Impacto del Turismo y Dinámicas Migratorias en España: Territorio y Sociedad

Las Repercusiones del Turismo

Repercusiones Demográficas

  • En las áreas litorales: Aumentan o incrementan los efectos demográficos. Jóvenes buscan trabajo, adultos o jubilados se establecen permanentemente por motivos empresariales o de ocio.
  • En áreas rurales, de montaña y ciudades históricas: Ha frenado el despoblamiento.

Repercusiones en el Poblamiento

  • En el litoral: El turismo se extiende al poblamiento urbano y provoca alta densidad de construcción y especulación del suelo.
  • En los espacios rurales, de montaña y urbanos: El turismo ha colaborado a la rehabilitación del patrimonio edificado.

Repercusiones Económicas

  • El turismo crea empleo: en España genera en torno al 13% de la ocupación.
  • Proporciona riqueza: el turismo aporta en torno al 12% del PIB y frena el endeudamiento externo, pero a veces provoca subida de precios.
  • Influye en las actividades económicas de las áreas turísticas: ocasiona una excesiva especialización en las actividades demandadas por los turistas.
  • Mejora la dotación de servicios, equipamientos o infraestructuras como los transportes (ej. Autopista del Mediterráneo), moderniza aeropuertos, potencia vuelos; pero a veces puede saturarse el uso de estos servicios en algunas épocas del año, como también puede infrautilizarse.

Repercusiones Políticas, Culturales y Sociológicas

  • El turismo fomenta el acercamiento político entre los pueblos y el contacto entre diferentes sociedades y culturas.
  • Favorece el entendimiento político y la modernización social.
  • Lo negativo supone la pérdida de costumbres o la turismofobia.

Repercusiones en la Ordenación del Territorio

  • En el litoral: Convierte el entorno en superficies recreativas o de abastecimiento.
  • En áreas rurales y de montaña: Puede favorecer el abandono de algunas actividades tradicionales e impulsar la especialización en otras.
  • No se reparte de forma equitativa los beneficios y cargas: se concentran en las áreas de sol y playa y puntos turísticos.

Repercusiones Medioambientales

  • En las áreas litorales: Las consecuencias fueron el levantamiento de grandes bloques de hoteles y apartamentos en las playas, urbanización incontrolada, destrucción de bosques y ecosistemas, contaminación atmosférica, contaminación de las aguas de las playas, exceso de ruido y acumulación de residuos.
  • En áreas rurales, de montaña y cascos antiguos de ciudades históricas: Las repercusiones son menores, pero incluyen deforestación, deterioro del patrimonio histórico y cultural, y alteración de paisajes agrarios.

Problemas del Turismo y la Política Turística

Pese a su posición de liderazgo mundial, el turismo en España se enfrenta a problemas.

Para afrontarlos se requiere una transición hacia un nuevo modelo de turismo sostenible. Tres pilares:

  • Mejora de la competitividad y rentabilidad.
  • Preservación de los valores naturales y culturales de los destinos.
  • Velar por un reparto más equitativo de sus beneficios.

Las Corrientes Migratorias Interiores Tradicionales

a) Las migraciones estacionales y temporales

Tuvieron su auge entre el último tercio del siglo XIX y la década de 1960, y se emprendían con intención de retorno. En unos casos eran desplazamientos estacionales a otras áreas rurales para realizar labores agrarias en una época en la que el campo estaba poco mecanizado (siega, vendimia, recolección de aceitunas). En otros casos eran desplazamientos temporales a la ciudad en las épocas del año en las que el campo exigía menos trabajo, para realizar tareas no agrarias en la construcción, la industria o los servicios.

b) El éxodo rural

Tuvo lugar entre finales del siglo XIX y 1975. Es una migración entre áreas rurales y urbanas con carácter definitivo o de larga duración. Su motivación principal fue conseguir trabajo e ingresos más altos; aunque también influyó la posibilidad de encontrar en las ciudades mejor nivel sanitario, cultural y de ocio y mayor libertad personal. Se dirigieron primero a los núcleos industriales.

