1. Problemas y políticas medioambientales: Las actividades negativas del ser humano sobre el medio ambiente son la sobreexplotación o explotación del medio por encima de su capacidad de producción y regeneración; la contaminación o adición de materias nocivas en una proporción no asimilable por el medio, y la destrucción o desaparición total de elementos medioambientales. La preocupación española por estos problemas comenzó a finales de la década de los 60, cristalizó en 1971 con la creación del ICONA y ganó terreno en 1975, con el restablecimiento de la democracia. Así, en 1977, se diseñó la primera política medioambiental, y al año siguiente, la Constitución recogió el derecho de todos a disfrutar de un medio ambiente adecuado y fijó sanciones para quienes atentasen contra él. En la actualidad, la política medioambiental española está determinada por los acuerdos internacionales suscritos, por la política medioambiental de la UE y por las actuaciones del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. A) Los acuerdos internacionales suscritos por España implican el cumplimiento de determinados compromisos en ciertos temas medioambientales como el cambio climático, la contaminación atmosférica, etc. B) La política medioambiental de la UE trata de preservar el medio ambiente mediante actuaciones que repercuten en la política medioambiental de los estados miembros: – El fomento del desarrollo sostenible, entendido como un uso racional de los recursos, que permita satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras. – La prevención de la degradación mediante el estudio previo del impacto ambiental de los proyectos; la integración de la dimensión medioambiental en todas las políticas comunitarias, y la concienciación de la opinión pública, a través de la educación y las campañas de sensibilización. – La corrección de los problemas existentes en la UE mediante la promulgación de normas al efecto; la sanción de los que las infringen, de acuerdo con el principio de que quien contamina paga; el fomento de la investigación medioambiental y la concesión de fondos destinados a su mejora. – La corrección de los problemas medioambientales globales. – La conservación de los espacios naturales de la Unión creando una red de espacios protegidos: la Red Natura 2000. C) La política del Ministerio de Medio ambiente se propone garantizar el desarrollo sostenible y mejorar la calidad medioambiental.
2. Principales problemas medioambientales: 1. La alteración del relieve: – El relieve continental resulta alterado por las actividades extractivas de minas y canteras y por la construcción de ciertas infraestructuras, como túneles y carreteras. Sus consecuencias son la destrucción de relieves o la creación de otros artificiales con los productos de las escombreras. Ambos causan un grave impacto visual, que afea el paisaje y en algunos casos le resta valor económico o como espacio de ocio. Las soluciones se han centrado en la restauración de los espacios afectados. – El relieve costero está sometido a fuertes alteraciones. A la erosión marina se añaden la presión urbanística, la desaparición de playas por las extracciones de grava y arena y la construcción de estructuras artificiales como puertos deportivos, espigones… Frente a estos problemas, la política de costas pretende recuperar progresivamente su naturalidad controlando las nuevas instalaciones, demoliendo las que vulneran la ley de costas y recuperando los espacios degradados. 2. La contaminación atmosférica: Se debe a la emisión de productos como monóxido de carbono, dióxido de azufre, óxido de nitrógeno, cloro y partículas de polvo y humo. Proceden de la quema de combustibles fósiles en las centrales térmicas, las industrias, el transporte, las calefacciones… Causan problemas como: 1. La lluvia ácida: Es una precipitación con un grado de acidez superior al normal. Se produce cuando las emisiones de dióxido de azufre y óxido de nitrógeno se mezclan con el vapor de agua contenido en el aire y se transforman en soluciones ácidas, que caen a la superficie terrestre con el agua de lluvia. Provoca alteraciones en las aguas, la vegetación, los suelos y los edificios. En España, entre las zonas más afectadas se encuentran las áreas próximas a las centrales térmicas de A Coruña, Teruel y León. Frente a esto, España firmó el Convenio de Ginebra en 1982 que la compromete a reducir en 2010 sus emisiones de azufre un 65% respecto al nivel de 1990 y las de óxido de nitrógeno un 41%. Además, para cumplir la normativa de la UE en 2000 procederá a la mejora tecnológica de las centrales térmicas y al cierre de 23 de ellas entre el 2008 y 2015. Gracias a esto han disminuido las emisiones de azufre aunque han aumentado las de óxido de nitrógeno. 2. El problema del ozono: El ozono es una molécula formada por 3 átomos de oxígeno. El problema relacionado con él tiene una doble vertiente. 1. La reducción del espesor de la capa de ozono estratosférico, situada entre 15 y unos 55 km de altura, que filtra las dañinas radiaciones ultravioletas del Sol. Su disminución se debe al cloro contenido en los CFC empleados en aerosoles, espumas. El cloro reacciona con el ozono y lo convierte en oxígeno normal. Este problema afecta a la vida animal, vegetal y humana. Frente a este problema, España cuenta con estaciones de vigilancia de la capa de ozono. Además, en virtud de un acuerdo internacional suscrito por la UE, el protocolo de Montreal, ha prohibido la producción, comercialización y uso de CFC. Gracias a ello, las emisiones españolas de CFC han descendido considerablemente. 2. El aumento del ozono troposférico, se genera a ras del suelo, por la reacción de la luz solar intensa con los óxidos de nitrógeno y con los productos procedentes de la combustión de hidrocarburos en los automóviles, las industrias y las calderas de carbón. Esto en verano provoca irritaciones oculares y perturbaciones respiratorias. Frente a él, España cuenta con estaciones de vigilancia que avisan a la población cuando se rebasan los límites máximos, y debe cumplir los límites de concentración de óxidos de nitrógeno fijados por la UE. 3. La campana de contaminación urbana: La campana de contaminación es una niebla formada por partículas de polvo y humo en suspensión emitidas por el tráfico y las calefacciones urbanas. Se forma sobre las grandes ciudades, sobre todo en invierno y con una situación anticiclónica, provocando alteraciones en las plantas y en los edificios y enfermedades respiratorias y cardiacas en las personas. En España afecta al 89% de las ciudades de más de 100.000 habitantes. Para combatirlo, se promueven el uso del transporte colectivo y el ahorro energético, con el fin de cumplir los límites de concentración de partículas establecidos por la UE.
