La Actividad Agraria en España: Condicionantes, Paisajes y Transformación Rural

Condicionantes de la Actividad Agraria en España

A lo largo de la historia, la actividad agraria ha tenido un peso muy significativo en España. A partir del siglo XX, se ha generado un crecimiento espectacular en la producción. La especialización agroganadera y la extensión de los monocultivos, el avance en la agricultura intensiva, el uso de pesticidas y fertilizantes, la mejora de los piensos y la selección de semillas y razas, y el desarrollo de productos transgénicos, entre otros factores, han hecho que nuestra producción sea muy competitiva a nivel europeo e internacional.

Los condicionantes físicos tienen actualmente una menor influencia relativa, si bien no podemos obviar el impacto del clima, el relieve (altitud, pendiente, litología) y los suelos en el desarrollo agrario, así como la hidrología y el acceso al agua.

Factores Históricos y Políticos

El proceso histórico ha condicionado la estructura de la propiedad (tamaño y régimen de tenencia de la tierra), las explotaciones y la producción. Las medidas políticas han determinado el desarrollo rural y el ajuste entre la oferta y la demanda.

La base de la trilogía mediterránea (trigo, vid y olivo), fundamental en la dieta mediterránea, tiene su origen en la época romana. A esta base se añadieron nuevos productos agrícolas con los musulmanes a partir del siglo VIII y procedentes de América y Asia desde el siglo XVI. Paralelamente, aumentó la explotación ganadera en los reinos cristianos medievales, especialmente desde el siglo XIII. No será hasta la incorporación de los avances de la revolución industrial del siglo XIX al campo cuando se alcance una producción excedentaria y la plena incorporación de nuestros productos a la economía de mercado.

También desde la Antigüedad se consolidó la estructura de tamaño y explotación de las fincas, así como la concentración de grandes propiedades (latifundios) en pocas manos, que pasaron de la nobleza y el clero a la burguesía con las políticas de desamortización del siglo XIX. Actualmente, siguen existiendo grandes latifundios principalmente en la mitad sur peninsular y parte de Aragón.

Las políticas de concentración parcelaria, iniciadas en los años 50 del siglo XX, han potenciado el aumento de las explotaciones medianas. Sin embargo, todavía actualmente, el 66% de las explotaciones tienen menos de 10 hectáreas (ha), ocupando tan solo el 8,7% de la Superficie Agraria Útil (SAU), mientras que las grandes explotaciones (más de 100 ha) representan el 5,5% del total y ocupan el 55,5% de la SAU.

La Política Agraria Común (PAC)

La especialización y el volumen de la producción agraria, así como la necesidad de abordar los problemas socioeconómicos y medioambientales derivados de la sobreexplotación, se gestionan en España desde su ingreso en la CEE en 1986 a través de la PAC (Política Agraria Común). Es una de las políticas más importantes de la Unión Europea (UE), ya que su financiación supone aproximadamente el 34,5% del presupuesto comunitario, a pesar de que las actividades agrarias aportan al PIB europeo solo alrededor del 2%. Además, la PAC se orienta cada vez más al desarrollo integral del espacio rural, enfrentando el desafío del despoblamiento.

Las medidas actuales de la PAC han evolucionado respecto a las existentes en 1986. Los acuerdos internacionales desde los años 90 exigieron reducir las subvenciones directas a la producción agraria, que por aquel entonces eran muy elevadas. Esto provocó una reformulación orientada también a la reducción de excedentes y a la promoción de un desarrollo sostenible.

Así, las ayudas hoy se destinan a:

  • Promover prácticas como el barbecho.
  • Incentivar las jubilaciones anticipadas.
  • Apoyar el cambio a cultivos más competitivos y sostenibles.
  • Establecer cuotas máximas de producción para determinados sectores.
  • Limitar el uso de productos químicos (fertilizantes y pesticidas).
  • Fomentar el aumento de la superficie forestal.
  • Apoyar y subvencionar actividades no agrarias en los espacios rurales (diversificación económica).
  • Fomentar la agricultura a tiempo parcial.
  • Conceder ayudas para mejorar la dotación y calidad de los servicios básicos, buscando mejorar la calidad de vida de los residentes rurales.

