La influencia de la actividad humana en el medio ambiente
La acción humana sobre el medio natural tiene una doble dimensión: por una parte, ocasiona problemas medioambientales; por otra, desarrolla políticas encaminadas a combatirlos y a proteger los espacios naturales.
Principales problemas medioambientales:
- 1. La alteración del relieve
- 2. La contaminación atmosférica: se debe a la emisión de productos como monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2). Proceden de la quema de combustibles fósiles en las centrales térmicas, las industrias, el transporte, las calefacciones domésticas y los incendios forestales.
Problemas causados por estos contaminantes:
- 2.1. La lluvia ácida
- 2.2. La contaminación urbana
- 2.3. El efecto invernadero y el cambio climático
El efecto invernadero es una función natural de la atmósfera, realizada por el vapor de agua y gases como el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4). Estos gases actúan como el cristal de un invernadero: dejan pasar la radiación solar, pero retienen parte del calor irradiado por la superficie terrestre, evitando que escape al espacio exterior.
Sin este efecto, la temperatura media del planeta sería de -18°C en lugar de los 15°C actuales. Sin embargo, el aumento de las emisiones de gases con efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles, las emisiones de ciertas industrias, los automóviles, los incendios y la deforestación, hacen que la cantidad de calor retenida sea mayor.
La consecuencia es un cambio climático, consistente en el aumento global de la temperatura de la Tierra, cifrado entre 1.1°C y 6.4°C para el siglo XXI; el incremento de fenómenos extremos, como sequías y grandes inundaciones; la subida del nivel del mar entre 18 y 59 cm por la fusión del hielo polar y una reducción de la biodiversidad motivada por la extinción de especies animales y vegetales.
Todas estas consecuencias tendrán gran incidencia en el territorio español, especialmente en el área mediterránea. España ha aumentado notablemente la emisión de gases con efecto invernadero debido al incremento del número de automóviles y a la creciente demanda energética, cubierta con combustibles fósiles.
Contaminación acústica
Sobreexplotación y contaminación de las aguas
Años, alteración y destrucción de la vegetación
Contaminación, erosión y desertificación del suelo
La contaminación del suelo se debe a los vertidos industriales y urbanos y al empleo abusivo de fertilizantes químicos y plaguicidas en la agricultura. La erosión es un fenómeno natural, que en gran parte de España se ve acentuado por las acusadas pendientes, la aridez y el carácter torrencial de las precipitaciones.
La erosión natural se intensifica con ciertas acciones humanas. La deforestación contribuye a la erosión, pues la vegetación fija el suelo con sus raíces y evita el golpe directo de las precipitaciones contra él. Algunas prácticas agrarias perjudican el suelo, alteran la estructura del suelo, volviéndolo frágil y erosionable.
La consecuencia de la erosión extrema es la desertificación o destrucción de la capa fértil del suelo. En España un 6% del suelo se encuentra desertificado y un 17.8% se halla un riego muy alto o alto (2008). Las zonas más afectadas se localizan en la costa mediterránea y en las áreas más áridas y con mayor sobreexplotación de los recursos hídricos de los valles del Guadalquivir y Ebro, ambas Castillas, Extremadura y Canarias.
Residuos sólidos urbanos (RSU)
Reducción de la biodiversidad
La protección de los espacios naturales
Las medidas frente a los problemas medioambientales se completan con la creación de espacios naturales protegidos. En España, la protección de espacios naturales empezó a principios del siglo XX, con la Ley de Parques Nacionales (1916).
Entonces, el criterio de selección de un parque se centraba en la belleza paisajística del lugar, por lo que se priorizó a las montañas de aspecto alpino. A mediados del siglo se empezaron a considerar otros criterios, como el biológico (presencia de especies interesantes o en peligro de extinción) o el geológico (existencia de formaciones geológicas especiales).
En 1975 se promulgó la primera ley de Espacios Naturales Protegidos, vigente hasta 1989. Ese año se aprobó la actual ley de Conservación de Espacios Naturales y de la Flora y de la Fauna Silvestres, modificada en 1997.
La ley establece distintos tipos de espacios protegidos a los que se suman otros creados por las comunidades autónomas.
- Parques: áreas naturales poco transformadas por la explotación u ocupación humana que por la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, de su fauna, o de sus formaciones geomorfológicas, poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos cuya conservación merece una atención preferente.
La ley distingue entre parques nacionales y parques naturales, gestionados ambos por las comunidades autónomas que los albergan. Los parques nacionales son espacios representativos de alguno de los principales ecosistemas españoles. Por esta razón, su conservación se declara de interés nacional y prima sobre los demás usos.
Entre ellos se encuentran los parques de Timanfaya, Tablas de Daimiel, Doñana, Picos de Europa, Ordesa y Monte Perdido. Los parques naturales compatibilizan la conservación de la naturaleza con los aprovechamientos tradicionales y la entrada de visitantes.
- Reservas naturales: espacios naturales creados con la finalidad de proteger ecosistemas, comunidades o elementos biológicos de especial rareza o fragilidad (lagunas, marismas, sotos, dunas, etc).
- Monumentos naturales: formaciones naturales de notoria singularidad, rareza o belleza: cuevas, cascadas, árboles, etc.
- Paisajes protegidos: áreas preservadas por sus valores estéticos y culturales. Deben compatibilizar el aprovechamiento con la conservación del medio.