La Industrialización en España: Un Recorrido Histórico
Los Antecedentes de la Industrialización
Desde finales del siglo XVIII, los ilustrados alzaron su voz a favor del desarrollo y de la industrialización del país. España reunía unas condiciones favorables para la implantación de la actividad industrial moderna, pues contaba con:
- Una producción artesanal diversa y rica.
- Las Reales Fábricas.
Como factores negativos para la instauración de los nuevos sistemas industriales se encontraban:
- Los problemas de la insuficiencia energética (carbón).
- La escasez de recursos tecnológicos y humanos.
La nación vivió avatares tan perjudiciales para la industria como la Guerra de la Independencia y las guerras carlistas. En la primera mitad del siglo XIX tuvieron lugar algunos hechos importantes para la industrialización, como:
- La construcción de los altos hornos en 1832 en Marbella, Málaga y Barcelona.
- El desarrollo de las fábricas textiles de Cataluña.
Los Inicios del Despegue Industrial
En la segunda mitad del siglo XIX se consolidó en Europa la Revolución Industrial. En España, la industrialización avanzó hasta alcanzar cotas de importancia, pero evidenció:
- Un notable retraso con relación a los países europeos.
- Una gran dependencia tecnológica y financiera de los mismos.
Junto a la industria siderúrgica y textil, el logro más importante fue la amplia red ferroviaria que en 1865 alcanzaba ya los 4663 km. La red de ferrocarriles estuvo al servicio de la explotación minera de nuestro subsuelo, también protagonizada por empresas de nacionalidad británica, francesa, belga, etc. España era el primer país productor de hierro, que se exportaba en su mayor parte a Gran Bretaña desde el puerto de Bilbao. La industrialización española avanzó bajo el signo del proteccionismo a un ritmo lento y plagado de discontinuidades. La producción industrial española estuvo muy orientada hacia los bienes de consumo y sustentada, en gran medida, en las industrias siderúrgica, metalúrgica y textil. El mapa industrial comenzó a adquirir unos trazados nítidos en los que ya se advertía la polarización en torno a Vizcaya, Barcelona y Madrid, y en otros puntos del interior peninsular que desarrollaban una industria de base agraria.
El Crecimiento Industrial hasta la Guerra Civil
En el primer tercio del siglo XX, la industria española se afianzó notablemente gracias a la protección arancelaria. El proceso de industrialización conoció los efectos positivos de la repatriación de capitales tras la pérdida de las colonias. A pesar de que continuó la explotación minera por parte de las empresas europeas, la Primera Guerra Mundial permitió:
- El incremento de las exportaciones agrarias e industriales a los países contendientes.
- La mejora de la productividad industrial.
Se dio un considerable impulso a la construcción de obras públicas, como carreteras, durante la dictadura de Primo de Rivera, que resultó fundamental para la conexión de los mercados interiores. En este período:
- Las empresas extranjeras abandonaron la explotación de las minas españolas.
- La industria española seguía acusando el retraso y la dependencia de Europa.
La Reconstrucción Industrial de la Posguerra
En 1941 se creó el Instituto Nacional de Industria (INI), con una fuerte participación de capital estatal en los sectores básicos de la industria (siderurgia, naval, petroquímica). A partir de 1950 la situación fue cambiando y se logró:
- Una cierta recuperación en los niveles de renta.
- Una mejora en la situación de la posguerra.
La economía española encontró cierto alivio a partir de las negociaciones con Estados Unidos y del ingreso en la ONU. La nueva estructura industrial se caracterizó por la dualidad, es decir, por la existencia de:
- Un sector dominado por la gran empresa de capital público.
- Otro sector integrado por la pequeña y mediana empresa de capital privado.
Desde un punto de vista espacial, la política industrial favoreció la consolidación de algunas regiones industriales: Cataluña, País Vasco y Madrid. Pero el modelo industrial tenía graves deficiencias. A partir de 1959 se abordó el desarrollo industrial y económico siguiendo las directrices del denominado Plan de Estabilización.
El Impulso Industrializador de los Años 60
Entre 1959 y 1975 se produjo un gran crecimiento económico. El Estado puso en funcionamiento:
- Los planes de desarrollo.
- Una política regional basada en los polos de desarrollo y promoción.
La industria española mejoró y alcanzó un alto grado de diversificación, pero siguió acusando los efectos negativos de la gran dependencia tecnológica. El desarrollo industrial de los años 1960 se localizó en las regiones que tenían mayor tradición industrial. Se generó una dicotomía entre los tres espacios más industrializados (Cataluña, País Vasco y Madrid). El modelo industrial de la década de 1960 hizo que aumentaran las diferencias entre regiones ricas y pobres. Al final del período, la industria española entró en una profunda crisis. El encarecimiento de la energía, causado por la gran subida de los precios del petróleo en 1973, incrementó los costes de producción.
Crisis y Reestructuración de la Industria Española
Las causas externas de la crisis de España fueron, principalmente, la subida de los precios del petróleo. Las causas internas fueron:
- La dependencia energética y tecnológica.
- El ocaso del franquismo.
La respuesta a la crisis no podía ser otra que la reestructuración de la industria. La reconversión industrial se llevó a cabo sobre los sectores maduros de la industria. En los programas de reindustrialización, se crearon las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR). A partir de 1991, se inició una nueva reconversión industrial, impuesta por Europa.
El ingreso de España en la Unión Europea
Tras el ingreso de España en la Unión Europea, la política industrial española siguió las directrices que emanaban de la Unión. La política comunitaria incorporó un conjunto de medidas y de actuaciones que se recogieron en el V Programa Marco de la Unión Europea (1998-2002). A partir de la integración:
- Se intensificaron las reconversiones para adaptarse a las exigencias comunitarias.
- Comenzaron a percibirse en la industria algunos efectos de la convergencia, como el desarme arancelario.