La Catalunya Húmeda: Recursos Naturales y Vegetación

La Catalunya Húmeda: se caracteriza por la mayor influencia de lluvias. Está situada por encima de los 700 milímetros de precipitación anual. Debido a su régimen climático y nival, el territorio de la Catalunya Húmeda concentra las principales reservas de agua del país. La vegetación mediterránea da paso a la vegetación caducifolia como los robles, los hayedos y los bosques coníferos de montaña como abetos o los bosques de pino negro.

Dentro de la Catalunya Húmeda podemos distinguir dos regiones:

1. Regió Oriental: Comprende las tierras de la Serralada Transversal, levantada entre el Pirineo y la cordillera litoral. Presenta una fisonomía montañosa y unas altitudes notables (400-1700 m). Esta región es conocida también como la aduana pluviométrica de Catalunya, debido a la importancia de sus precipitaciones, alrededor de los 800-1800 milímetros anuales. El clima de la región es mediterráneo de montaña, sin ningún mes de sequía. Desde el punto de vista de la vegetación, es la región forestal más importante del país, con bosques densos y extensos: encinares, robles, hayedos, castanyerats, etc. Debido a la estructura de la propiedad y a la abundancia de agua, el poblado es bastante disperso.
2. Alt Pirineo: Comprende las tierras del enfermo Pirineo, formadas por los macizos más elevados de esta cordillera, con una proporción importante de gran altitud (2000-3000 metros). Presenta un paisaje de tipo alpino o subalpino, dominado por las formas esbeltas de las montañas y los valles encajados y umbrías. El clima de la región es mediterráneo de montaña, frío y húmedo, con precipitaciones importantes, entre 1000 y 2000 milímetros anuales. La vegetación alterna bosques caducifolios, robles y hayedos, con los perennifolios (pinares de pino negro y abetos) y con los prados. Es una región muy poco poblada que en los últimos años ha vivido el auge de los deportes de nieve.

1.3 Unos Recursos Naturales Limitados:
Los recursos naturales son todos aquellos bienes procedentes de la naturaleza que la sociedad utiliza para satisfacer las necesidades humanas. Se pueden clasificar según su procedencia: subsuelo, suelo, aguas, vegetación, fauna, energía, etc.
Minerales:
El territorio de Catalunya es bastante pobre en cuanto a la posibilidad de explotación comercial de sus recursos minerales. A lo largo de la historia han existido explotaciones de minerales no energéticos y en la actualidad están agotados o son económicamente inviables.
El principal recurso minero no energético es la sal potásica. La explotación de este recurso mediante galerías ha configurado hasta la actualidad el paisaje industrial de la comarca de Bages.
En cuanto a minerales energéticos, lo más importante ha sido el carbón. Las cuencas carboníferas de Catalunya nunca han tenido mucha importancia debido a su escasa calidad. La mayoría de cuencas carboníferas se localizan en el Pirineo.
El petróleo, la otra gran roca energética de importancia económica, es también escaso en nuestro país. Los únicos yacimientos se sitúan cerca de las costas de Tarragona.
Rocas industriales:
Hay una buena producción de rocas industriales y actualmente generan un volumen de negocio apreciable. La principal actividad extractiva se centra actualmente en los áridos. La explotación de estas rocas se lleva a cabo generalmente a cielo abierto.



Suelo:
El suelo constituye un recurso fundamental, porque es el sustrato sobre el que se desarrolla la vegetación. La composición y las características del suelo dependen de la naturaleza de la roca madre, del clima y de la acción de los seres vivos. La variedad de los suelos puede ser muy amplia según la combinación de los diversos agentes. En Catalunya, debido a la diversidad litológica, hay una gran variedad de tipos de suelos. Los suelos aptos para la agricultura, sin embargo, son más bien escasos, debido a la extensión limitada de territorios llanos y a que los suelos forestales son delgados y frágiles. Entre las funciones más importantes de los suelos destacan las siguientes:

  • Reducción de biomasa
  • Regulación de régimen hidrológico
  • Hábitat biológico
  • Función ecológica

El suelo es un recurso natural frágil y se puede destruir fácilmente. Algunas de las causas humanas que favorecen la pérdida de suelo son la erosión, la contaminación por vertido de residuos o por uso inadecuado de productos fitosanitarios.
Vegetación:
El desarrollo de la vegetación es el resultado de la combinación de varios factores: el relieve, los tipos de suelos, las condiciones climáticas, etc. En el territorio catalán, los tipos de comunidades vegetales y de dominios de vegetación también son variados. En Catalunya encontramos representados los dominios de vegetación propios de las grandes regiones biogeográficas europeas y diversas formaciones vegetales entre las que destaca el bosque. El bosque consiste en el hábitat que ocupa una extensión de territorio más grande y es un importante recurso ecológico y paisajístico. En el último medio siglo, la superficie forestal ha experimentado un avance importante. Prácticamente un 60% de la superficie del país tiene un carácter forestal. La mitad corresponde a bosque propiamente dicho y la otra mitad a bosques, matorrales y prados. La existencia de una cobertura vegetal extensa y diversa garantiza el mantenimiento de la biodiversidad y proporciona una multiplicidad de recursos.
El agua:
El agua dulce es un recurso indispensable para la vida de las personas. En Catalunya, este recurso es escaso, de reparto irregular y de difícil acceso. Los ríos son las arterias que distribuyen el agua por el territorio, desde las cabeceras hasta las desembocaduras. La red hidrográfica de Catalunya está constituida por ríos de la vertiente occidental o cuencas intracomunitarias y los ríos de la vertiente oriental o cuencas internas, que nacen y finalizan en Catalunya. Las aguas de los ríos se han aprovechado directamente para el regadío y para el consumo humano, bien a través de canales, bien mediante la construcción de presas y embalses. Los recursos hídricos incluyen solo las aguas superficiales de ríos y lagos. También las aguas subterráneas que se aprovechan a través de las surgencias naturales.
Para poder suministrar agua para el cultivo y para los núcleos urbanos se empezaron a construir grandes embalses en los ríos catalanes de la red pirenaica. En la actualidad, estos embalses constituyen grandes reservas de agua y también centrales generadoras de energía eléctrica. Como el consumo de agua no ha parado de crecer, constituye un recurso escaso y algunas zonas del país están sometidas a restricciones ocasionales en cuanto al consumo de agua, sobre todo en verano.

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