4. El efecto invernadero y el cambio climático: El efecto invernadero es una función natural de la atmósfera, realizada por el vapor de agua y gases como el dióxido de carbono y el metano. Estos gases actúan como el cristal de un invernadero: dejan pasar la radiación solar, pero retienen parte del calor irradiado por la superficie terrestre, evitando que escape al espacio exterior. Sin este efecto, la temperatura media del planeta sería de -18ºC en lugar de los 15 actuales. Sin embargo, el aumento de las emisiones de gases con efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles, las emisiones de ciertas industrias, los automóviles, los incendios y la deforestación, hacen que la cantidad de calor retenida sea mayor. La consecuencia es un cambio climático, consistente en el aumento global de la temperatura de la tierra, cifrado entre 1,1ºC y 6,4ºC para el s.XXI; el incremento de fenómenos extremos, como las sequías e inundaciones; la subida del nivel del mar y una reducción de la biodiversidad motivada por la extinción de especies animales y vegetales. España ha aumentado notablemente la emisión de gases con efecto invernadero debido al incremento del número de automóviles y a la creciente demanda energética, cubierta sobre todo con combustibles fósiles. No obstante, debe cumplir sus compromisos internacionales. El protocolo de Kioto obliga en 2012 a no aumentar las emisiones más de un 15% respecto al 2009; y el acuerdo de la UE en 2007 de reducirlas un mínimo de un 20% en la primera mitad del sXXI requerirá un esfuerzo mayor. Sin embargo, España es el país comunitario que más se aleja de los objetivos de Kioto. Frente a este problema, se toman medidas como asignar cupos de emisión de gases con efecto invernadero, bajar los impuestos a los automóviles menos contaminantes; implantar normas para mejorar la eficiencia energética de los edificios, fomentar las energías renovables y crear nuevas centrales de ciclo combinado menos contaminantes.
Además, frente a la contaminación atmosférica en general, se han creado estaciones para medir la calidad del aire y se ha elaborado una nueva Ley de Calidad del Aire en 2007. Establece un catálogo de sustancias contaminantes y de actividades potencialmente contaminantes y les adjudica límites de emisión, vigilando su cumplimiento mediante evaluaciones de calidad del aire y estableciendo sanciones para los infractores. 3. La contaminación acústica: El ruido ambiental se considera como un contaminante atmosférico, aunque no añade sustancias dañinas a la atmósfera, deteriora la calidad ambiental. Sus causas principales son el tráfico, ciertas actividades industriales y diversos establecimientos urbanos (discotecas, bares…). Sus consecuencias son cefaleas, fatiga auditiva, sordera, hipertensión, insomnio… En España, 3/4 partes de la población padecen niveles de ruido superiores a los considerados tolerables, siendo el primer país de la UE y el segundo de la OCDE, después de Japón, con mayor nivel de ruido. Para solucionar esto, se ha elaborado una Ley del Ruido, que obliga a las grandes ciudades a elaborar mapas de ruido. Así, los municipios se dividen en áreas acústicas en función del uso predominante del suelo (industrial..) y se asigna a cada área unos valores máximos de ruido. Las actividades nuevas que los superen no podrán instalarse. Donde las actividades ya existentes rebasen los topes fijados, la administración local elaborará planes para reducirlos, que incluyen la regulación del tráfico, la instalación de pantallas acústicas, y la clausura de las instalaciones causantes del ruido.