Factores del clima Vegetación

1.- LOS SUELOS


El suelo es una formación natural de la superficie terrestre compuesta por una combinación de mineral y orgánica, agua y aire. – La materia mineral: la aporta la roca madre a través de procesos de alteración y disgregación físicos y químicos. – La materia orgánica: procede de la descomposición de los restos de los seres vivos vegetales y animales. – El aire, junto al agua, ocupa los espacios porosos del suelo entre las partículas sólidas. La edafología es la ciencia que se ocupa del estudio del suelo. Si realizamos un corte o sección vertical de un suelo desde la superficie, es fácil observar cómo este se divide en capas con carácterísticas bien diferenciadas entre ellas ( color, textura, composición, etc). Cada una de estas capas recibe el nombre de horizonte, y todos los horizontes forman el perfil del suelo. Los horizontes desde la superficie hacia el interior son los siguientes: – Horizonte A. Aquí se encuentra la materia orgánica en proceso de mayor o menor descomposición. Las partículas más finas son arrastradas por el agua. – Horizonte B. Es un horizonte de alteración y acumulación de los materiales lixiviados del horizonte A y de partículas  procedentes del horizonte C más profundo.- Horizonte C. Es el formado por roca madre parcialmente alterada. – Horizonte D. Se trata de la roca madre inalterada.

2.PRINCIPALES TIPOS DE SUELOS EN ESPAÑA


Para un estudio geográfico y de carácter regional en España diferenciamos: a) Suelos zonales. Son suelos evolucionados, creados por la influencia del clima.
B) Suelos azonales. Son suelos inmaduros, con carácterísticas poco definidas debido a que son suelos jóvenes o muy afectados por la erosión. Pueden existir en cualquier clima. C) Suelos intrazonales.Dependen más de la roca madre, mientras que el factor climático importa menos. 2.1. Los suelos zonales del clima oceánico. En general, son suelos abundante materia orgánica, lixiviados y normalmente ácidos.

Destacan:

La tierra parda húmeda. Es el tipo de suelo más extendido en el área oceánica peninsular sobre litologías silíceas. Aparece en Galicia, Occidente de Asturias y Sistema Central. En la parte oriental de la Cordillera Cantábrica y en el Pirineo Central alterna la tierra parda húmeda con la tierra parda caliza, ligeramente básica y rica en humus. – Los rankers. Son suelos jóvenes, muy erosionados, cuyo horizonte A, pobre en humus, reposa directamente sobre los horizontes C y D.


2.2. Los suelos zonales de clima mediterráneo


Se trata de suelos muy erosionados y alterados por la erosión humana, destacando: –

El suelo rojo mediterráneo

Se desarrolla principalmente sobre roca caliza y destaca por la presencia en el horizonte B de una acumulación de arcillas, de un color rojo oscuro. –

La tierra parda meridional

Es la variedad árida de la tierra parda húmeda. Ocupa una amplia zona del viejo zócalo paleozoico en el oeste peninsular. Son suelos pobres y ácidos. –

Suelo gris subdesértico o serosem

Son suelos de color claro, pobe en materia orgánica y humus, con un alto porcentaje de caliza.

2.3. Los suelos intrazonales

Son suelos bien definidos, cuya origen está unido a otros factores que no son el clima, mostrando la influencia de la roca madre y del mal drenaje de la zona. En España destacan:

– Los suelos pardos calizos

Formados sobre calizas y se extienden por buena parte del territorio peninsular y la Baleares. Son suelos erosionados, pobres en humus y poco profundos. –
Las rendzimas son suelos jóvenes, pobres en humus y formados sobre rocas calizas en áreas secas. Ocupan las grandes depresiones fluviales- Suelos aluviales, en las riberas de los ríos. – Archipiélago canario. Son suelos volcánicos, son suelos poco evolucionados.

2.4. Los suelos azonales

Se trata de suelos inmaduros, de carácterísticas no bien definidas, en los que apenas es posible diferenciar los horizontes. Los tipos fundamentales son los regosoles, formados por materiales muy sueltos, y los litosoles, suelos delgados muy pedregosos, carácterísticos de zonas de topografía con fuertes pendientes. Estos suelos conforman enclaves aislados en el territorio español, como los depósitos recientes de arenas y dunas (regosoles ) del litoral.

3. LA VEGETACIÓN

La Biogeografía es la ciencia que tiene como objeto de estudio la distribución de plantas y animales sobre la superficie terrestre. La vegetación española forma parte del reino holártico y podemos reconocer tres regiones florísticas: –

La regíón eurosiberiana:

que corresponde a la  franja atlántica u oceánica peninsular de clima atlántico.

– La regíón mediterránea

Que se extiende por el resto peninsular, Baleares y Ceuta y Melilla. –

La regíón macaronésica:

subtropical, que corresponde al archipiélago canario. A estas regiones hay que añadir la vegetación propia de alta montaña y la de ribera.


