Consecuencias climáticas: Las temperaturas en España han aumentado de forma general, con una magnitud algo superior a la media global del planeta. Las precipitaciones han tendido a la baja. Aunque no serán de forma uniforme en todo el territorio español, estudios científicos han avanzado una reducción significativa totales anuales.
Consecuencias económicas:
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Sector agrario
los efectos para algunos cultivos pueden ser negativos, en otras pueden ser incluso positivos.Mayores tasas fotosintéticas debido al incremento de CO2. Las temperaturas más suaves en invierno permitirán mayores productividades, entre otras.–
Sector energético
se prevé un incremento de la demanda eléctrica que deberá cubrirse sin poder recurrir a energía hidráulica, pues ésta se reducirá. De la demanda de petróleo y de gas natural, y una reducción del aporte de la biomasa. Sólo la energía solar se vería beneficiada por el incremento de las horas de insolación. Si se produjese un incremento de vientos fuerte, podrían darse incrementos en la producción de electricidad de origen eólico.–sector turístico:
afectarían al espacio geográfico-turístico, y pueden producir alteraciones en los ecosistemas, dejando de reportar los beneficios sociales, económicos y ambientales. La elevación del nivel del mar amenazaría la localización actual de determinados asentamientos turísticos y de sus infraestructuras, por lo que los turistas cambiarían su dirección.
Consecuencias sociales.
-Para la salud humana aumento en la morbimortalidad causada por las olas de calor. Previsible aumento de las partículas finas y del ozono serían los principales impactos relacionados con la contaminación atmosférica, entre otros ejemplos. Estos pueden agravar los problemas de salud de las personas y ocasionar distintos tipos de enfermedades.
Y nos veremos afectados por distintos riesgos naturales:
-riesgos de crecidas. Aumento en la irregularidad del régimen de crecidas y de crecidas relámpago.
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Riesgos de inestabilidad de laderas
Los deslizamientos y aludes se concentran en las principales cordilleras. Por los cambios de uso del suelo y un menor recubrimiento vegetal–
Riesgos de incendios forestales
. Las temperaturas y la falta de agua en el suelo aumentarán, por lo que la frecuencia, intensidad y magnitud de los incendios aumentará.Actuaciones frente al cambio climático:
– Mitigar e ir adaptándonos poco a poco
– Actuar a partir de propuestas y acuerdos de organizaciones
Los recursos hídricos de que disponemos en Canarias son de tres tipos: las
aguas superficiales, las aguas subterráneas y las aguas de producción
industrial.
– Las aguas superficiales son las procedentes de las precipitaciones. Cuando llueve, el agua corre por los barrancos hacia el mar. Una parte se recoge en presas, estanques y otros depósitos.
En Canarias, a causa de la pequeñez de su territorio y de la escasez de lluvias, no existen ríos. Son muy pocos los cauces que llevan agua todo el año, como el arroyo de Taburiente en La Palma, el barranco del Infierno en Tenerife, el barranco de la Mina en Gran Canaria y el arroyo del Cedro en La Gomera.
Las islas de Gran Canaria y La Gomera son las que disponen de mayor capacidad de agua embalsada, porque sus suelos son más impermeables. Otras islas, como Tenerife y El Hierro, debido a las pronunciadas pendientes y a la permeabilidad de los terrenos, presentan muchas dificultades para la construcción de presas.
– El agua embalsada tiene una gran importancia económica para algunas zonas agrícolas, cuyas cosechas dependen de que las lluvias hagan correr los barrancos y llenen las presas.
Las aguas subterráneas proceden de los acuíferos, y pueden salir al exterior de forma natural, por los nacientes, o de forma artificial por galerías y pozos. Podemos considerar que cada isla constituye un acuífero único e independiente de los del resto de las islas.
– El agua de los acuíferos constituye una reserva que no es inagotable. Se recargan con la infiltración del agua de lluvia, pero si se extrae más de la que se infiltra, se sobreexplota el acuífero, por lo que la reserva disminuye y el agua extraída baja en cantidad y calidad.
En Canarias, los acuíferos han estado sobreexplotados, por lo que el nivel freático ha descendido. Como resultado, se han secado numerosos nacientes, los pozos y galerías han debido ahondarse más y ha aumentado el peligro de desertización.
– Actualmente, la producción industrial de agua abre nuevas posibilidades para la conservación de la reserva del subsuelo, porque las necesidades derivadas del aumento de población y del desarrollo económico podrán ser atendidas sin necesidad de aumentar las extracciones. Incluso se podrá utilizar el agua de las desaladoras y depuradoras para recargar los acuíferos, lo que supondría un beneficio enorme para nuestro medio ambiente.