Dentro del éxodo rural pueden distinguirse cinco etapas:

  • Entre finales del siglo XIX y 1930: El éxodo rural tuvo un volumen moderado. Sus causas fueron el exceso de brazos en el campo, debido a la crisis de la filoxera en las zonas vitivinícolas y al inicio de la mecanización en las zonas cerealistas; el crecimiento de la industria que ofrecía puestos de trabajo; y el auge de las obras públicas en la dictadura de Primo de Rivera.
  • Entre 1931 y 1950: El éxodo rural se estancó. Las causas fueron la crisis económica de los años treinta, la Guerra Civil y la posguerra. En esta etapa, las ciudades sufrieron graves problemas de abastecimiento; la industria redujo su oferta laboral debido a las destrucciones de la guerra y a su difícil reconstrucción en el contexto autárquico de la posguerra; y el franquismo fomentó la permanencia de la población rural en el campo.
  • Entre los años 1951 y 1975: El éxodo rural alcanzó su mayor volumen, especialmente desde la década de 1960. Las causas fueron el crecimiento demográfico; la crisis de la agricultura tradicional por la mecanización; el auge industrial promovido por los planes de desarrollo; y el boom del turismo que impulsó los servicios y la construcción. En esta etapa predominó el éxodo rural directo hacia las grandes ciudades de las provincias más dinámicas, que aumentaron en número: Madrid, las provincias situadas en los ejes peninsulares del Ebro y del Mediterráneo y las islas Baleares y Canarias.
  • Desde 1975: El éxodo rural decayó. Con la crisis, las antiguas áreas inmigratorias industrializadas perdieron su atractivo y su saldo migratorio positivo se redujo o incluso se volvió negativo.
  • Tras la crisis: Han contribuido a reducir el éxodo rural la tecnificación agraria; las políticas de desarrollo rural; y la implantación en el medio rural de industrias, servicios y residencias urbanas.

Las Consecuencias de las Migraciones Interiores Tradicionales

a) En el plano demográfico

Las migraciones interiores tradicionales han influido en:

  • Los desequilibrios en la distribución de la población: vaciamiento del interior y altas densidades en la periferia y Madrid.
  • La estructura por sexo: han elevado el índice de masculinidad de algunas áreas emigratorias especialmente las montañosas, dificultando la formación de nuevas familias.
  • La estructura por edad: han causado el envejecimiento de la población que quedó en el campo y el rejuvenecimiento de la población urbana, dado que los emigrantes suelen ser jóvenes.

b) En el plano económico

  • En las áreas rurales: En un primer momento, las migraciones aumentaron los recursos de la población; pero con el tiempo generaron deseconomías de subpoblación, pues al marchar la gente más joven y capacitada, descendieron la productividad y el rendimiento.
  • En las ciudades: La inmigración masiva provocó deseconomías de congestión: problemas de suelo, vivienda, circulación, equipamientos y servicios.

c) En el plano social

Se produjeron problemas de asimilación, al pasar los emigrantes de una comunidad rural de valores tradicionales, a una sociedad urbana y competitiva.

d) En el aspecto medioambiental

  • En las zonas emigratorias: Quedaron abandonados ecosistemas tradicionales, sobre todo de montaña.
  • En las grandes ciudades: La elevada inmigración creó problemas de contaminación atmosférica, ruido, residuos, etc.

Las Migraciones Interiores Actuales

Características

  • Se desarrollan desde la crisis de 1975 hasta la actualidad.
  • El volumen de la migración decreció entre 1975 y 1985 por la decadencia del éxodo rural. Desde entonces se recupera hasta alcanzar cifras muy elevadas, que responden a un nuevo modelo migratorio.
  • Las motivaciones de la migración son más variadas: laborales, residenciales, retorno al lugar de procedencia, estudio, ocio.
  • Los protagonistas son también más diversos: en edad (adultos-jóvenes, jóvenes y mayores); en nivel de formación (cualificados y no cualificados); y en origen (aumentan los extranjeros, más dispuestos a desplazarse por sus menores ataduras familiares).
  • Las corrientes migratorias son pluridireccionales, con mayor diversidad de orígenes (campo y ciudades) y de destinos (municipios urbanos grandes, medianos, pequeños, e incluso municipios rurales) localizados dentro o fuera de la propia provincia o comunidad autónoma.

a) Los tipos de corrientes migratorias

En la actualidad existen diferentes corrientes migratorias:

