El PIB industrial en España
La variable del porcentaje de participación de la industria en el PIB regional es indicativa de la importancia de esta actividad en la riqueza regional, pero no siempre es indicativa del nivel de industrialización de una región en el conjunto de regiones industriales españolas. Al tratarse de un %, el alto PIB industrial de una región puede ser el resultado de una baja aportación de los otros dos sectores económicos, sin que este hecho signifique una elevada relevancia a nivel nacional (Rioja, Navarra, Aragón). La evolución de la participación de la industria en el PIB de España y de las comunidades autónomas entre 1986 y 2004 se ha caracterizado por una fuerte reducción. Los factores que explican esta evolución han sido la reconversión industrial que siguió a la crisis de 1975 y el desarrollo del sector terciario. La diferencia principal entre los mapas de 1986 y 2004 es la incorporación de Castilla y León al grupo de comunidades con mayor participación de la industria en el PIB. El resto de regiones que en 1986 tenían una alta aportación de la industria al PIB siguen siendo las mismas: Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, Rioja, Cataluña… La diferencia está en el descenso de la aportación de la industria al PIB en todas ellas y en el distinto dinamismo industrial que presentan. Así, Cataluña se encuentra entre las regiones industriales más dinámicas gracias a la implantación de los sectores de alta tecnología. Las comunidades situadas en los ejes del Ebro (Rioja, Navarra, Aragón) y del eje mediterráneo (Cataluña, Comunidad Valenciana) son zonas industriales en expansión que se benefician de las tendencias difusoras de la industria gracias a su buena red de comunicaciones y del desarrollo de la industrialización endógena. Y las comunidades del Cantábrico (Asturias, Cantabria, País Vasco) son áreas industriales en declive, debido a la dureza de la reconversión industrial y a sus prolongados efectos; aunque existe algún caso de revitalización como el que ha tenido lugar en el País Vasco.
Áreas industriales en España
La localización industrial presenta fuertes desequilibrios territoriales. Existen claros contrastes entre áreas industrializadas con distintas tendencias y áreas de industrialización escasa. Los desequilibrios se ven agravados por la tendencia de los sectores más dinámicos a localizarse en las regiones más avanzadas. Las desigualdades en el reparto espacial de la industria son a su vez fuente de otros desequilibrios territoriales en el reparto de la población. Por eso, el fomento de la industria ha sido uno de los objetivos básicos en las políticas para el desarrollo regional. La localización industrial permite diferenciar las áreas:
Áreas industriales desarrolladas
Son los espacios centrales de las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, que se han consolidado como los centros principales de la industria española. Su evolución está marcada por:
- Hundimiento o reconversión de importantes sectores maduros.
- Revitalización industrial, pues las ventajas de su centralidad atraen hacia Madrid y Barcelona a las empresas más innovadoras y las sedes sociales de las empresas nacionales y de las filiales de las multinacionales; ello favorece a una creciente terciarización de su industria.
Ejes industriales en expansión
Son el resultado de las tendencias difusoras de la industria o del desarrollo de la industrialización endógena. Puede diferenciarse:
- Coronas metropolitanas: cuentan con áreas industriales en declive y en proceso de reconversión (Bajo Llobregat, sur de Madrid…).
- Franjas periurbanas: han adquirido gran atractivo para relocalizar industrias de las ciudades próximas.
- Ejes de desarrollo industrial: se localizan a lo largo de las principales vías de comunicación. Los ejes nacionales principales son los del valle del Ebro y el Mediterráneo (Girona-Cartagena), que cuentan con una red de autopistas que los conecta con los principales centros nacionales y del sur de Europa. A nivel regional y comarcal, destaca el eje en torno a Madrid, que se extiende hacia las provincias limítrofes de Castilla-La Mancha, y los ejes secundarios de las regiones del interior, que siguen algunas de las principales carreteras (autovía Tordesillas-Valladolid-Palencia).
Áreas rurales
También han crecido las implantaciones industriales. Se trata de pequeñas empresas que requieren escasa inversión, tecnología simple y baja cualificación profesional. Los casos más frecuentes son pequeños talleres de producciones tradicionales, empresas urbanas relocalizadas… A veces también surgen empresas innovadoras gracias a su cooperación empresarial y al apoyo de la administración local.
Áreas de industrialización inducida
Son Aragón, Castilla y León y Andalucía, que hasta 1960 han sido objeto de iniciativas para la promoción industrial. Poseen algunos enclaves industriales más desarrollados que concentran las inversiones, la producción y el empleo, pero son incapaces de relacionarse con otros enclaves o de difundir la industria hacia áreas próximas, por lo que generan claros desequilibrios territoriales (Zaragoza en Aragón, triángulo Sevilla-Cádiz-Huelva en Andalucía, Valladolid y Burgos en Castilla y León).
Áreas de industrialización escasa
Son Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares y Canarias, debido a su localización poco competitiva. Predominan los sectores tradicionales de escaso valor añadido.