4. FORMACIONES VEGETALES DE ESPAÑA

4.1. Vegetación de la regíón eurosiberiana de clima atlántico

Corresponde al área que va desde Galicia hasta los Pirineos, relacionada con el clima atlántico u oceánico. Las lluvias abundantes ( >800mm) y las temperaturas moderadas permiten que se
desarrollen dos formaciones carácterísticas: el bosque caducifolio y la formación arbustiva, llamada landa. Hoy en día el bosque caducifolio ocupa un lugar reducido a causa de la intervención humana. Las hojas de los árboles son planas, blandas y caedizas en otoño, preparándose para el letargo
invernal. En primavera se reinicia el crecimiento y surgen los brotes de las nuevas hojas. Los principales tipos de árboles son el roble y el haya.

En los robles encontramos dos variedades: el roble carvallo, que no suele aparecer a más de 600 metros y el roble albar por encima de esos 600 metros.
El haya necesita mucha humedad y aparece entre los 800 metros y los 1500. Crece sobre cualquier tipo de suelos. Forma bosques más densos que el roble. Aparece sobre todo en la Cordillera Cantábrica y el Pirineo. El roble y el haya pueden estar acompañados por otras especies , siempre en escasa proporción, como fresnos, arces, tilos, tejos y acebos.
El castaño es una especie importada del Oriente europeo desde época romana. Se desarrolla, sobre todo, en suelos silíceos en ambientes húmedos y templados, por tanto, su óptimo ecológico corresponde al área atlántica, aunque también aparece en algunas zonas del ámbito mediterráneo, como la sierra de Guadalupe ( Extremadura) o la sierra de Béjar ( Salamanca). Entre los pinos destaca el pino resinero y el pino albar, que son especies de crecimiento rápido, rentables por el aprovechamiento de su resina y de su madera. El eucalipto es como los anteriores una especie de repoblación y se ha usado por su rápido crecimiento y por su rentabilidad económica como materia prima para la producción de pasta de papel. En cuanto al matorral atlántico destacan especies como el tojo y el brezo, acompañadas de
retama ( genista ) y piorno, junto a una gran diversidad de herbáceas. Cuando la landa es destruida domina una formación herbácea, los prados, que cuentan con una amplia extensión en la regíón atlántica.
El bosque marcescente está formado por quejigos y rebollos y es una formación de tipo
atlántico pero adaptada a la aridez y resistente al frío. Esto le permite ocupar el área más meridional de la zona atlántica de transición al clima mediterráneo y algunos sectores de montaña media de los Pirineos, Sistemas Ibérico y Central, Montes de Toledo y Sierra Morena.


4.2. Vegetación de la regíón mediterránea


Se extiende por el espacio peninsular de clima mediterráneo, excepto las áreas de montaña, el archipiélago balear y Ceuta y Melilla. Esta gran regíón se caracteriza por la aridez estival, un rasgo que condiciona de manera decisiva el desarrollo de la vegetación. Las formaciones que ocupan esta regíón son el bosque esclerófilo mediterráneo y la formación arbustiva mediterránea. El bosque esclerófilo y perennifolio es una vegetación adaptada a la aridez. Sus hojas son perennes, pequeñas y endurecidas, coriáceas, es decir, cubiertas por una membrana que reduce al máximo la evaporación. Los árboles no suelen superar los 20 metros de altura. La principal especie es la encina, adaptada a cualquier tipo de suelos y unas altitudes que vandesde el nivel del mar a los 2000 metros. El sotobosque que acompaña el encinar son la coscoja, jara, lentisco, madroño y la madreselva. La dehesa es un bosque aclarado que combina el uso forestal con un aprovechamiento agrícola y pastoril. En la actualidad, se mantiene en las penillanuras salmantinas, extremeñas y algunas zonas de Sierra Morena. La dehesa más típica es la formada por la encina, pero también se desarrolla sobre alcornoques e incluso sobre el quejigo.
El alcornoque se desarrolla en suelos silíceos, en suelos más húmedos que la encina y no soporta bien los inviernos fríos, por ello, se desarrolla en Extremadura, oeste andaluz y Gerona. Madroños, brezos El algarrobo y el acebuche u olivo silvestre son otras dos especies mediterráneas. Los pinos típicamente mediterráneos son el pino piñonero y el pino carrasco. Ambos necesitan luz y calor. El piñonero es silicícola en el interior y también se extiende por los arenales costeros desde Cataluña a Portugal. El pino carrasco, se asienta en los suelos calcáreos, y coloniza las tierras del este peninsular.
El pino resinero es una especie extendida por el hombre y se extiende desde Galicia hasta Murcia. El matorral ocupa una amplia extensión en el ámbito mediterráneo español. Destacan dos formaciones: –

La maquia:

es una formación de matorral esclerófila, densa y cerrada, compuestas por especies que superan los dos metros de altura. Está compuesta por jara, lentisco y retama.

