que una gran cantidad de trabajadores de esta provincia es de nacionalidad paraguaya que han obtenido su doble nacionalidad para trabajar legalmente, también se autorreconocieron guaraníes en las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe.10 Así también en Formosa comunidades importantes.

Guaraníes de Brasil

Los guaraníes de Brasil, que viven en su mayor parte en el estado de Mato Grosso del Sur, han perdido casi toda su tierra y están sufriendo una oleada de suicidios sin precedentes en América del Sur. El pueblo guaraní se hacina en pequeños trozos de tierra rodeados por inmensas plantaciones o haciendas ganaderas, o acampan al borde de carreteras y caminos. En 2003 fue asesinado el líder guaraní Marcos Verón. Los culpables aún están en libertad.

Bibliografía

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