  • Las migraciones laborales: Responden a motivaciones de trabajo y están protagonizadas por adultos jóvenes. Proceden de zonas rurales atrasadas, ciudades industrializadas en declive y núcleos urbanos.
  • Las migraciones residenciales: Están protagonizadas por jóvenes que buscan viviendas baratas y por adultos jóvenes de clase media o acomodada que desean residir en áreas con calidad medioambiental. Por eso son en su mayoría migraciones intraurbanas, entre la ciudad central y sus coronas periféricas.
  • Las migraciones de retorno: Suponen el regreso de población a las áreas emigratorias de procedencia. Entre 1975 y 1985 afectaron sobre todo a personas mayores de 55 años, jubiladas o prejubiladas a raíz de la crisis económica y la reconversión industrial. Desde entonces, afectan más a emigrantes plurianuales que en las épocas expansivas se trasladan a los centros más dinámicos y regresan en épocas de crisis (migraciones «tipo golondrina»). Además existe una corriente neorrural minoritaria, integrada por jóvenes que abandonan la ciudad y se trasladan a zonas rurales.
  • Los movimientos habituales o pendulares: Son desplazamientos periódicos por motivos de trabajo o estudio y de ocio. El trabajo y el estudio ocasionan movimientos entre el lugar de residencia y el centro de trabajo o educativo. El ocio ocasiona movimientos de fin de semana y turismo relacionados con la mejora del nivel de vida.

b) Los cambios en los flujos de las corrientes migratorias

Los nuevos tipos de corrientes migratorias han ido acompañados de cambios en los flujos migratorios:

  • Las migraciones hacia las provincias de otras regiones pierden peso y originan diferentes saldos migratorios.
    • Las provincias más dinámicas por su diversidad económica o por sus actividades industriales y terciarias avanzadas tienen habitualmente saldos positivos, caso de Madrid, de las provincias de los ejes del Mediterráneo y del Ebro, y de ambos archipiélagos. No obstante, los saldos pueden volverse negativos en coyunturas de crisis que afectan a sus actividades económicas fundamentales (caso de las provincias más industrializadas durante la crisis de 1975 y la posterior reconversión; y de las provincias del litoral mediterráneo durante la crisis 2008-2013). Y también por difusión de población y de actividades económicas hacia provincias limítrofes (Toledo y Guadalajara desde Madrid; Cantabria desde Bizkaia; y Girona y Tarragona desde Barcelona).
    • Las provincias menos dinámicas por sus actividades económicas tradicionales, situación periférica y problemas de accesibilidad, o por arrastrar crisis prolongadas (Principado de Asturias) presentan saldos negativos. No obstante, algunas adoptan saldos positivos en épocas de crisis por el retorno de antiguos emigrantes afectados por el paro.
  • Las migraciones entre las provincias de la propia región o entre municipios de la propia provincia han crecido. Las razones son la creación de centros de actividad regionales y provinciales favorecidos por el desarrollo de las competencias autonómicas y por las políticas de desarrollo regional y rural. Y también la existencia de desigualdades económicas intraprovinciales; por ejemplo, entre el litoral y el interior, o la montaña.
  • Las migraciones entre municipios han cambiado. Los municipios urbanos pequeños y medianos (10.000-100.000 habitantes), e incluso los municipios rurales (menos de 10.000), presentan saldos internos positivos; mientras que los grandes municipios urbanos y las capitales provinciales reducen su saldo positivo o adoptan saldo negativo. El motivo es la difusión de parte de sus actividades económicas y de su población hacia los municipios más baratos de su entorno; y las políticas de desarrollo rural. En cambio, los pequeños municipios rurales de las áreas más aisladas y deprimidas continúan perdiendo población.

Las Consecuencias de las Migraciones Interiores Actuales

  • Las migraciones laborales acrecientan los desequilibrios demográficos y económicos entre las regiones y en el interior de las comunidades autónomas y provincias.
  • Las migraciones residenciales intraurbanas causan el sobreenvejecimiento de las áreas urbanas centrales emisoras; e incrementan la población de las periferias receptoras, que exigen dotaciones de equipamientos y servicios. Por su parte, las migraciones residenciales hacia los municipios pequeños o rurales originan cambios en la composición social y modos de vida autóctonos.
  • Las migraciones de retorno de emigrantes provocan el sobreenvejecimiento en las zonas receptoras de jubilados y la creación de negocios o de actividades nuevas por los más jóvenes, que pueden retener a parte de los emigrantes potenciales. Por otra parte, la instalación de jóvenes neorrurales con hijos en pueblos casi deshabitados, puede incidir positivamente en el mantenimiento de escuelas y de actividades tradicionales.
  • Los movimientos pendulares relacionados con el trabajo y el estudio ocasionan problemas de circulación en los accesos a las grandes ciudades en las horas punta. Y los movimientos relacionados con el ocio, incrementan los ingresos en las zonas receptoras.