– La garriga

Formación menos densa. Aquí dominan especies como la coscoja, jara y otras plantas aromáticas como el romero, el tomillo y la lavanda. En las regiones peninsulares de clima semiárido de sureste y algunas zonas secas y degradadas del interior, aparece la estepa con especies xerófilas como el esparto, el palmito, el espárrago silvestre, los espinos o el tomillo.


4.3. Vegetación de la regíón macaronésica


Las Islas Canarias se encuentran en la llamada regíón macaronésica. Su latitud subtropical, su carácter insular, la naturaleza volcánica de sus suelos y el desarrollo de la vegetación, dan lugar a una gran riqueza y diversidad de especies, con un elevado número de endemismos ( especies propias de ese lugar ). Las islas de Fuerteventura y Lanzarote son las más llanas y áridas y su vegetación es xerófila. En el resto de islas, desde el nivel del mar hasta el nivel de las cumbres se distinguen los siguientes pisos de vegetación:
– Piso basal ( hasta los 400 mts de altitud). Hay una acusada aridez, con matorrales xerófilos como el cardón y la tabaiba, junto a otras especies introducidas por el
hombre como la chumbera y la pita. En las zonas costeras salinas crecen plantas halófilas ( amantes de la sal) como el tamarindo.

Piso intermedio o de transición al piso montano ( hasta los 800 metros). Hay más humedad y temperaturas más suaves, apareciendo especies endémicas como el drago y la palmera canaria, junto a la sabina mora.
– Piso montano termocanario ( entre los 600-800 hasta los 1200-1400mts). La humedad que aportan aquí los vientos alisios hacen que aparezca la laurisilva y el fayal-brezal. La laurisilva es una formación forestal de gran frondosidad y de carácter perennifolio, con gran variedad de especies, como el laurel, el viñátigo, el til o el naranjo salvaje. El fayal-brezal, es una formación arbustivo-arbórea y ocupa las zonas de condiciones más adversas del monte verde. Tanto la laurisilva como el fayal-brezal presentan un notable desarrollo en las vertientes septentrionales ( a barlovento ) de las islas centrales y occidentales.
– Piso montano mesocanario ( entre los 1200 y los 2000 metros ). Destaca de nuevo aquí la aridez y aparece el pino canario, acompañado de especies de matorrales como jaras, tomillos y retamas. –
Piso de altas cumbres supracanario y orocanario ( a partir de los 2000metros). Aparece aquí una mayor aridez y frecuentes heladas invernales. La vegetación va siendo más escasa según ascendemos, con matorrales de alta montaña, como la retama del Teide. Hay numerosos endemismos, como la violeta del Teide.

Vegetación de ribera

La constante humedad de los suelos asociada a los cursos fluviales configura un tipo peculiar de formación vegetal: el bosque de ribera, compuesto por especies caducifolias e hidrófilas. Encontramos los alisos, sauces, chopos, álamos, fresnos y olmos. También aparece un sotobosque integrado por aligustres, espinos, zarzas, madreselvas, etc. Este tipo de bosque ofrece un alto valor ecológico.


Vegetación de montaña


Con la altitud descienden las temperaturas y aumentan las precipitaciones. A su vez, también varían según la exposición de las vertientes en relación al viento ( barlovento y sotavento ) y en relación al sol ( umbría y solana ). En consecuencia, a cada altitud y disposición de la montaña le va a corresponder una vegetación diferente, estratificada o escalonada en pisos, que se denomina cliserie vegetal:

– Piso basal:

hasta los 800-1000 metros, que desarrolla una vegetación similar a la de las llanuras limítrofes.-

Pisos montanos:

hasta los 2000-2200 metros. Están ocupados por especies hidrófilas, ej. El haya, el abeto, el pino negro, el pinsapo, pino silvestre, etc. En el piso montano superior las masas forestales desaparecen y dan paso a formaciones arbustivas: landas de brezos y retama en la montaña atlántica, y matorrales con espinas y especies chaparras en la mediterránea. –
El piso alpino o supraforestal ( a partir de los 2200 ) está ocupado por una vegetación de tipo herbáceo y prados.
– Piso nival, sólo aparece en las montañas más altas, como los Pirineos y la Cordillera Penibética, por encima de los 3000 metros, en el que únicamente crecen especies
rupícolas, como los musgos y los líquenes. Además, en cualquiera de nuestras montañas la vegetación carácterística de cada piso se encuentra a una mayor altitud en la vertiente de solana ( vertiente sur ) que en la de umbría ( ladera norte ), y es más rica y densa en la vertiente de barlovento, más húmeda, que en la de sotavento.

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