Sistemas Béticos
Los Sistemas Béticos están situados en el sureste de la Península Ibérica, rodeados por la Depresión del Guadalquivir al norte y noroeste, enlazando con la Submeseta Sur y las estribaciones del Sistema Ibérico al noreste. Forman parte de las cordilleras exteriores a la Meseta Central o alpinas y se extienden desde Gibraltar hasta el Cabo de Nao, continuando por debajo del mar Mediterráneo hasta aparecer en las Islas Baleares.
Se distinguen la cordillera Subbética al norte y la Penibética al sur, separadas entre sí por la depresión Intrabética. Su origen geológico está en los materiales sedimentados durante el Mesozoico en las fosas marinas y sobre los restos de un macizo paleozoico arrasado y sumergido.
Durante el Cenozoico, la orogenia Alpina pliega los materiales mesozoicos sedimentarios, al tiempo que fractura el zócalo, elevando algunos bloques que sobresalen por encima de la cobertera sedimentaria plegada. Entre las distintas sierras, las zonas deprimidas reciben nuevos sedimentos post-alpinos.
Su litología es calcárea, principalmente calizas y margocalizas (calizas arcillosas) de edad mesozoica y cenozoica (anterior a la orogenia Alpina). Pero en las zonas más elevadas de la Penibética (ej. Sierra Nevada) los materiales son silíceos, procedentes del zócalo paleozoico. En las hoyas y depresiones medias también se encuentran materiales arcillosos.
Las formas de relieve son diferentes dependiendo de la zona de la Cordillera. En la zona Penibética se encuentran restos del antiguo zócalo paleozoico, con montañas muy altas pero de culminación suave y redondeada. En la cordillera Subbética se alternan calizas y margas, con un relieve jurásico de plegamiento en el que se modelan paisajes kársticos en las zonas donde predominan las calizas. Por último, la depresión Intrabética se rellenó, tras la orogenia alpina, por materiales arcillosos blandos que dieron lugar a un paisaje de cárcavas y badlands.
Depresión del Ebro
La Depresión del Ebro se ubica en la zona nordeste de la península. Rodeada, al norte por los Pirineos, al sur por el Sistema Ibérico y al este por la Cordillera Costero-catalana. El río comienza en la cordillera Cantábrica y desemboca en el mar Mediterráneo a pesar de la basculación hacia el oeste de la península, dado su aislamiento. Es, por tanto, una depresión exterior o prealpina.
Sus antecedentes geológicos guardan relación con el Cenozoico, etapa en la que la orogenia alpina levantó las cordilleras que la rodean, dejando un brazo de mar, luego convertido en un enorme lago interior de agua salada, que comenzó a recibir sedimentos hasta formar una potente cobertera horizontal que colmató la cuenca.
Su litología es arcillosa, pues está formada por los sedimentos marinos y continentales posteriores a la orogenia alpina, durante las eras Terciaria y Cuaternaria, hasta la actualidad. Los materiales más gruesos (conglomerados y arenas) están en los bordes y hacia el centro los materiales son más finos (arcillas, yesos, margas, calizas).
Las formas del relieve más características son los relieves tabulares de rocas calizas (conocidas como muelas en esa zona). Además, al pie de las montañas pirenaicas e ibéricas se formaron depósitos de sedimentos más gruesos que tienen un perfil suavemente inclinado y se denominan piedemontes o somontanos. En las zonas más áridas encontramos un relieve de cárcavas o badlands. Por último, uno de los aspectos más característicos es el delta que se forma en la desembocadura del Ebro (el tercero más grande del Mediterráneo).
Depresión del Guadalquivir
La Depresión del Guadalquivir se ubica en el suroeste de la península ibérica, limitando con Sierra Morena por el norte y con la Cordillera Subbética por el este y sureste ocupando una gran parte de Andalucía y terminando abierta hacia el océano Atlántico. El río que surca la depresión es el Guadalquivir, que nace en la sierra de Cazorla y desemboca en el océano Atlántico en Sanlúcar de Barrameda. Su curso no va por el centro de la cuenca, sino más próximo a Sierra Morena. Es una de las depresiones exteriores o prealpinas.
Su origen geológico guarda relación con el Cenozoico, cuando la orogenia alpina levantó las cordilleras del Sistema Bético y dejó un espacio ocupado por el mar y abierto al océano, flanqueado por Sierra Morena y las cordilleras béticas. A partir de ese momento comenzó un proceso de colmatación con sedimentos marinos postalpinos, que continúa en la actualidad.
Su litología es de dominio arcilloso, principalmente arcillas, margas, arenas y calizas, fruto de la erosión de las montañas a su alrededor y la posterior sedimentación.
Las formas del relieve más características son las campiñas suavemente onduladas sobre las rocas arcillosas, en las que los ríos forman un sistema de terrazas escalonadas. En el curso bajo del río encontramos las marismas, tierras bajas inundadas parcialmente por agua marina.
Islas Canarias
Canarias es un archipiélago en el Océano Atlántico, que conforma una de las diecisiete comunidades autónomas de España. Está formado por siete islas: Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y el Hierro. Las dos primeras están más próximas a las costas africanas, frente a Marruecos y el Sahara Occidental.
Su origen geológico, está basado en varias teorías. Canarias tiene un origen volcánico, inmerso en la dinámica global de la Tectónica de Placas. La Teoría de los bloques levantados es la que se cuenta con mayor credibilidad. Según esta hipótesis, las Islas se formarían hace 40 millones de años debido al choque entre la placa africana y la euroasiática, durante la Orogenia Alpina. Al tiempo que se formaron diversas cordilleras, por ejemplo el Atlas de Marruecos, se fracturó la corteza oceánica en algunos puntos más débiles, dando lugar al levantamiento de bloques que conformarían la base de cada una de las islas. Posteriormente, al cesar el movimiento de las placas, se produjo el ascenso de magma a través de las fracturas o grietas que se habían formado entre los bloques, causando el fenómeno volcánico que creó las islas.