Las Migraciones Exteriores

Son los movimientos de población fuera de las fronteras del propio país.

Las migraciones exteriores tradicionales estuvieron marcadas por la emigración. En cambio, las migraciones exteriores actuales se caracterizan por una reducida emigración y un elevado volumen de inmigración extranjera.

2.1 Las Migraciones Exteriores Tradicionales

Tuvieron lugar entre mediados del siglo XIX y la crisis económica de 1975. En este periodo emigró de España un elevado volumen de personas con destino a ultramar y a Europa occidental.

2.1.1 La emigración transoceánica tradicional

La emigración transoceánica o a ultramar se dirigió principalmente a América Latina y secundariamente a Estados Unidos, Canadá y Australia. En muchos casos fue una emigración permanente y asistida*. Pero también hubo salidas temporales para trabajar en la construcción de grandes infraestructuras; y salidas estacionales para realizar tareas agrarias, en fechas complementarias con las de España.

En la emigración transoceánica se distinguen dos etapas de auge y dos de crisis:

  • a) Primera etapa de auge (mediados del siglo XIX – 1914): Comprende desde mediados del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial (1914). Al principio de este periodo, la emigración hacia América, iniciada en el siglo XVI con la conquista, se había reducido bastante, debido a la política populacionista de los Borbones en el siglo XVIII, que puso trabas a la emigración; y a la independencia de las antiguas colonias a principios del siglo XIX. Pero desde 1853 la situación cambió debido a las siguientes causas:
    • Los países latinoamericanos necesitaban inmigrantes para poblarse, explotar sus recursos, y construir grandes infraestructuras (canal de Panamá, ferrocarriles y puertos). Por ello, facilitaban la inmigración y llegaron a instalar en España a agentes reclutadores de emigrantes.
    • En España, el atraso agrario impulsó la emigración, que se convirtió en una válvula de escape para el desempleo de las zonas minifundistas y latifundistas, que no podía ser absorbido por una industria muy escasa y localizada. También influyeron el deseo de los jóvenes de evitar un servicio militar de tres años; y el efecto llamada de familiares sobre las oportunidades en ultramar.
    • La procedencia de la mayoría de los emigrantes era atlántica: Galicia, Asturias y Canarias.
    • Su destino principal se encontraba en las actividades agrarias de La Pampa de Argentina; y en las plantaciones de azúcar de Cuba y de café de Brasil, donde se necesitaba mano de obra tras la abolición de la esclavitud.
    • El perfil característico del emigrante era varón, joven, soltero, de bajo nivel de cualificación, dedicado a la agricultura.
  • b) Decadencia entre guerras (1914-1945): La emigración transoceánica decayó entre las dos guerras mundiales a causa de circunstancias desfavorables.
    • La inseguridad creada por la Primera Guerra Mundial. Tras ella, la emigración se reanudó durante la década de 1920, aunque sin recuperar el nivel anterior.
    • La crisis económica de 1929 elevó el paro en los países latinoamericanos, llevándolos a establecer cuotas o cupos anuales para la entrada de inmigrantes.
    • La Guerra Civil española y la posguerra (1936-1949) dificultaron las salidas al exterior por la escasez de transporte; el bloqueo internacional a España; y la política populacionista fomentada por el franquismo como base para la reconstrucción nacional.
  • c) Recuperación (1945-1960): La migración transoceánica se recuperó, aunque sin llegar a alcanzar las elevadas cifras de principios de siglo.
    • Las causas que lo permitieron fueron la autorización para salir libremente de España (1946); el levantamiento del aislamiento internacional por parte de la ONU (1950); y el cambio de actitud de Estados Unidos respecto al régimen de Franco (1951).
    • La procedencia de los emigrantes continuó siendo principalmente gallega y canaria; en cambio, la emigración asturiana decayó porque la nueva siderurgia ofrecía puestos de trabajo en la región.
    • Los destinos prioritarios se encontraban en la explotación de petróleo de Venezuela, en Argentina (donde influía el llamamiento familiar) y en la industria de Brasil.
    • El perfil del emigrante cambió. La emigración familiar adquirió más peso y los emigrantes tuvieron un mayor nivel de cualificación, predominando los obreros y técnicos industriales y los agricultores preparados. El motivo fue la exigencia de los países receptores que, una vez superada la crisis de los años treinta, necesitaban inmigrantes no tanto para poblarse como para desarrollar su economía y su industria.
  • d) Descenso (desde 1960): La emigración transoceánica descendió, al iniciarse el declive de la economía latinoamericana y entrar en competencia con la emigración a Europa.

