Impacto Ambiental: Degradación del Suelo y el Agua
La Artificación del Suelo
La artificación del suelo consiste en la pérdida de su estado natural. Las causas principales son el crecimiento urbano y la ocupación por equipamientos e infraestructuras. Afecta sobre todo a las grandes ciudades y a las regiones del litoral mediterráneo, ocasionando pérdida de suelo natural y fragmentación de hábitats naturales.
Contaminación del Suelo
La contaminación del suelo está causada por la extracción minera, los vertidos industriales y urbanos, y el abuso de sustancias químicas en la agricultura. Como consecuencia, el suelo adquiere toxicidad, dañando los ecosistemas, la producción agraria y el valor económico del terreno.
Frente a este problema, la ley obliga a las empresas que realizan actividades potencialmente contaminantes a remitir a su comunidad autónoma informes periódicos sobre la situación del suelo. La recuperación la pagan las empresas causantes de la contaminación, que no podrán vender el suelo ni cambiarlo de uso hasta haberlo hecho. En casos muy graves, debe ser inmediata.
Erosión y Desertificación
Erosión
La erosión es el desgaste del suelo.
Las causas naturales son las acusadas pendientes, el carácter torrencial de las precipitaciones, la aridez y las sequías periódicas, y los rasgos de muchos suelos delgados y poco compactos.
Las causas humanas que intensifican la erosión son la deforestación, talas e incendios, y ciertas prácticas agrarias como el cultivo en la dirección de la pendiente, el insuficiente descanso del suelo, el excesivo pastoreo y pisoteo del ganado en pastos pobres, el abuso de sustancias químicas, el uso de maquinaria pesada, y el abandono de los ciudadanos tradicionales de la tierra por la emigración rural.
Como consecuencia, la biodiversidad del suelo disminuye. Las aguas se aterran y enturbian con sedimentos. Decrece la fertilidad agraria por pérdida de nutrientes, y aumentan el riesgo de inundaciones y deslizamientos.
Desertificación
La desertificación es la degradación de las tierras de las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas hasta adquirir rasgos propios de los desiertos por causas naturales y humanas. Entre ellas, la erosión, la aridez, los incendios y la sobreexplotación de recursos hídricos. Sus consecuencias son la aceleración de la erosión, una grave pérdida de la biodiversidad y de la fertilidad agraria, la disminución de rentas y de empleo, el posible abandono del terreno y la emigración.
Las medidas son la creación de una Red de Estaciones de Seguimiento de la Erosión y la Desertificación, y planes frente a sequías e incendios.
Alteración de la Morfología
Las causas son la eliminación de la vegetación de las riberas, que protege la erosión y retiene los sedimentos arrastrados por la lluvia, la acumulación de sedimentos, escombros y basura, y la instalación de ciertos usos del suelo en su entorno, como actividades agrarias, extracción de áridos, urbanizaciones e infraestructuras.
Como consecuencia, los ríos aumentan su erosión y el riesgo de inundación. Y las zonas húmedas tienden a colmatarse, perdiendo su capacidad de regular las crecidas, al ser incapaces de aceptar el gran volumen de agua, pudiendo inundar fácilmente las zonas aledañas.
Las soluciones son la recuperación de la vegetación de las riberas, la corrección de los cauces y las vertientes fluviales para paliar las inundaciones y los aterramientos, el dragado o profundización de cauces, lagos y humedales, el control de los usos del suelo perjudiciales y la vigilancia del dominio público con sanciones para las infracciones.
Sobreexplotación del Agua
Está causada por el aumento del consumo agrario, urbano e industrial.
Como consecuencia, algunos ríos interrumpen su continuidad o no alcanzan a veces el caudal ecológico. Los lagos y humedales reducen su superficie, y ciertos acuíferos están en riesgo de desecación o de salinización.
Frente a este problema, se controlan las captaciones de agua, se fomenta el ahorro mediante la reducción del consumo en todos los sectores, la reparación de fugas y la reutilización del agua depurada.
En los ríos se fija un caudal ecológico y se eliminan los azudes y presas obsoletas. En los humedales se procura compatibilizar su conservación con su uso. Y en los acuíferos se coordina su explotación con la de los recursos superficiales.
Contaminación de las Aguas
Está causada por los vertidos agrarios, industriales y urbanos. A ellos se suman el lavado de tanques de barcos en alta mar y los accidentes de los petroleros.
Las zonas más afectadas son los tramos medios y bajos de los ríos, los acuíferos contaminados por nitratos en las cuencas de los ríos Guadiana, Guadalquivir y Júcar, y por intrusión marina en el litoral mediterráneo, que extienden la contaminación. Y las costas situadas cerca de las principales ciudades y complejos industriales, o en las rutas de los grandes petroleros, como el estrecho de Gibraltar y Galicia.
Las consecuencias son daños a los ecosistemas acuáticos por la eutrofización del agua, daños a la salud humana por problemas sanitarios o por la ingesta de pescados con metales pesados en su interior. Los perjuicios económicos son el turismo, el valor residencial y la producción pesquera, y la pérdida de calidad del agua.