2.2 Los rebordes montañosos de la Meseta.
Son el Macizo Galaico-Leonés, la Cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico y Sierra Morena. Se formaron en la era terciaria bien por el rejuvenecimiento de bloques de la Meseta o por el plegamiento de los materiales depositados por el mar en la era secundaria en su reborde oriental.
- El Macizo Galaico-Leonés: Ángulo NW del zócalo de la Meseta, que durante la orogénesis alpina se fracturó y rejuveneció. Son montañas redondeadas (muy falladas) de poca altura. Sierras más importantes: Segundera, Cabrera y Los Ancares.
- La Cordillera Cantábrica: Tiene dos sectores diferenciados: el sector W (Macizo Asturiano), de materiales paleozoicos al W y calizas primarias al E, donde están las mayores alturas: Peña Vieja, Naranjo de Bulnes. El sector E (Montaña Cantábrica), es de materiales secundarios calizos depositados por el mar en el borde oriental del zócalo.
- El Sistema Ibérico: Formado por el plegamiento de materiales depositados por el mar en el borde del zócalo, aunque con afloramientos de roquedo paleozoico. Presenta también dos sectores: el tercio N, con las mayores alturas (Picos de Urbión, Sa de la Demanda, Moncayo); y un sector S, con dos bifurcaciones: rama interior o castellana (sierra de Albarracín y Serranía de Cuenca) y rama exterior o aragonesa (sierras de Javalambre y Gúdar). Entre ambas, se encuentra la fosa tectónica de Calatayud.
- Sierra Morena: No es una cordillera propiamente dicha, sino un brusco escalón que separa la Meseta de la depresión del Guadalquivir. Flexión fracturada por el empuje de las Béticas. El roquedo es paleozoico, oscuro, al igual que su vegetación (jaras), lo que le da su nombre. Sierras más destacadas: Madrona, Pedroches y Aracena.
2.4 Las cordilleras exteriores de la Meseta.
Son los Pirineos, los Montes Vascos, la cordillera Costero-Catalana y las cordilleras Béticas. Se formaron en la orogénesis alpina de la era terciaria, al plegarse los materiales depositados en las fosas oceánicas bética y pirenaica durante la era secundaria.
- Los Pirineos: Presentan una estructura compleja: zona axial en la que afloran materiales paleozoicos (zona más alta y de relieve más abrupto), con los Montes Malditos y sus picos Aneto y Monte Perdido); los Prepirineos, al sur de la zona axial; de menores alturas y formas menos abruptas; materiales sedimentarios (calizas), y por último la depresión media, de materiales margosos.
- Los Montes Vascos: Son una prolongación de los Prepirineos. Tienen un roquedo calizo, escasa altura y formas suaves. Sus mayores cimas son: Aralar y Peña Gorbea.
- La Cordillera Costero-Catalana: Son una transformación de la zona oriental de los Pirineos, quedando separados de estos por fallas, que han provocado una región volcánica (Olot-Ampurdán) muy bien conservada. La cordillera está dividida en dos alineaciones: una paralela a la costa, de escasa altura (Altos del Garraf) y otra interior más alta (Montseny, Montserrat), ambas separadas por una depresión longitudinal.
- Las Cordilleras Béticas: Presentan una gran complejidad geológica y las mayores alturas de la Península. Sus plegamientos originaron dos grandes conjuntos: la cordillera Penibética y la Subbética.
La cordillera Penibética bordea la costa y presenta en las cumbres materiales paleozoicos levantados en la orogénesis alpina. Destaca Sierra Nevada, con los picos Mulhacén (3.478 m) y Veleta.
La cordillera Subbética, en el interior, donde destacan las sierras de Grazalema, Ubrique y Cazorla-Segura. De materiales sedimentarios blandos (margas) y duros (calizas), lo que originó al plegarse cabalgamientos y mantos de corrimiento.
La depresión intrabética, (surco intrabético) entre ambas cordilleras, presenta pequeñas depresiones: hoyas de Ronda, Antequera, Guadix y Baza. Las dos últimas tienen un paisaje arcilloso erosionado de “badlands”, debido a la aridez del clima.