La Población de la Unión Europea: Crecimiento Lento y Envejecimiento
Casi 500 millones de personas viven en los países que forman la Unión Europea. La población crece muy poco. La baja tasa de natalidad, que apenas supera el 10‰ de promedio, hace que el crecimiento natural de la población sea lento. La tasa media de fecundidad, de 1.5 hijos por mujer, no asegura el reemplazo generacional.
La población que tiene más de 65 años supone el 16% del total y está aumentando por dos motivos:
- La población adulta es muy numerosa y la esperanza de vida es elevada.
- El porcentaje de población con menos de 15 años está disminuyendo.
Por eso, el rasgo que mejor define a la población europea es el envejecimiento.
Un Alto Porcentaje de Inmigrantes
La Unión Europea acoge a un número cada vez mayor de inmigrantes. En 2004, la población comunitaria aumentó en unos 2.300.000 de habitantes. De ellos, 1.900.000 fueron inmigrantes y solo 400.000 nacidos.
Alemania, Francia y Reino Unido han sido tradicionalmente los principales países receptores de inmigrantes. Pero, a comienzos del siglo XXI, España e Italia se convirtieron en los destinos prioritarios.
Respecto al origen de los inmigrantes, en la segunda mitad del siglo pasado la mayoría eran de Turquía, de países africanos, muchos asiáticos y, sobre todo, chinos. En las últimas décadas, de Latinoamérica.
Ante el creciente peso de la inmigración, la UE está trabajando con el fin de crear leyes comunes que regulen la admisión de los inmigrantes, establezcan cuáles son sus derechos y obligaciones y combatan la inmigración ilegal. Además, cada país comunitario desarrolla programas de integración de la población extranjera con dos objetivos básicos: la enseñanza del idioma y de las normas y valores fundamentales de la sociedad que los recibe y que toda persona debe respetar.
Lamentablemente, en ocasiones surgen conflictos que generan reacciones racistas y xenófobas, y, en países como Francia, Alemania o Bélgica, partidos políticos claramente racistas han logrado el respaldo de un cierto sector de la población.
Un Espacio Demasiado Poblado
El territorio de la Unión Europea se encuentra densamente poblado. La densidad media es de 114 hab/km², pero existen grandes diferencias entre unos países y otros. El estado con mayor densidad de población es Malta, que supera los 1.200 hab/km². En el extremo opuesto están Finlandia, con 15 hab/km² y Suecia con 22 hab/km².
Un Abanico de Culturas
Quizás el rasgo más llamativo de la población de la Unión Europea sea su diversidad cultural, que se manifiesta en la riqueza de sus lenguas, tradiciones y costumbres, gastronomía, etc. En las últimas décadas, la cultura europea se ha enriquecido con las aportaciones de los inmigrantes.
En el territorio se hablan numerosas lenguas, 20 oficiales en la UE. El inglés es la más hablada, con el 47% de la población que puede comunicarse en este idioma.
El cristianismo es la religión mayoritaria, aunque una buena parte de la población no practica ninguna religión. En los países del norte predomina el cristianismo protestante, en los países del este la ortodoxa y en Europa meridional, central y occidental la católica. También existen otras religiones como el judaísmo y el islam.
La Estructura de la Población Española
En enero de 2005, la población española superó los 44 millones de habitantes. España es el quinto país más poblado de la Unión Europea. A partir de 1850, comenzó a descender por lo que se produjo un significativo crecimiento demográfico. Este crecimiento se aceleró durante el siglo XX, de forma que, entre 1850 y 1980 se duplicó. El ritmo de crecimiento es lento.
La Mortalidad y Natalidad en las Últimas Décadas
Hasta los años setenta del siglo XX, la natalidad se mantuvo alta, sobre todo entre el 1957 y 1977, período conocido como el baby boom español. Desde entonces, el descenso de los nacimientos ha sido vertiginoso. En la actualidad, nuestra tasa de natalidad es una de las más bajas del mundo. Se sitúa en torno al 10,5‰. En 1981 se cruzó el umbral de 2.1 hijos por mujer que es necesario para que se produzca el reemplazo de las generaciones. Hoy la tasa de fecundidad es de solo 1.3 hijos por mujer.
