Las Costas de España: Un Análisis Geomorfológico

Litoral Cantábrico

El litoral cantábrico se caracteriza por la presencia de la Cordillera Cantábrica, que en muchos puntos llega al mar, dando lugar a una costa predominantemente rectilínea, alta y acantilada. Las playas y costas bajas son escasas en esta región.

Rasgos Geomorfológicos

  • Rasas: Plataformas de abrasión a lo largo del litoral.
  • Rías: Antiguos valles fluviales inundados por el mar, generalmente cortos, estrechos y con forma de embudo. Las más importantes son las de Villaviciosa, Bilbao, Foz Ribadeo, Avilés, Navía, Pravia y San Vicente de la Barquera.

Sectores

1. Desde el Bidasoa a Villaviciosa

Este sector se caracteriza por:

  • Trazado rectilíneo con respecto a la Cordillera Cantábrica.
  • Predominio de formas acantiladas.
  • Escasez de playas y costas bajas.
  • Existencia de pequeñas rías.
  • Presencia de antiguas plataformas de abrasión marina elevadas, conocidas como «tinas» o sierras planas.

Las playas más destacadas son las de San Sebastián, Santander, Santoña y San Vicente de la Barquera. También se encuentran playas en formaciones tombolicas en Santander, San Sebastián y Santoña. Las rías más extensas se ubican en Ondarribia, Mundaca y Villaviciosa.

2. Sector Occidental de Asturias

En este sector se pierde la regularidad del tramo anterior debido a la influencia de las estructuras del relieve apalachense. Las cuarcitas forman promontorios y cabos, mientras que las pizarras dan lugar a entrantes ocupados por rías. Las playas son pequeñas, tipo cala, y su aprovechamiento se ve limitado por la acción de las mareas.

3. Rías Gallegas

Este sector se extiende desde el Cabo de Estaca de Bares hasta la frontera con Portugal. Se caracteriza por una costa muy articulada, con rías que penetran entre 20 y 35 km en el interior. Algunas playas se localizan en el fondo de las rías, como en Vigo y Pontevedra, y en los tómbolos de A Coruña.

Tipos de Rías Gallegas:

  • Rías Altas: Determinadas por la erosión diferencial, son cortas, estrechas y orientadas por la estructura geológica. Ejemplos: Vivero, Foz, Barquero.
  • Rías Centrales: Valles fluviales inundados, con un trazado sinuoso, amplias y abiertas. Ejemplos: A Coruña, Ferrol, Betanzos.
  • Rías Bajas: De origen tectónico, son anchas, profundas, sinuosas y se extienden entre 15 y 35 km de longitud. Ejemplos: Vigo, Arosa, Noya, Pontevedra.
4. Marismas del Guadalquivir

En este sector, el Océano Atlántico baña las costas de Huelva y Cádiz occidental, donde se encuentra la depresión del Guadalquivir. Destacan las marismas del Guadalquivir, junto con las del Tinto y el Odiel, que configuran una costa baja y arenosa. El Golfo de Cádiz recibe las aguas de los ríos Guadiana, Tinto, Odiel, Guadalquivir, Barbate y Guadalete. La presencia de la depresión Bética explica la existencia de una costa baja y extensa.

Las rías del litoral cantábrico son espacios de gran atractivo turístico, tanto por su belleza paisajística como por las actividades que se desarrollan en ellas, como la pesca y el turismo.

Las Costas Mediterráneas

Las costas mediterráneas se caracterizan por la menor energía del oleaje en comparación con las costas cantábricas, lo que favorece los procesos de sedimentación. Se forman deltas frente a los estuarios típicos de las costas norteñas. El litoral mediterráneo es estructural, con la presencia de relieves montañosos como las Cordilleras Béticas.

Sectores

1. Litoral Catalán

El litoral catalán presenta un contraste entre pequeñas llanuras litorales y costas acantiladas. Destacan la Costa Brava y varios deltas. Los acantilados se hacen presentes al sur del delta del Llobregat, donde la Cordillera Costero Catalana se aproxima al mar. Esta costa rectilínea presenta en su extremo meridional las bahías de Sitges, Vilanova y Geltrú, con playas de cierta extensión.

Al norte de Barcelona, ciudad enclavada entre los deltas del Llobregat y del Besós, los granitos y esquistos de la Cordillera Costero Catalana dan lugar a la Costa Brava gerundense. Esta costa se caracteriza por ser abrupta y rectilínea, con profundidades marinas poco pronunciadas. La estrechez y poca profundidad de la plataforma continental permiten la formación de cordones litorales que dan lugar a las famosas calas, enclavadas entre promontorios rocosos. Hacia el norte, el carácter abrupto se acentúa. El macizo de Begur se encuentra cortado por la falla que delimita la llanura del Ampurdán, dando origen al Golfo de Les Roses. El último tramo de costa acantilada se encuentra al otro lado de las marismas y costas bajas del golfo, con el cabo de Creus adentrándose en el mar. La acción del oleaje y los fuertes vientos en esta zona propician la formación de pequeñas entalladuras, similares a diminutas rías o calancas, como las que se encuentran en Cadaqués.

2. Golfo de Valencia

El Golfo de Valencia se extiende desde el delta del Ebro hasta el Cabo de la Nao. Se caracteriza por una llanura litoral extensa, que en algunos puntos, como Castellón y Valencia, alcanza entre 20 y 35 km de ancho. Esta llanura desciende suavemente hacia el mar. La morfología costera es baja y arenosa, producto de una llanura de origen postorogénico. Esta llanura detrítica desciende en forma de glacis hacia el mar, aunque en algunos puntos se ve interrumpida por pequeños acantilados que generalmente no superan los 5 m de altura. Estos acantilados, excavados por la erosión marina, están flanqueados por depósitos costeros más recientes que dan lugar a las playas actuales.

La segunda llanura, de anchura variable, está formada por arenas de playa o cantos removidos por el oleaje. Estos depósitos marinos forman bancos y cordones paralelos a la costa, detrás de los cuales se encuentran marismas o lagunas tipo albufera. Desde Peñíscola hasta Oliva se suceden numerosas albuferas de diferentes tamaños, con un alto valor ecológico y paisajístico. La Albufera de Valencia, la más destacada, se extiende desde el sureste de la ciudad de Valencia hasta el Cabo de Cullera a lo largo de 35 km. Sobre la restinga que la separa del mar, se desarrollan pequeñas dunas que en la zona de Valencia alcanzan entre 5 y 6 metros de altura. Las dunas más altas se encuentran en el campo dunar que se extiende a ambos lados de la desembocadura del río Segura, en la provincia de Alicante.

Los deltas en este sector son poco importantes debido al carácter torrencial de los ríos. Abundan los tómbolos, formados por istmos arenosos que conectan islotes rocosos al continente. Estos tómbolos ofrecen un lugar adecuado para el asentamiento de poblaciones, como ocurre en Peñíscola, Oropesa y Calpe, siendo este último el más llamativo.

3. Sector Bético

Este sector se extiende desde Gibraltar hasta el Cabo de la Nao. Se caracteriza por una alternancia de costas acantiladas y bajas. A pesar de la presencia de relieves montañosos como las Cordilleras Béticas, este sector difiere del litoral cantábrico por la combinación de acantilados y extensas secciones de costas bajas. La acumulación de sedimentos ha dado lugar a la formación de conos torrenciales y una estrecha llanura litoral casi continua. Desde el Plioceno, la costa ha experimentado un levantamiento continuo, lo que ha acelerado el ritmo de sedimentación en el Mediterráneo.

El tramo comprendido entre Gibraltar y el Cabo de Gata presenta un trazado rectilíneo este-oeste, claramente definido por la estructura geológica. A partir de los accidentes volcánicos del Cabo de Gata, la costa gira hacia el noreste, describiendo el primer arco u óvalo del Golfo de Mazarrón, que termina cerca de Cartagena. Este arco está posiblemente orientado por una falla que ha hundido en el mar el resto de las estructuras penibéticas.

El siguiente sector está determinado por la apertura al mar de la depresión intrabética, ocupada en su extremo por el valle del río Segura. En el pasado, esta depresión estuvo inundada por el mar, y aún se conservan zonas húmedas. Más al norte, las estribaciones prebéticas dan lugar a los cabos de La Nao y San Antonio. El mar continúa formando extensos cordones litorales y dunares, como los de Guardamar, así como playas y albuferas, como la Albufera del Mar Menor, cerrada por una restinga de 21 km de longitud.

Litoral Balear

El archipiélago balear se encuentra sobre una plataforma litoral independiente que no supera los 50 km de ancho, excepto en algunos puntos de Menorca.

Islas

1. Isla de Menorca

Menorca presenta una costa acantilada de origen tectónico. En el norte, desde La Mola hasta Favàritx, se extiende un cantil bajo con numerosos escollos, recaladas y penetraciones. Este cantil da paso a un acantilado de mayor altura, que llega hasta Fornells con 100 m de altura casi vertical. Desde Fornells hasta Sa Falconera, la costa se vuelve más abrupta, con acantilados de hasta 200 m. La costa sur, o costa de Migjorn, es menos articulada. Entre Cala Galdana e Illa de l’Aire, se encuentra una plataforma litoral discontinua adosada al pie de un cantil. Los accidentes más destacados son las calas de origen tectónico y kárstico, como Santandria, Macarella, Santa Galdana y Trebalúger. También destacan las restingas y albuferas, como el Prat de Son Saura y el de Son Bou. Al igual que en la costa norte, se encuentran sectores dunares intercalados.

2. Isla de Mallorca

Mallorca presenta una costa acantilada que se puede dividir en tres sectores:

  • Sector de las Sierras: La Sierra de Tramuntana, una costa brava, se extiende desde el Cabo de Formentor hasta la Isla Dragonera. La tectónica ha dado lugar a formas como el poljé del Puerto de Sóller, el cañón de la Calobra o la península de Formentor. Las playas son inexistentes en este sector. En la Sierra de Levante, al norte, donde se encuentra la península de Artà, los acantilados son menos verticales y se encuentran interesantes calas.
  • Sa Marina: En este sector, aparecen las típicas calas, con dos modelos de valles hundidos. La tectónica y el karst vuelven a ser protagonistas, y no es difícil relacionar las calas con cavidades subterráneas o submarinas de gran desarrollo.
  • Bahías: Destacan tres bahías principales: Palma, Alcúdia y Pollença. S’Albufera de Muro-Sa Pobla, aunque muy antropizada, es ahora una reserva natural. El Prat de Sant Jordi, en el fondo de la Bahía de Palma, fue saneado en el siglo XIX.
3. Las Pitiusas

Ibiza y Formentera presentan acantilados abruptos en la costa noroeste. Sin embargo, en la Bahía de Sant Antoni, en Ibiza, y en otras partes del sur de esta isla y de Formentera, aparecen dunas y arenales. Los pequeños islotes favorecen la formación de restingas y tómbolos. En general, las playas son escasas debido a las grandes profundidades marinas. Formentera cuenta con una plataforma continental más desarrollada. Los acantilados pueden superar los 100 m en Sa Mola y son más bajos en Cap de Barbaria. También aparecen pequeñas zonas húmedas como S’Estany des Peix y S’Estany Pudent, confinadas por restingas.

Las Costas Canarias

El vulcanismo es el principal factor responsable del carácter escarpado de las costas canarias. La erosión marina, junto con los cambios en el nivel del mar y el aporte de materiales volcánicos, ha dado lugar a la formación de algunas acumulaciones playeras. Este fenómeno es notorio en las costas septentrionales de Tenerife, Gran Canaria y La Palma, donde se encuentran acantilados de entre 200 y 500 m de altura. Las erupciones volcánicas más recientes suelen dar lugar a acantilados de menor altura, inferiores a 20 m. Las formas de acumulación son escasas en las islas occidentales y Gran Canaria. En las playas, se encuentran cantos rodados, bermas y arena de meteorización volcánica. También existen pequeñas albuferas y dunas, que aunque no alcanzan un gran desarrollo longitudinal, son móviles.

Islas

1. Lanzarote

Los altos cantiles representan un 75% del litoral de Lanzarote. Sin embargo, también se encuentran acumulaciones al pie de los acantilados en forma de playas, dunas e incluso albuferas, como la Laguna de Janubio, que combina restinga, salinas y hervideros. También se encuentran playas y charcas en los alrededores de Arrecife.

2. Fuerteventura

Fuerteventura es la isla menos acantilada y la que presenta un mayor desarrollo de playas. Al norte se forman dunas, mientras que hacia el oeste, donde aflora el complejo basal con un cantil de 15 o 20 m, se encuentra una sucesión de caletas que son antiguos túneles volcánicos hundidos. El fenómeno más llamativo son las dunas del istmo de Jandía, formadas por arenas móviles.

3. Gran Canaria

Gran Canaria presenta un perfil redondeado y una mayor altura. Muestra una clara disimetría climática, con un norte más húmedo y con oleaje más intenso, y un sur de características áridas. La ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y su puerto se encuentran en una formación tombolica, en cuyo flanco occidental se encuentra la Playa de Las Canteras. Hacia el suroeste, abundan los acantilados y escasean las playas, hasta llegar al escarpe de Antón Verde. En el sur, se encuentra el gran campo dunar de Maspalomas, que coincide con el cono-delta de la Cañada Honda.

4. Tenerife

Tenerife es la isla con mayor altitud y presenta una costa bastante acantilada, ya que tres cuartas partes de su perímetro litoral son acantilados. Al noreste, el macizo de Anaga está expuesto al embate del mar, aunque aparecen algunos arenales. En cambio, sí existen playas de arena negra en el entorno del Puerto de la Cruz, como la de San Marcos. Al suroeste, entre el Teno y Los Gigantes, se suceden los acantilados más altos, siempre por encima de los 100 m. En el noreste, la costa es más baja y aparecen algunas playas y restingas.

5. La Palma

La Palma alcanza los 2.350 m de altitud y sus accidentes volcánicos se hunden directamente en el mar de forma casi vertical. De los 156 km de su perímetro litoral, 128 km son acantilados. Las escasas playas son de cantos o de arena. Destacan Tazacorte y Puerto Naos.

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