2.1.2 La emigración tradicional a Europa

  • a) Hasta mediados del siglo XX: Fue una migración escasa y estacional, procedente sobre todo del campo levantino, que se dirigió a Francia. Estaba integrada por agricultores, obreros de la construcción y muchachas de servicio doméstico; y más tarde, por refugiados políticos de la Guerra Civil. La Segunda Guerra Mundial puso fin a esta etapa.
  • b) Periodo de auge (1960-1973): Fue el de mayor auge de la emigración a Europa, con un único descenso entre 1964 y 1968 motivado por el inicio del primer Plan de Desarrollo español, que aumentó la oferta de puestos de trabajo en España, y por la crisis económica europea de estos años, que incrementó los retornos. Se trató en buena parte de una emigración permanente (con contrato de un año o más de duración) debida a variadas causas:
    • Por parte europea: La rápida reconstrucción económica tras la Segunda Guerra Mundial favoreció una amplia oferta de empleo que no podía cubrirse con los trabajadores propios, escasos por el débil crecimiento de la población europea entre 1930 y 1940, y por las muertes de la guerra.
    • Por parte española: La emigración se vio estimulada por el fuerte crecimiento demográfico; el excedente de población agraria a causa de la mecanización del campo; la insuficiencia de la industrialización para absorberla; el aumento del paro causado por el Plan de Estabilización; la desaparición de las ventajas anteriores para la emigración ultramarina, y los elevados salarios europeos.
    • La procedencia de los emigrantes se extendió a todas las regiones, aunque afectó más a Andalucía y Galicia. Su destino prioritario fue Francia, la República Federal de Alemania y Suiza.
    • El perfil de los emigrantes era el de adultos jóvenes, poco cualificados (agricultores, peones de la construcción y obreros industriales), que desempeñaron los trabajos menos cualificados y peor retribuidos en la minería, la construcción, la industria y el servicio doméstico.
  • c) Decadencia (A partir de 1975): La emigración tradicional a Europa decayó. La crisis económica provocó paro en los países de Europa occidental y muchos emigrantes regresaron.

Consecuencias de las Migraciones Exteriores Tradicionales

  • a) Consecuencias demográficas: La emigración al exterior redujo la población española y ha influido en su distribución, pues la pérdida de población de las regiones emigratorias ha contribuido a los desequilibrios actuales en el reparto espacial de la población.
  • b) Consecuencias económicas: La emigración alivió el alto crecimiento natural y el paro; y las divisas enviadas por los emigrantes contribuyeron a financiar el desarrollo económico español y a reducir el déficit comercial. Pero muchas áreas de partida no se beneficiaron, porque los bancos invirtieron los ahorros en las zonas más dinámicas; y numerosos retornados se instalaron en otras zonas con más facilidad para encontrar trabajo o invertir en un pequeño negocio.
  • c) Consecuencias sociales: En los países de destino, los emigrantes sufrieron desarraigo, al incorporarse a sociedades cuya lengua y costumbres desconocían; y penosas condiciones de vida: lejos de la familia, en viviendas de poca calidad, y con bajos salarios. Tras la crisis de 1975, los emigrantes fueron los primeros en ser despedidos y, en general, regresaron sin haber mejorado su cualificación profesional o sin un título que la acreditase; y tuvieron que enfrentarse a problemas, como encontrar trabajo, conseguir vivienda, y readaptarse a las condiciones de vida del país.

2.2 Las Migraciones Exteriores Actuales

2.2.1 La emigración española actual

Desde 1975, la emigración española al exterior es reducida. Sus motivaciones son laborales (búsqueda de trabajo o traslado por la internacionalización de empresas); la realización de estudios y la mejora de la formación.

No obstante, la emigración se intensifica en épocas de crisis.