La mortalidad es baja. Comenzó a descender de forma significativa más tarde que en otros países de Europa occidental y en 1901 la tasa de mortalidad era todavía del 25‰. Pero cincuenta años después alcanzó los niveles de los países desarrollados, situándose por debajo del 10‰ gracias a los avances en el campo de la medicina, una mejor alimentación…
El descenso de la mortalidad infantil es todavía más llamativo. A comienzos del XX, de cada 1000 nacidos morían 200 niños antes de cumplir el primer año de edad. Hoy solo mueren 5 de cada 1000 bebés.
El crecimiento natural de la población española es muy débil. Y lo sería más si no hubiera inmigrantes.
La Estructura de la Población
- La población española envejece. La edad media supera los 40 años y aumenta la proporción de personas mayores de 65 años. En 1900, solo el 5% de la población tenía más de 65 años, hoy este porcentaje supera el 17% y se prevé que en 2020 alcance el 20%. La población española envejece porque nacen pocos niños y las personas viven cada vez más años.
- Nuestra esperanza de vida es una de las más altas del mundo: 77 años para los varones y 83 para las mujeres. Su crecimiento ha sido espectacular, pues hace cien años la esperanza media de vida de los españoles era de 35 años. En un siglo el número de personas mayores casi se ha multiplicado por siete.
La Actividad Económica de los Españoles
En un siglo, España ha pasado de ser un país básicamente rural a presentar una estructura económica propia de un país desarrollado. Casi el 65% de la población trabaja en el sector servicios, que aporta casi dos tercios de la riqueza del país. La industria emplea el 18.1% y la construcción el 12.1%. Las actividades agrícolas, ganaderas y pesqueras ocupan solo el 5.2% de los trabajadores.
Desde 1970 se ha producido una incorporación progresiva de la mujer al trabajo fuera de casa. La población activa femenina ha pasado del 13.5% al 46% en 2005. Es un porcentaje importante, aunque todavía dista de la tasa de actividad masculina. Además, la tasa de paro femenina casi dobla a la masculina.
Las Migraciones en España
Las Migraciones Interiores
Las migraciones interiores se han producido, principalmente desde el campo a las ciudades. A finales del siglo XIX comenzaron a mecanizarse las labores del campo, por lo que se necesitaba menos mano de obra y los campesinos buscaron trabajo en las industrias de las ciudades. Entre 1960 y 1975 el éxodo rural fue masivo.
La mayoría de emigrantes procedían de áreas rurales con una economía estancada y un elevado crecimiento demográfico, sobre todo de Andalucía, Extremadura, Galicia y algunas zonas de la meseta castellana. Se dirigieron a las regiones industrializadas como Madrid, Cataluña, Valencia… A partir de 1975 la crisis económica y el cierre de muchas fábricas hicieron disminuir estos desplazamientos.
Las Migraciones Externas
Desde finales del siglo XIX se intensificaron las migraciones de españoles a países extranjeros. A ellos se sumaron los refugiados políticos durante la Guerra Civil española y el régimen dictatorial de Francisco Franco Bahamonde.
Hasta el primer tercio del siglo XX, los inmigrantes se establecieron en América Central y del Sur y en menor número en el norte de África. A partir de 1950, algunos de los países europeos más ricos se convirtieron en destinos preferentes. En 1973 casi 2 millones de españoles vivían en el extranjero.
La crisis económica mundial supuso el fin de esta intensa emigración. La crisis provocó una reducción de los empleos en los países que hasta entonces habían acogido a los emigrantes españoles.
Por el contrario, la inmigración ha crecido extraordinariamente en los últimos años. Más que en ningún otro país comunitario. En 2000 solo el 1% de la población española era extranjera. Y en 2005 el 9%.
También llegan inmigrantes de otros estados de la Unión Europea.
Distribución de la Población Española
La población se distribuye de forma desigual en el territorio español. Más de la mitad se concentra en solo cuatro Comunidades autónomas: Andalucía, Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana. Esta situación parece que se mantendrá en los próximos años, pues siguen siendo comunidades que ganan población.
Por el contrario, otras tres o cuatro comunidades como Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura albergan solo el 15% de la población total, aunque comprenden algo más de la mitad de la superficie del país.
Las diferencias son mayores a nivel provincial. Las densidades de población de las provincias de Soria y Teruel no alcanzan los 10 hab/km² frente a los 724 hab/km² de Madrid.
Dentro de las provincias, la población se concentra en las ciudades, sobre todo en las capitales, mientras que en el campo está casi despoblado.