La Circulación Superficial: La Red Fluvial en España
El caudal y el régimen de las aguas que circulan por la superficie terrestre dependen de las condiciones climáticas. La cuenca hidrográfica es el territorio cuyas aguas vierten a un río principal y sus afluentes. Se caracterizan por:
- Se encuentran separadas por divisorias de aguas, formadas por las cumbres de los relieves montañosos que las delimitan.
- En la cuenca, los ríos circulan por un cauce y forman una red organizada.
Una vertiente hidrográfica es el conjunto de cuencas cuyas aguas vierten en el mismo mar. En la península se observa una gran disimetría entre las vertientes atlántica y cantábrica y la vertiente mediterránea.
Ríos de la Vertiente Cantábrica
Los ríos de la vertiente cantábrica son cortos, nacen en las montañas próximas a la costa. Tienen gran fuerza erosiva. Los ríos cantábricos son caudalosos y de régimen bastante regular, gracias a la abundancia y constancia de las precipitaciones.
Ríos de la Vertiente Atlántica
Son largos, ya que nacen cerca del Mediterráneo y desembocan en el Atlántico. El régimen es irregular, aunque su caudal absoluto es elevado. Presentan estiaje en verano, coincidiendo con el mínimo de precipitaciones. En esta vertiente se localizan las grandes cuencas fluviales españolas:
- Duero: Recorre 937 km, siendo el tercer río más largo tras el Tajo y el Ebro. Sus afluentes de la margen derecha son más caudalosos que los de la margen izquierda o meridional. El Duero tiene 16 embalses.
- Tajo: Tiene su cuenca en la submeseta sur y es el río más largo de la península. Los afluentes del norte le aportan más agua que los del sur. El Tajo es un río regulado por 20 embalses.
- Guadiana: Nace en las Tablas de Daimiel y discurre manso sobre las calizas de la submeseta sur. Es un río de caudal irregular, con acusados estiajes debido a la poca precipitación y a la litología caliza, que favorece la filtración y la circulación subterránea. Casi todos sus embalses se utilizan para el regadío. Es el cuarto río más largo de la península.
- Guadalquivir: Se trata de una cuenca disimétrica en la que el río discurre pegado a Sierra Morena. El Guadalquivir recorre 650 km hasta su desembocadura. Su principal afluente es el Genil, que le aporta un abundante caudal.
Ríos de la Vertiente Mediterránea
Se extiende de norte a sur; los ríos son cortos, ya que nacen en las montañas cercanas al mar. Los ríos mediterráneos presentan un caudal escaso e irregular. En verano presentan importantes estiajes y en otoño pueden sufrir crecidas catastróficas originadas por las lluvias torrenciales.
- Ebro: Río más caudaloso de España y también el que presenta un régimen más complejo. La aportación de los afluentes ibéricos es bastante escasa.
Otros Ríos
- Baleares y Canarias
- Ceuta y Melilla
Zonas Húmedas de España: Aguas Subterráneas, Lagos y Humedales
Lagos y Lagunas
Los lagos y las lagunas constituyen los llamados medios lacustres. Son masas naturales de agua dulce o salobre acumuladas en zonas deprimidas, que alcanzan cierta profundidad. Las lagunas tienen menor tamaño y profundidad que los lagos, aunque la diferencia entre ambos conceptos no es muy precisa. En España están contabilizados más de 2.000 lagos y lagunas (2.474).
Los lagos y lagunas son espacios muy sensibles que, a menudo, se ven afectados por prácticas humanas inadecuadas. Esto le ha ocurrido a algunas de las mayores superficies, como la laguna de La Janda, en Cádiz, cuya profundidad máxima apenas rebasaba el metro. La vida de un lago es corta debido a que acaban colmatándose por los aportes de los ríos y de las tierras de los alrededores.
Los lagos de mayor importancia son el de Sanabria (Zamora), que tiene unas dimensiones inferiores (3 km de longitud máxima), pero alcanza 50 metros de profundidad, y el de Bañolas, en Gerona.
