1. Los Sistemas de Transporte y la Organización del Territorio

Por medio del transporte trasladamos algo de un lugar a otro, ya sean personas, alimentos o todo tipo de materiales. Denominamos sistema de transporte a cada una de las formas o modos en que se puede realizar dicho desplazamiento. Un sistema de transporte está formado por la red de infraestructuras que lo hacen posible y por los flujos que lo recorren. Conviene elegir el sistema de transporte más adecuado en función de lo que se desea transportar y del espacio geográfico por recorrer.

Los sistemas o medios de transporte articulan el territorio, canalizando los flujos de personas y mercancías. Son de gran importancia para el desarrollo económico de un territorio, ya que la facilidad de acceso influye en el equilibrio territorial al permitir una mejor localización de las actividades económicas: movilidad de la mano de obra, acceso a los mercados, etc. En nuestro país, segundo destino turístico mundial, un eficiente y desarrollado sistema de transportes es esencial para facilitar la llegada de los turistas (Mediterráneo y sur mejor comunicadas por turismo). Por todo esto, es imprescindible diseñar una política de infraestructuras de transportes que intente paliar los desequilibrios regionales y compense las carencias de las zonas menos dotadas, que mejore los transportes públicos y que elabore leyes que regulen los diversos medios de transporte.

2. El Transporte Terrestre

2.1. El Transporte por Carretera

Es el más importante de España ya que soporta el 90% del tráfico interior de personas y el 85% del tráfico de mercancías.

Su uso es primordial en las distancias inferiores a los 200 km y mantiene su primacía hasta los 400 km. A partir de esta distancia, el avión, y en ocasiones el tren de alta velocidad, pasan a ser el medio empleado por un mayor número de viajeros.

La red de carreteras tiene una estructura básica radial que conecta Madrid con las principales ciudades de la periferia. Los principales trazados periféricos son los que recorren los litorales mediterráneo y cantábrico.

• La Red de Carreteras del Estado (RCE), que son competencia del Estado y dependen, en la actualidad, del Ministerio de Fomento. Integra vías de alta capacidad como las autopistas de peaje y autovías libres de pago, y carreteras nacionales. Su función es cubrir los denominados itinerarios de interés general, que deben garantizar el enlace con redes de carreteras internacionales a través de pasos fronterizos (Francia es el más importante).
• La red secundaria de carreteras, que está formada por el conjunto de carreteras de titularidad autonómica o provincial.
• Casi el 16% de las carreteras son competencias del Estado, algo más del 43% de las comunidades autónomas y el 41% de las diputaciones provinciales.
• La red de autopistas comenzó a construirse en la década de 1960 para potenciar la llegada de los turistas a las costas, dinamizar las zonas industriales e impulsar el consumo de automóviles. En 1964 el Ministerio de Obras Públicas (MOPU) elaboró un plan general de carreteras para la mejora y modernización de la red de carreteras españolas, que se benefició durante años de las ayudas de la UE.

En la actualidad, se están realizando fuertes inversiones para mejorar el transporte, en todas sus modalidades.

El parque de vehículos en España está formado, en su mayoría, por automóviles de turismo. Su número ha aumentado progresivamente.

2.2. La Red de Ferrocarriles

España cuenta con 15.000 km de red ferroviaria en servicio, lo que supone una densidad de red inferior a la media europea.

Existen tres anchos de vía: ancho español, vía estrecha y ancho europeo. La diferencia con el ancho europeo se debió a una decisión técnica discutible tomada en el siglo XIX a fin de dar mayor estabilidad a las locomotoras.

Hasta finales de la década de 1990, la red ferroviaria española acusaba graves deficiencias, tanto en el transporte de pasajeros como en el de mercancías, con diferencias de calidad y seguridad entre las líneas de la red, así como tramos y líneas con tráfico débil.

Desde el último tercio del siglo XX, los principales intentos de mejora se dirigieron hacia la renovación del material rodante.

La renovación más importante en las infraestructuras ferroviarias fue la introducción del AVE. El primer AVE Madrid-Sevilla, con una velocidad media de 250 km/h, se inauguró en 1991.

Desde entonces se realizaron mejoras sustanciales en los servicios en los trenes de todo tipo de alcance.