Su litología es de rocas ígneas extrusivas o volcánicas. Las más abundantes son los basaltos, las traquitas y las fonolitas. Las formas del relieve principales son los conos volcánicos, las calderas, los malpaíses (terrenos abruptos formados al solidificarse rápidamente las coladas de lava en forma de ondas o bloques) y los diques (restos de los conductos de emisiones de magma). También se forman barrancos y acantilados. Las islas orientales (Fuerteventura y Lanzarote) tienen poca altitud y, en cambio, las restantes son más elevadas, alcanzándose incluso el punto más alto de España en el Teide.
Relieve litoral
España tiene 7880 km de costa, con gran variedad de formas del relieve litoral debido a la proximidad de algunos relieves a la costa, la diversidad litológica de España y la incidencia de la erosión causada por el viento y el mar.
- En el Cantábrico la costa es rectilínea y en ella predominan los acantilados (costa alta), con presencia frecuente de cuevas y arcos marinos. Las playas son más escasas en general y existen algunas pequeñas rías en desembocaduras de ríos inundadas por el mar. Por encima de la costa se observan las rasas costeras, que son superficies de erosión del fondo marino en épocas de transgresión durante el Cuaternario.
- En el Atlántico gallego la costa es muy recortada, con un origen tectónico en las Rías Bajas (al sur de Finisterre) al hundirse las fosas y penetrar el mar, o con origen erosivo en las Rías Altas (entre la Estaca de Bares y Finisterre), donde el mar inunda el valle excavado por los ríos.
- En el Atlántico andaluz, de Ayamonte a Gibraltar, la costa del golfo de Cádiz es baja, con extensos arenales y sistemas de dunas paralelos a la costa. Muy características son las marismas, una zona mixta formada por la sedimentación fluvial y el agua marina.
- En el Mediterráneo se distinguen zonas:
- Entre el cabo de Creus y el delta del Ebro, la costa catalana está formada por acantilados y calas (ej. Costa Brava) y por deltas.
- Entre el Ebro y el cabo de la Nao domina la costa baja, con grandes playas, tómbolos (islotes rocosos unidos a la costa por franjas arenosas) y albuferas (humedales separados del mar por medio de flechas arenosas).
- Entre la Nao, Palos y el cabo de Gata se abren amplios golfos con playas extensas y albuferas como el mar Menor, una antigua bahía aislada del mar.
- Al este del cabo de Gata, la costa meridional andaluza es rectilínea, paralela a la Penibética y acantilada, salvo algunas playas formadas por el levantamiento de la costa.
Clima oceánico
El clima oceánico o atlántico se extiende por el norte peninsular, desde Galicia a Navarra y el Prepirineo. Su régimen térmico se caracteriza por temperaturas suaves todo el año, con veranos cortos y frescos (próximos a 20ºC) e inviernos templados (en torno a 10º), por lo que su amplitud térmica anual oscila entre 10 y 12º. Las heladas son raras. Todo ello se debe a la proximidad del mar, por lo que recibe su efecto termorregulador.
El régimen pluviométrico incluye precipitaciones abundantes (más de 800 e incluso 1000 mm anuales), repartidas a lo largo del año (más de 150 días registran lluvia al año). Aunque hay un mínimo de lluvias en verano, no existe aridez estival. Además de la influencia del mar, esto es consecuencia de la entrada de masas de aire del O y NO, así como de frecuentes borrascas asociadas al frente polar. El relieve tan próximo a la costa refuerza las precipitaciones con lluvias orográficas. En verano es más frecuente la influencia del anticiclón de las Azores.
En el interior de Galicia y la franja sur de este territorio podemos identificar una variedad de clima oceánico de transición. El contraste térmico es mayor (entre 12 y 15º de amplitud), con heladas en invierno y veranos más calurosos. En cambio, las precipitaciones son menores al estar en sotavento, a resguardo de los montes, y se registra algún mes seco según el índice de Gaussen.
Clima mediterráneo costero
El clima mediterráneo costero, litoral o marítimo afecta a las costas orientales y meridionales peninsulares (excepto en el sureste) y a Baleares. Su régimen térmico es el resultado de inviernos muy suaves y veranos largos y calurosos, por lo que su amplitud térmica oscila entre 12 y 15ºC. Las temperaturas medias anuales aumentan hacia el sur, con la latitud.
Las precipitaciones son escasas (entre 300 y 700 mm anuales según las zonas) e irregulares, con máximas equinocciales y aridez estival. Se debe a que tienen un carácter convectivo (por ejemplo, tormentas en otoño) y recibe pocas borrascas atlánticas por la frecuente influencia del anticiclón de las Azores.
Se distinguen las siguientes variedades:
- Catalana: las temperaturas son menores y aumentan las precipitaciones (por encima de 600 mm anuales). Hay aridez estival, pero más reducida.
- Levantino-balear: se considera el mediterráneo costero puro, con precipitaciones entre 300 y 500 mm.
- Meridional andaluza: sus inviernos son muy templados y los veranos muy calurosos. Las precipitaciones son menores en el este (a resguardo de la Penibética), con algunos rasgos subtropicales, mientras que en la zona del golfo de Cádiz aumentan al estar abierto a borrascas y masas de aire de origen atlántico.