El acuciante despoblamiento del mundo rural, que ha empeorado en las dos últimas décadas, junto a las exigencias comunitarias y la crisis actual del sector, está llevando a movilizaciones e iniciativas públicas y locales que tienen en la ordenación del territorio una de sus herramientas clave.

Uso y Aprovechamientos del Espacio Rural Español

La reconversión de los espacios rurales españoles está siendo, pues, un hecho, impulsada por la terciarización del campo (turismo rural, servicios) y la industrialización endógena, que aprovecha el patrimonio cultural y paisajístico local.

No obstante, la actividad agraria sigue siendo fundamental: el 46% del territorio nacional es Superficie Agraria Útil (SAU). Esta se dedica principalmente a tierras labradas (30,3% del total nacional) y a pastos permanentes para aprovechamiento ganadero. El resto del territorio corresponde a espacios forestales y, en menor medida, a eriales, espartizales y otras cubiertas no agrarias. La dehesa es un sistema agrosilvopastoral característico que combina la explotación agropecuaria y la forestal.

Cultivos

Destacan los cultivos herbáceos, principalmente los cereales (cebada y trigo sobre todo), aunque un porcentaje significativo de la tierra de labor permanece en barbecho. Le siguen en importancia los cultivos forrajeros, los industriales (girasol, remolacha), las leguminosas y las hortalizas. Algo menor es la extensión de los cultivos leñosos, entre los que destaca el olivar, seguido de los frutales (cítricos y de hueso/pepita) y los viñedos. Aproximadamente el 12% de la SAU cuenta con sistemas de regadío.

Ganadería

Aunque la ganadería tiene un menor peso en la ocupación del suelo que la agricultura, España es una potencia ganadera, aportando alrededor del 9,5% de la producción final ganadera de la UE. Las principales cabañas ganaderas son la bovina, la ovina, la caprina, la porcina y la aviar. En el caso de la bovina, la ovina y la porcina, su producción se especializa según la selección de razas y el tipo de explotación (extensiva o intensiva/estabulada), obteniendo de ellas principalmente producción láctea o cárnica.

Nuevas Funciones del Espacio Rural: El Paisaje

Como resultado de esta reconversión, el espacio rural actual es multifuncional, complejo y heterogéneo, cada vez más interconectado con el medio urbano. La percepción, cada vez más extendida, de lo rural como sinónimo de calidad de vida explica que muchas personas se trasladen a vivir a esas zonas o tengan allí segundas residencias. Ello facilita un aumento y mejora de las infraestructuras y de las actividades de ocio y turismo, comerciales, de comunicaciones, etc.

Muchos espacios rurales se han revitalizado por su atractivo natural o cultural, su buena accesibilidad o por desarrollar una industrialización endógena de importancia comarcal e incluso nacional o internacional (productos con sellos de calidad, Denominación de Origen Protegida – DOP, Indicación Geográfica Protegida – IGP) o que acogen la deslocalización de la industria urbana tradicional. En contraste, otros espacios, especialmente en provincias con escasa población ya de por sí, dan paso a lo que se conoce como la España vaciada, caracterizada por una población envejecida y cada vez menor.

Diversidad de Paisajes Rurales en España

Existen variados tipos de paisajes rurales, con diferencias notables entre los de clima atlántico, los interiores y los de clima mediterráneo marítimo.

Paisaje Atlántico (Norte)

En el norte (Galicia, Cornisa Cantábrica), predominan las parcelas pequeñas (minifundios), cerradas por setos o muros (bocage) e irregulares. Se dan monocultivos de secano (maíz, patata, huerta, vid en Galicia) y algunos cultivos intensivos bajo plástico, aunque aún se ven policultivos tradicionales. La agricultura se concentra en las zonas llanas y en los valles. Destaca la ganadería bovina, tanto extensiva (cárnica) como, sobre todo, estabulada para producción de leche, a pesar de las exigencias de reducción de la producción por parte de la UE. También hay explotación forestal (pino, eucalipto).

Paisaje Interior

En el interior de la Península destacan grandes vacíos demográficos, con predominio del hábitat concentrado en pequeños pueblos (más al norte) y núcleos mayores en Extremadura y Andalucía. También existe un hábitat disperso intercalado con cortijos o haciendas unidas a grandes explotaciones agrícolas.

  • Campiñas: Destacan las campiñas de la Meseta y del valle del Ebro. En ellas abundan los cereales de secano (trigo, cebada), así como regadíos extensivos hortofrutícolas y de plantas forrajeras. Predominan los campos abiertos (openfield) y de parcelas regulares. Se observan latifundios en la mitad sur y el valle del Ebro, y explotaciones medianas en el valle del Duero.
  • Páramos y Zonas Elevadas: En los páramos encontramos cultivos leñosos resistentes como almendros, olivares y viñedos. La ganadería ovina, importante para la producción de queso, aprovecha eriales y barbechos.
  • Oeste y Zonas de Montaña Media: En el zócalo occidental (Extremadura, Salamanca) se da la dehesa, un paisaje característico de encinas y alcornoques con aprovechamiento ganadero extensivo (cerdo ibérico, bovino, ovino) y agrícola. También en los Montes de Toledo, Sistemas Bético e Ibérico, se combina la explotación forestal con la ganadería extensiva. En Sierra Morena se combina con los olivares.
  • Valle del Guadalquivir: Destacan los extensos olivares y los cereales, así como importantes cultivos hortofrutícolas de regadío, viñedos y regadíos extensivos de arroz y cultivos industriales (algodón, girasol). La ganadería predominante es la equina y la del toro bravo.

Paisaje Mediterráneo Marítimo

Tiene un hábitat tradicionalmente concentrado en núcleos pequeños y casas solariegas intercaladas, como la masía catalana. Las explotaciones suelen ser pequeñas o medianas, abiertas e irregulares. En las zonas bajas, llanas y con acceso a agua dulce destaca la tecnología más avanzada para el desarrollo de la agricultura intensiva hortofrutícola (invernaderos, riego por goteo). La floricultura y los arrozales (como los de la Albufera valenciana) son también significativos. La ganadería destaca en Cataluña, especialmente la de cerdo blanco estabulado. En zonas algo más elevadas o de interior se dan secanos de vides, almendros y olivares, a menudo cultivados en terrazas o bancales para salvar la pendiente. La ganadería ovina se practica en zonas altas y montañosas, y la explotación forestal en las sierras litorales y prelitorales (como en Baleares).

Otros Paisajes (Pirineos y Canarias)

  • Pirineos: En las pequeñas parcelas de los valles pirenaicos se dan policultivos intensivos de autoconsumo y huerta. Sin embargo, lo más predominante es la ganadería extensiva en las zonas altas (bovina, equina, ovina y caprina) que aprovecha los pastos de montaña, y la explotación forestal de los bosques de zonas intermedias. El poblamiento ha tendido a abandonar el hábitat disperso para concentrarse en pequeños núcleos.
  • Islas Canarias: Los paisajes agrarios canarios son muy variados debido a la orografía y el clima. El hábitat está concentrado en zonas bajas y disperso en zonas medias y altas. Predominan las parcelas pequeñas, abiertas e irregulares donde destaca la producción tradicional de la papa canaria. En las zonas litorales de regadío se dan plantaciones de monocultivos orientados a la exportación (plátano, tomate, frutas tropicales, productos de huerta bajo plástico). En Fuerteventura y Lanzarote hay secanos adaptados a la aridez (cultivo en enarenados o jables). En los suelos más pobres y zonas altas pastan en los rastrojos las cabras y las ovejas.

En contraste, otros espacios en provincias con escasa población ya de por sí, dan paso a lo que se conoce como

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