LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL EN UN MUNDO GLOBALIZADO
Como el resto de los sectores productivos, la industria se ha visto afectada por los procesos de globalización económica. Desde el punto de vista de la industria española, han sido fundamentales en este sentido dos procesos: los cambios de la Tercera Revolución Industrial y la incorporación a la Comunidad Europea.
Los cambios de la Tercera Revolución Industrial
Son los producidos a raíz de la crisis de 1973. Aunque ésta suele identificarse con el episodio coyuntural de la subida de precios del petróleo, consecuencia del conflicto árabe – Israelí, en realidad se trató de una crisis estructural mucho más profunda. Como consecuencia de la misma, la economía internacional sufríó grandes transformaciones:
Incorporación masiva de innovaciones técnicas
En torno a dos sectores: la microelectrónica y las comunicaciones. Sus aplicaciones son muy variadas: informática, robótica, telecomunicaciones, biotecnología… Junto con los sectores de nuevos materiales (láser, semiconductores…), nuevos medios de transporte (aeronáÚtica, alta velocidad ferroviaria) y las energías renovables, constituyen las industrias de alta tecnología.
Cambios en el sistema de producción, principalmente los dos siguientes:
-Descentralización: El proceso productivo se segmenta en diferentes fases que, gracias a las nuevas tecnologías, pueden localizarse en establecimientos separados. La descentralización puede realizarse en diferentes factorías de la misma empresa (empresas multiplanta), subcontratando tareas a otras empresas o por agrupación de pequeñas empresas (redes de PYMES)
-Flexibilización de la producción: adaptación a la demanda mediante la fabricación de pequeñas series. Esto es posible por el uso de maquinaria automatizada fácilmente reprogramabl
Cambios en el tamaño de las empresas
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Hoy, lo esencial es la capacidad de las empresas para atender una demanda diversificada y cambiante, lo que resulta más fácil en unidades productivas pequeñas y medianas.
Cambios en el empleo industrial
-Aumento de la cualificación y terciarización del empleo: se reducen las tareas ejecutadas por trabajadores manuales (empleo de mono azul), cada vez más automatizadas, mientras aumentan las tareas de servicios a la producción (investigación, diseño, gestión, marketing, publicidad, control de calidad, servicio postventa…) que constituyen el llamado empleo de cuello blanco.
-Desregulación del mercado laboral: se reduce el número de trabajadores fijos, con condiciones de trabajo reguladas en los convenios colectivos, y aumenta el empleo precario y con menos derechos laborales (trabajo a tiempo parcial, temporal, a domicilio, etc.).
Nueva división internacional del trabajo
A los países industriales tradicionales, hay que añadir ahora los nuevos países industriales (NIC): Brasil, Sudáfrica, India, China o los llamados tigres y dragones asíáticos (Corea del S, Singapur, Taiwán, Tailandia, Indonesia…). El desarrollo industrial de estos países supone la deslocalización de muchas industrias de los países industriales tradicionales que se desplazan a esas áreas.
La crisis española, sin embargo, añadió a estos cambios los problemas heredados de épocas anteriores, entre los que podemos destacar los siguientes:
-Una desfavorable especialización sectorial. La industria española se concentró en actividades que exigían mucha mano de obra o que consumían mucha energía. En el primer caso (textil, confección, cuero y calzado, madera y mueble…) hubo que hacer frente a la competencia de los nuevos países industriales asíáticos (NIC: new industrial countries). En el segundo (siderurgia, etc.) se ha pagado la excesiva dependencia energética del exterior.
-Baja productividad y escaso esfuerzo innovador. La tradición proteccionista y el minifundismo empresarial no favorecieron la mejora de equipos y procesos, con lo que la productividad por persona ocupada era inferior a la de los países de nuestro entorno.
´-Elevado endeudamiento empresarial. Nuestras empresas dependen excesivamente de los créditos bancarios, en lugar de reinvertir más los beneficios. El encarecimiento del dinero en los años ochenta agudizó la crisis por este motivo.
En España la crisis fue muy profunda. Entre 1971 y 1985, el empleo industrial se redujo en un 30 %, perdíéndose casi un millón de puestos de trabajo en el sector. Si a ello se le suma la pérdida de otro millón de empleos en la agricultura y casi medio millón en la construcción, aun teniendo en cuenta el aumento del empleo en el sector terciario, el paro aumentó espectacularmente. La producción industrial, así mismo, se estancó. Ante esta situación, se precisaba una reconversión profunda del sistema productivo, pero la coincidencia en el tiempo con la transición política de la dictadura a la democracia retrasó las medidas económicas necesarias hasta1984.
El impacto del proceso de reconversión industrial fue muy duro en regiones como Asturias (siderurgia, minería…), País Vasco (siderurgia, astilleros…) y el resto de la cornisa cantábrica, en enclaves muy especializados (Ferrol, Cádiz, Sagunto, Puertollano, Ponferrada…) y en algunos sectores de las grandes áreas metropolitanas (Baix Llobregat, Sur de Madrid…). En un intento de paliar los problemas de estas zonas, la ley del 84 creó las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR) en las que se facilitaban créditos y subvenciones. Las ZUR atrajeron bastantes inversiones, pero creando pocos puestos de trabajo. Más de la mitad de la inversión y el empleo creado por ellas se concentró en Madrid y Barcelona.
Además de reestructurar los sectores en crisis, comienzan a desarrollarse en esta época las políticas de I+D (Investigación y Desarrollo), que intentan potenciar los sectores de mayor intensidad tecnológica. En España la inversión en I+D es todavía baja. Se sitúa en un 1,4 % del PIB, mientras que alcanza el 3 % en los países más avanzados.
La integración en España
En 1986, España se integra en la Comunidad Europea, hoy Uníón Europea, lo que ha supuesto cambios notables en nuestra economía. Por un lado, nos hemos integrado en un mercado mucho mayor y altamente competitivo. Por otro, se han desmantelado las barreras arancelarias, tenemos una moneda común, la circulación de personas y capitales no tiene restricciones, etc..Los principales efectos de la integración en Europa en el sector industrial han sido los siguientes: 1.
Un gran aumento del volumen de comercio de productos industriales entre España y la UE, comercio en el que seguimos teniendo déficit. 2.
La llegada de capitales europeos a la industria española. 3.
La exigencia de mayores controles medioambientales. 4.
Una progresiva homogeneización de las políticas económicas: eliminación de los monopolios estatales, de las ayudas a las empresas, etc. 5Mayor accesibilidad a las innovaciones técnicas.