Se pueden distinguir dos grandes tipos de lagos: endógenos y exógenos:
- Lagos endógenos: Están originados por fuerzas o fenómenos del interior de la Tierra. Dentro de estos:
- Lagos tectónicos: Se forman en terrenos hundidos por la acción de pliegues o de fallas, como la laguna de la Janda, en Cádiz, o el lago de Carucedo (León).
- Lagos volcánicos: Se alojan en cráteres apagados de antiguos volcanes, como los del Campo de Calatrava, Ciudad Real.
- Lagos exógenos: Están originados por fenómenos o fuerzas externas, como la erosión producida por el hielo, el agua o el viento. Así podemos tener:
- Lagos glaciares: Se forman a partir de la excavación de cubetas por el hielo en el circo del glaciar (lagos de circo) o en el valle (lagos de valle).
- Lagos cársticos: Tienen su origen en las cubetas creadas por la disolución de la caliza o del yeso.
- Lagos endorreicos o arreicos: Son el tipo de lago exógeno más extendido en España. Son característicos de las regiones áridas o semiáridas llanas (cuencas sedimentarias interiores y depresiones exteriores).
- Lagos eólicos: Han sido excavados por la acción del viento sobre materiales blandos (closes del Ampurdán).
- Lagos litorales o albuferas: Son lagos salados separados del mar por un cordón litoral. Son numerosos en el bajo Guadalquivir, el mar Menor y en la desembocadura de algunos ríos mediterráneos que forman un delta al final de su curso (Ebro y Llobregat).
Humedales
Son extensiones de terrenos cubiertas por aguas poco profundas, en muchos casos de manera intermitente, pues durante el período de sequía estival baja su nivel e incluso pueden llegar a desaparecer. Comprenden lagunas, marismas, deltas, albuferas y turberas. Entre los humedales más destacados de España se encuentran los del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel (Ciudad Real), las lagunas de Toledo, Ciudad Real, Albacete y valle del Ebro, las marismas del Guadalquivir, el delta del Ebro y las albuferas de Valencia y del mar Menor.
Aguas Subterráneas o Acuíferos
El agua queda retenida en este nivel y va formándose un embalse subterráneo que denominamos acuífero. Los acuíferos son embolsamientos de agua subterránea, que se forman cuando las aguas de precipitación se infiltran, encuentran un estrato impermeable y se acumulan sobre él. Pueden descargar sus aguas de forma natural, a través de ríos y manantiales o directamente al mar; o de forma antrópica (por la acción humana), mediante pozos y galerías para uso humano.
Sus principales problemas son la sobreexplotación, que puede llegar al agotamiento de las reservas que esta agua ofrecían, y la creciente contaminación por la acción humana. En la actualidad, la península ibérica cuenta con más de cuatrocientos acuíferos. Se encuentran principalmente en las depresiones terciarias, en las proximidades de los ríos y en las cabeceras montañosas húmedas de los principales ríos. Su reparto geográfico está directamente unido a la naturaleza de las rocas o litologías que componen los suelos. Estas áreas son de litología arenosa, arcillosa y caliza. En Baleares y Canarias, la mayor parte de los recursos hídricos proceden de los acuíferos y son su principal reserva de agua dulce.
La calidad del agua de los acuíferos calcáreos es mayor que la de los detríticos del Terciario, que muchas veces están asociados a depósitos salinos. Una sobreexplotación de acuíferos próximos al mar puede dar lugar a intrusiones de agua marina, salinizando las aguas del acuífero.
Masas de Agua de Creación Humana
En un país como el nuestro, en el que el agua es escasa en gran parte del territorio, ya desde la Antigüedad se han producido actuaciones encaminadas a regular y hacer llegar a todo el territorio este recurso. Este es el caso de la presa romana de Proserpina (Mérida), del siglo II d. C.; o del Canal Imperial de Aragón, iniciado en 1529. Todas estas infraestructuras han permitido llevar el agua a las ciudades, transportar mercancías (Canal de Castilla, en Palencia y Valladolid), extender el regadío y hasta trasvasar agua de unas cuencas a otras (Trasvase Tajo-Segura).
El papel del agua como recurso vital para el ser humano lo trataremos en otro tema, al abordar el estudio de la interacción humana con el medio ambiente.