  • a) Entre 1975 y 2008: Las salidas fueron escasas. Primero, por la repercusión internacional de la crisis del petróleo; y después, por la mejora del nivel de vida en España y la competencia de inmigrantes extracomunitarios. No obstante, la emigración a Europa repuntó a principios de la década de 1980, ante la dureza de la reconversión industrial en España; y desde 2004, en pleno boom económico, por el deseo de encontrar trabajos mejor remunerados, formación, o experiencias laborales más interesantes.
  • b) Entre 2008 y 2014: La crisis económica y el paro incrementaron la emigración exterior. Los emigrantes, de procedencia mayoritariamente urbana, se han dirigido a países europeos como Reino Unido, Francia y Alemania. Su perfil es el de jóvenes con buen nivel de cualificación en profesiones con demanda externa (sanidad e ingeniería); o muy afectadas por la crisis (arquitectura); y por los recortes presupuestarios (científicos e investigadores). Aunque al avanzar la crisis, aumentaron las personas mayores de 45 años en paro prolongado con sus familias. La emigración a América Latina creció menos y afectó sobre todo a antiguos inmigrantes nacionalizados que regresaron.
  • c) Desde 2015: El inicio de la recuperación de la crisis ha ralentizado la emigración al exterior.

Consecuencias: La reducción de la demanda de trabajo y del pago de prestaciones por desempleo; pero resultan negativas por la pérdida de población joven, emprendedora y cualificada.

2.2.2 La inmigración extranjera

a) Las etapas (Evolución)
  • Hasta 1995: La población extranjera en España fue muy reducida. En ello influían el atraso socioeconómico, que favorecía la emigración; y los efectos de diversas crisis, como la de 1975 y la reconversión industrial y la crisis de 1992-1994. Los escasos inmigrantes eran personas de países atrasados, en su mayoría marroquíes, que trabajaban en la minería, la agricultura intensiva, la construcción y el turismo; y sobre todo, europeos residentes en áreas turísticas desde 1960, que crecieron tras la adhesión de España a la Europa comunitaria.
  • Entre 1995 y 2007: La inmigración experimentó un enorme auge.
    • Por parte española: Influyó la necesidad de mano de obra para puestos de trabajo de baja cualificación insuficientemente cubiertos por la población española. Y también la adopción de medidas que atrajeron nuevos inmigrantes, como las regularizaciones de ilegales (2002 y 2005); y el reagrupamiento familiar. Además, la proximidad a África favorece la entrada de inmigrantes africanos a Europa. Los lazos histórico-culturales atraen a personas procedentes de América Latina. Y la bondad del clima atrae a personas del centro y norte de Europa al litoral mediterráneo y a Canarias.
    • Por parte de los inmigrantes extranjeros: Influyeron motivos económicos (posibilidades de trabajo, de negocio o de ocio) y motivos políticos (persecuciones, falta de derechos).
  • Entre 2008 y 2013: La crisis económica redujo las entradas de extranjeros y ocasionó retornos o emigración a otros destinos. Las causas fueron la dura incidencia del paro; la falta de cotización suficiente para tener derecho al subsidio de desempleo; y la ausencia de una red familiar con ingresos suficientes para prestarles apoyo.
  • Desde 2014: El inicio de la recuperación económica ha vuelto a incrementar la inmigración, cifrada en 5,4 millones de personas (2020).
b) Las características de la población inmigrante
  • Según su situación: Se diferencian los extranjeros nacionalizados tras varios años de permanencia en el país, que pasan a ser españoles de pleno derecho; los inmigrantes legales, que obtienen permiso de residencia y mantienen su nacionalidad de origen; y los irregulares, más difíciles de contabilizar.
  • El perfil de los inmigrantes varía según su procedencia:
    • Los inmigrantes europeos proceden en su mayoría de la Unión Europea. Son jubilados con nivel de vida medio-alto, sobre todo británicos y alemanes, que aprecian las buenas condiciones climáticas del litoral mediterráneo y de las islas Baleares y Canarias; o adultos atraídos por las posibilidades de negocio o de conseguir mejores trabajos, como los rumanos, los búlgaros, los polacos y los portugueses.
    • Los inmigrantes extracomunitarios proceden de África (Marruecos); Iberoamérica (Ecuador, Colombia); y Asia (China, Pakistán). Son jóvenes que acuden a España por motivos económicos (alto crecimiento de la población y carencia de recursos y de trabajo en sus países) o políticos (persecuciones políticas, raciales y religiosas). Realizan trabajos de baja cualificación en los servicios, la construcción, la agricultura, la minería y la pesca.
  • El destino principal de los inmigrantes son las comunidades con grandes centros urbanos y de servicios (Madrid, Cataluña, valle del Ebro, costa mediterránea y ambos archipiélagos); con actividades agropecuarias intensivas o relacionadas con la construcción; y con modelos residenciales para la población jubilada. No obstante, la saturación del mercado laboral de estas regiones ha provocado algunas migraciones hacia las comunidades del interior y del Cantábrico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *