Expectativas del Modelo de Crecimiento
El proceso de industrialización (PI) del siglo XIX puede ser analizado desde diferentes perspectivas:
- Como un fenómeno europeo basado en fluctuaciones a corto y largo plazo.
- Como un fenómeno regional (cuenca carbonífera).
- Como un fenómeno nacional basado en indicadores fiables.
Casos de Estudio
Bélgica
Bélgica fue la primera región en adoptar el modelo de industrialización británico debido a:
- Proximidad a Inglaterra.
- Larga tradición industrial.
- Similitud en recursos naturales.
- Contribución de capital, tecnología y empresarios británicos.
El proceso comenzó durante el Antiguo Régimen y se aceleró con la dominación francesa, impulsado por el tráfico entre Bélgica y Francia, la construcción de redes ferroviarias y la innovación en la banca y las finanzas. Para 1840, Bélgica era el país más industrializado de Europa continental y, para 1914, había impulsado la industria química y destacado en la construcción de trenes y tranvías.
Francia
Francia presenta un modelo de crecimiento anómalo, aunque no necesariamente peor. En términos per cápita, incluso pudo haber sido mejor. Sus determinantes básicos fueron:
- Bajo índice de crecimiento demográfico (siderurgia).
- Carbón escaso, pero se centró en otras industrias.
- Liderazgo tecnológico en algunos sectores.
A pesar de estas ventajas, Francia se vio afectada por la Revolución Francesa y sus consecuencias. Sin embargo, las empresas francesas se caracterizaron por:
- Alto valor añadido.
- Dispersión geográfica.
EEUU
En el siglo XIX, Estados Unidos fue el ejemplo más espectacular de crecimiento económico nacional, impulsado por:
- Crecimiento demográfico y económico.
- Abundancia de tierra y recursos naturales.
- Escasez de mano de obra, lo que incentivó la mecanización.
- Mejor utilización de máquinas.
Otras características importantes fueron:
- Instituciones sociales favorables al cambio.
- Gran mercado doméstico.
- Importancia del ferrocarril.
- Abundancia de hierro y acero.
- Especialización regional.
Alemania
Alemania fue el último país en industrializarse en la primera mitad del siglo XIX. Inicialmente, era una nación rural con escasez de transportes y un lento crecimiento económico. Sin embargo, esto cambió y, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, se había convertido en la nación más poderosa de Europa. Este cambio se debió a:
- Desarrollo de la industria química, eléctrica y siderúrgica.
- Importante fabricación de cristal, instrumentos ópticos y metales no ferrosos.
Para explicar este cambio, podemos dividir la historia económica de Alemania en tres períodos:
- Principios del siglo XIX hasta el Zollverein: Período de toma de conciencia, con cambios económicos y desarrollo de condiciones jurídicas e intelectuales favorables a la industrialización.
- Período de imitación (hasta 1870): Se establecen las bases de la industria, las finanzas y la banca, tomando como modelo a otros países más avanzados.
- Después de 1870: Alemania alcanza la supremacía industrial en Europa.
En los tres períodos, la influencia exterior fue crucial:
- Influencia jurídica e intelectual.
- Influencia de capital, tecnologías y empresas extranjeras.
- Expansión de la industria alemana en el extranjero.
Otros factores importantes en la industrialización alemana fueron:
- Estrecha relación entre la industria y la banca.
- Formación de carteles empresariales.
- Descubrimiento de yacimientos de carbón en el Ruhr.
Japón
Japón fue la primera nación no occidental en industrializarse. Sin embargo, antes de su transformación, enfrentaba varios obstáculos:
- Aislamiento total durante la primera mitad del siglo XIX.
- Rígidas clases sociales (sistema de castas).
- Nivel tecnológico atrasado.
- País pobre con topografía montañosa.
- Alto índice de analfabetismo.
Entre 1868 y 1912, el Movimiento Meiji implementó una serie de reformas que impulsaron la modernización del país:
- Sistema burocrático al estilo francés.
- Ejército basado en el modelo prusiano.
- Armada inspirada en el modelo británico.
- Métodos de producción estadounidenses.
- Creación de nuevas escuelas de estilo occidental.
En 1873, se introdujeron impuestos sobre la propiedad, lo que generó una nueva fuente de ingresos para el Estado y obligó a una explotación más eficiente de la tierra. En el sector industrial:
- Floreció la industria de la seda.
- Se desarrollaron astilleros, industria química, fábricas de vidrio y fundiciones.
- Se promovieron las exportaciones para compensar la necesidad de importar ciertos bienes.
Suiza
Hacia 1850, Suiza se caracterizaba por:
- Predominio de la mano de obra agrícola.
- Red de transporte inexistente.
- Escasez de recursos naturales.
Sin embargo, algunos factores condicionaron su desarrollo industrial:
- Alto índice de crecimiento natural.
- Baja densidad de población.
- Tecnología avanzada y mano de obra cualificada.
- Especialización en productos de alta calidad y valor añadido.
Las importaciones de tecnología contribuyeron al desarrollo de la industria hidroeléctrica y una espectacular industria química.
Países Bajos
Los Países Bajos se caracterizaban por:
- Escasa población.
- Densidad de población variable.
- Alta tasa de analfabetismo.
A pesar de estas limitaciones, logró industrializarse gracias a:
- Fabricación de productos especializados que no se producían en otros países.
- Posición geográfica estratégica.
- Sistemas políticos adaptables al cambio.
Demostró que era posible desarrollar una industria refinada y un alto nivel de vida sin poseer grandes cantidades de tierra y recursos de carbón.
Imperio Austrohúngaro
El desarrollo industrial del Imperio Austrohúngaro estuvo marcado por:
- Grandes diferencias regionales.
- Topografía montañosa que dificultaba la construcción de infraestructuras y el transporte.
- Instituciones que impedían el crecimiento económico, como el sistema de servidumbre.
Tras la abolición de la servidumbre, se dieron los primeros pasos hacia la industrialización, impulsados por la mejora en los niveles de instrucción y alfabetización.
Europa Oriental y Mediterránea
Esta región fue incapaz de industrializarse debido a:
- Bajo nivel de capital humano.
- Ausencia de una reforma agraria previa.
- Baja productividad agrícola.
- Altas tasas de analfabetismo.
- Gobiernos autocráticos.
Península Ibérica
España y Portugal emergieron de las Guerras Napoleónicas con:
- Sistemas económicos arcaicos.
- Finanzas públicas en crisis.
- Dificultades para la devolución de la deuda.
- Pérdida de colonias.
A pesar de estas dificultades, se desarrollaron algunos focos industriales, como la industria vinícola en Andalucía y la industria textil en Cataluña. Posteriormente, se impulsó la industria del plomo. Los bancos jugaron un papel importante en la financiación de la industrialización, con la participación de capital extranjero proveniente de países desarrollados.
Italia
Tras el Congreso de Viena en 1814, Italia perdió el control de Lombardía y Venecia. Se produjo una entrada de capital extranjero, principalmente de Francia, que impulsó las importaciones. Aunque las exportaciones se triplicaron, el déficit comercial se compensó con las inversiones francesas. En 1861, con la declaración del Reino de Italia, se impulsó el desarrollo del ferrocarril, la banca y la prensa.
Rusia Imperial
A principios del siglo XX, Rusia era considerada una gran potencia, aunque con indicadores sociales y económicos negativos. A pesar de su tamaño y recursos, seguía siendo un país principalmente agrícola con:
- Baja productividad.
- Tecnología rudimentaria.
- Sistema de servidumbre.
Estos factores limitaron su desarrollo industrial en comparación con otras potencias europeas.