Los movimientos migratorios
Las migraciones son los desplazamientos de la población en el espacio, generalmente por causas económicas o sociales. Podemos distinguir entre:
- Emigración: Salida de población desde su lugar de origen.
- Inmigración: Llegada de población a su lugar de destino.
El saldo migratorio (SM) es la diferencia entre la inmigración (I) y la emigración (E). También podemos expresarlo en porcentaje (%) teniendo en cuenta la población total.
Las migraciones interiores
a. Migraciones interiores tradicionales
Tradicionalmente han sido frecuentes desde finales del siglo XIX hasta 1975. Entre las causas destacan:
- El exceso de brazos en el campo.
- El inicio de la mecanización de las labores agrícolas.
- La industrialización de muchas zonas de España.
Entre 1936 y 1950, el éxodo rural se estancó. Las causas fueron la Guerra Civil y la posguerra. En esta etapa, la industria redujo su oferta laboral debido a la destrucción de la guerra y a su difícil reconstrucción en el contexto autárquico de posguerra.
Entre los años 1960 y 1975, el éxodo rural alcanzó su mayor volumen. Las causas fueron:
- El crecimiento demográfico.
- La crisis de la agricultura tradicional por la mecanización.
- El auge industrial impulsado por los planes de desarrollo.
- El boom del turismo, que impulsó los servicios y la construcción.
La población emigró fundamentalmente hacia Madrid, la zona del levante peninsular y ambos archipiélagos.
Desde 1975, el éxodo rural decayó. Con la crisis económica, las zonas industriales vieron disminuir su actividad y el saldo migratorio se redujo (País Vasco, Barcelona, Madrid). En las antiguas áreas emigratorias, el saldo migratorio se volvió positivo por el retorno de emigrantes. La posterior tecnificación agraria, junto con las políticas de desarrollo rural (implantación de industrias, servicios y residencias urbanas), han hecho que en la actualidad el éxodo rural alcance valores muy bajos.
b. Migraciones interiores en la actualidad
En la actualidad, los movimientos interiores de población responden a un nuevo modelo de migraciones (laborales, residenciales, de retorno, por estudios, ocio, etc.). Los protagonistas son también más diversos en edad (adultos, jóvenes) y en nivel de formación (cualificados).
Podemos diferenciar diferentes corrientes migratorias:
- Migraciones laborales: Por cuestiones de trabajo. Están protagonizadas por adultos jóvenes. Proceden de zonas rurales atrasadas y ciudades industriales en declive. Se dirigen a centros de dinamismo económico. Pueden ser migraciones provinciales y regionales.
- Migraciones de retorno: Suponen el regreso de la población a las áreas emigratorias de procedencia. Desde 1973 afectan a jubilados y prejubilados, a raíz de la crisis económica y de la reconversión industrial.
- Movimientos pendulares: Desplazamientos diarios desde la zona de residencia habitual a las zonas de trabajo o estudio. Se dan típicamente entre la periferia y el centro de las grandes ciudades.
Las migraciones interiores han venido acompañadas por una serie de cambios a tener en cuenta:
- Las migraciones intrarregionales han perdido peso en la actualidad.
- Las migraciones dentro de la propia provincia o región han crecido. Las razones son la creación de centros de actividad favorecidos por el desarrollo de las competencias autonómicas y por las políticas de desarrollo regional y rural.
Las migraciones exteriores
Son movimientos de población fuera de las fronteras del propio país. Veamos las dos modalidades:
a. Las migraciones exteriores tradicionales
Emigración transoceánica
La emigración transoceánica o a ultramar se dirigió, en primer lugar, a Latinoamérica y, secundariamente, a EE. UU. y Canadá. Fue una emigración asistida, que contaba con el apoyo del Gobierno y que estaba motivada por el trabajo en la construcción de grandes infraestructuras en estos países y también para realizar tareas agrícolas.
Entre 1945 y 1960 alcanzó sus mayores cuotas, coincidiendo con la crisis de posguerra y la autarquía del régimen franquista. También fue posible porque:
- El Gobierno permitió la salida de emigrantes.
- Finalizó el aislamiento internacional por parte de la ONU (1950).
- Cambió la actitud de los EE. UU. frente al régimen de Franco.
Los emigrantes fueron principalmente gallegos, asturianos y canarios que se dirigieron hacia Venezuela, Brasil y Argentina.
Emigración a Europa
Hasta mediados del siglo XX, la migración a Europa fue escasa y estacional, procedente sobre todo del campo levantino, que se dirigió a Francia. Estaba integrada por agricultores y trabajadores de la construcción; más tarde, por refugiados de la Guerra Civil española.
Entre 1960 y 1973 fue el periodo de mayor auge de la emigración a Europa. La reconstrucción del continente tras la II Guerra Mundial favoreció una amplia oferta de empleo en países como Alemania, Francia, Bélgica o Suiza.
Por parte española, la emigración se vio estimulada por:
- El fuerte crecimiento demográfico.
- El excedente de población agraria a causa de la mecanización del campo.
- La insuficiencia de la industrialización para absorber dicha población.
- El aumento del paro.
- Los elevados salarios europeos.
La emigración afectó a todas las regiones. El perfil de los emigrantes era el de adultos jóvenes, poco cualificados (agricultores, albañiles, obreros industriales), que desempeñaron trabajos menos cualificados y peor retribuidos en la minería, la construcción, la industria o el servicio doméstico.
A partir de 1975, la emigración decayó. La crisis económica también afectó a Europa y muchos emigrantes regresaron a España.
Consecuencias de las migraciones tradicionales
Las consecuencias pueden resumirse en:
- Las migraciones aliviaron el fuerte crecimiento natural y el paro en España.
- Las divisas enviadas por los emigrantes financiaron el desarrollo económico español y redujeron el déficit comercial.
b. Las migraciones actuales y sus consecuencias
Desde 2008, la crisis económica ha incrementado la emigración exterior, motivada sobre todo por el desempleo en España. Los emigrantes proceden de núcleos urbanos y se dirigen principalmente a Reino Unido, Francia o Alemania. Su perfil es el de jóvenes con buen nivel de cualificación en profesiones con fuerte demanda externa (sanidad e ingeniería) o afectados por los recortes presupuestarios (científicos e investigadores).
La inmigración extranjera en la actualidad
Desde 1995, España se ha convertido en un país de inmigración. Así, el número de inmigrantes en España ha pasado de algo menos de 500.000 personas en 1995 a 4,4 millones en 2017, según cifras del INE.
La necesidad de mano de obra propiciada por la prosperidad económica (sobre todo de baja cualificación) y las facilidades políticas para conseguir la regularización y el permiso de residencia determinaron el aumento del número de inmigrantes hasta 2008. La mayor parte de estos procedían de Latinoamérica, norte de África, y centro y este de Europa.
Desde 2008, la crisis económica ha provocado la disminución de la entrada de extranjeros y ha ocasionado el retorno de inmigrantes a sus países de origen.
Los inmigrantes europeos proceden en su mayoría de la Unión Europea. Son jubilados con un nivel de vida medio-alto, sobre todo británicos y alemanes, que buscan las buenas condiciones climáticas del litoral mediterráneo y de ambos archipiélagos.