«Los dominios climáticos de la España Peninsular»
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Tipos de climas y sus carácterísticas
Factores que inciden en los climas peninsulares
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Repercusión de los climas en la actividad económica y en el paisaje
España es un país de una gran variedad climática que está determinada por diversos factores.
En primer lugar por su situación en las latitudes medias al territorio español le corresponden
climas templados, en segundo lugar su localización en la parte meridional y occidental del
continente europeo la coloca en la circulación general del Oeste pero en contacto con las altas
presiones subtropicales y frente al Atlántico. La circulación general atmosférica es el factor más
decisivo para los climas españoles, en altura la Península Ibérica está afectada por los
desplazamientos en latitud y estacionales del Jet Stream, y en superficie está bajo la influencia
del Frente Polar y los centros de acción atlánticos (Anticiclón de las Azores: causante del tiempo
seco y soleado). Otros anticiclones que afectan a la península, aunque de forma más breve que el
de las Azores, son el Anticiclón Sahariano (genera nubes de polvo), el Anticiclón de Europa
Central (provoca temperaturas muy bajas), y el Anticiclón de la Meseta (se forma sobre la propia
Meseta y ocasiona un tiempo seco y frío). Las masas de aire ciclonales que influyen en la
península son la Depresión de Islandia que provoca numerosas precipitaciones sobre todo en la
cornisa cantábrica, la Depresión del Golfo de rosas que cuando coinc ide con la gota fría
produce intensas precipitaciones en el litoral mediterráneo, y la Depresión del Golfo de Cádiz que
ocasiona también numerosas lluvias en esta zona. Por último, la península queda también bajo la
influencia de las perturbaciones asociadas al Frente Polar. Otros factores que influyen en el clima
son la influencia marina (las masas de aire mediterránea y atlántica influyen suavizando las
temperaturas, especialmente en las zonas costeras), la altitud y la disposición del relieve. Rasgos
modificadores del clima son la posición en el suroeste de Europa que la deja bajo el influjo de las
masas de aire continentales en invierno y de las masas de aire cálido en verano, el relieve variado
(efecto foëhn) y la forma maciza rodeada de montañas que ocasionan grandes diferencias entre el
interior y las costas o entre las sierras y los llanos. Por último, está bajo la influencia general de la
corriente del Golfo, y en el caso de las islas Canarias bajo la corriente del mismo nombre.
Estos factores determinan una gran diversidad climática que se manifiesta en cuanto a las
temperaturas en la división entre el interior con una gran oscilación térmica (en torno a 17º C) y
un verdadero invierno, y la periferia bajo la influencia marítima. En las precipitaciones también
se produce una diferenciación entre la Iberia más lluviosa (más de 800 mm) correspondiente a la
zona septentrional y los relieves más destacados, una Iberia lluviosa (entre 600 y 800 mm) en las
montañas medias y parte de la Extremadura del Tajo abierta a las borrascas atlánticas, y una
Iberia seca (menos de 600 mm) en el interior, planas levantinas y costa penibética; dentro de ésta
última se podría destacar la Iberia semiárida del este de Zaragoza y el sureste peninsular.
La diversidad de temperaturas y precipitaciones se concreta en los siguientes tipos de climas :
– Templado lluvioso todo el año (oceánico): las precipitaciones son abundantes todo el año
(1000-1200 mm) con un máximo invernal; la oscilación térmica anual es reducida, el invierno
es suave (8º-10º) y el verano fresco (18º-20º); abarca todo el norte peninsular. Dentro de éste
hay una variedad hacia el clima frío en la Cordillera Cantábrica y Los Pirineos (Enero inferior
a 0º), y otra hacia el continental en el interior (Orense, Guipúzcoa, Álava…) con un invierno
más frío y un verano más cálido.
En este clima la vegetación que predomina es el bosque de hoja caduca. En el sector
cantábrico el bosque es de roble y haya pero con la degradación aparecen prados y campos de
cultivo. En el sector gallego desaparece el haya y sólo queda el roble, pero los bosques están
muy degradados y sólo quedan restos de roble, pinares, castaños y eucaliptos con sotobosques
de brezos.
En el clima de montaña la vegetación se distribuye en pisos según la altura, en el Pirineo
aparecen los pisos subalpino, alpino y nival, en la cordillera Cantábrica desaparece el piso
subalpino.
La erosión es aquí menor que en otros climas debido a la vegetación que retiene el suelo, sin
embargo las lluvias constantes y abund antes hacen que el suelo esté muy lavado y lo
acidifican. El aprovechamiento es fundamentalmente ganadero y en agricultura destacan el
maíz, la patata y cultivos forrajeros.
– Templado con verano seco (mediterráneo): la carácterística general es el verano seco, pero
éste se subdivide en dos variedades:
– Mediterráneo de invierno suave con medias superiores a 6º-8º en Enero, y de 24º-25º en
Agosto; las precipitaciones están en torno a 400-600 mm y se producen de otoño a
primavera. Aparece en Levante, el litoral penibético, valle del Guadalquivir y parte de
Extremadura. Existe un subtipo húmedo en el noreste de Cataluña.
– Mediterráneo de invierno frío con medias en Enero menores a 6º y entre cinco o seis
meses con temperaturas inferiores a 10º, todo ello producto de la continentalidad; las
precipitaciones están entre 350 y 600 mm con un mínimo secundario en Enero y
Febrero. Aparece en los llanos del Ebro y las dos Castillas.
– Clima Seco: aparece como degradación del clima mediterráneo por sequía. Existen un seco
frío con una media anual inferior a 18º y lluvias entre 250 y 300 mm en el este de Zamora, el
bajo Aragón y la Mancha oriental; y un seco suave con un invierno suave y verano cálido, y
lluvias entre 350 y 200 mm desde Alicante al sur de Granada.
La vegetación mediterránea es la más extensa, como consecuencia de las carácterísticas de
este clima aparecen la esclerofilia y un equilibrio ecológico muy frágil. El tipo de vegetación
más abundante es el encinar, que se acomoda bien al tipo de suelo y al clima, y que puede ser
de tipo provenzal, carrascal o alcornocal del suroeste. Cuando el período árido supera los
cuatro meses el encinar no se puede desarrollar y aparecen las maquias y espinales.
Las lluvias torrenciales típicas de este clima tienen un fuerte poder erosivo, que se agrava con
la desaparición progresiva del encinar. El aprovechamiento es fundamentalmente agrícola
pues los suelos son muy ricos en bases minerales, los cultivos tradicionales son la vid, el
olivo y el cereal, pero también los cítricos, hortofrutícolas, etc.
– Las islas Canarias forman un dominio climático original debido a su localización subtropical.
La influencia de la corriente fría de Canarias suaviza las temperaturas y provoca una
disminución de la pluviosidad, en las islas occidentales (La Palma, La Gomera, El Hierro) la
precipitación total anual se aproxima a los 300 mm, en las orientales (Lanzarote y
Fuerteventura) no llega a los 100 mm, por ello las islas que disfrutan del clima típicamente
canario con temperaturas suaves todo el año (entre 15º y 20º) y lluvias escasas e irregulares
son Gran Canaria y Tenerife. En general el tipo de clima se puede calificar de estepario y
desértico. En la vegetación conviven especies templadas y tropicales, como el ecosistema es
de transición aparecen cultivos tales como los hortofrutícolas de climas templados o el tabaco
de los subtropicales.