Evolución y Morfología Urbana: Un Recorrido por la Historia de las Ciudades

Las etapas de la Historia y el urbanismo

Los diferentes emplazamientos de nuestras ciudades tienen que ver con la salubridad y consistencia del terreno.

La ciudad romana

El Imperio romano se articuló en torno a una vasta red de calzadas para facilitar el comercio, lo que favoreció una intensa vida urbana. La estructura de estas ciudades era regular, de planta en damero (serie de calles que se cruzan en ángulo recto), destacando dos calles principales perpendiculares, el cardo y el decúmano, en cuyo cruce se encontraba el foro, plaza donde se ubicaban los edificios públicos más importantes (templos, palacios…) y la zona comercial más valorada. De este pasado algunas de nuestras ciudades aún conservan la huella del antiguo trazado, en cascos antiguos con una trama más o menos regular.

La ciudad medieval musulmana y cristiana

La inestabilidad política y las guerras provocaron una parálisis del comercio, las ciudades portuarias experimentaron una disminución de sus actividades económicas y, por tanto, de su población. Asistimos a un retraimiento de “lo urbano” en favor de “lo rural”. Respecto al plano, tanto las ciudades de cultura cristiana como las de la civilización islámica presentan un trazado irregular fruto de la falta de planificación previa, con modelos con planos desordenados y apiñados de calles estrechas. Al igual que las ciudades musulmanas, las ciudades cristianas se dividían en barrios o parroquias (se articulaban en torno a una iglesia, que era su parroquia), siguiendo criterios religiosos, morales (mancebías), sanitarios, étnicos y económicos (barrio de artesanos). La red de calles es también irregular, pero ahora forman un espacio unitario, en el que siempre es posible orientarse o llegar a tener una idea general del barrio o de la ciudad. Las calles no son iguales, sino que existe una gradación continua de arterias principales y secundarias.

Las ciudades durante el Renacimiento

El Estado Moderno del Renacimiento y los Descubrimientos Geográficos generaron una planificación del espacio urbano, con búsqueda de modelos ideales, procesos de embellecimiento, y planos muy centralizados como el «radiocéntrico«. El centro de la ciudad era la plaza principal donde se ubicaban los servicios comunitarios. De esta zona, y en forma radial, salían las vías de comunicación que delimitaban sectores circulares destinados a los diferentes usos y servicios de la ciudad. Este plano radial se completará y perfeccionará con la apertura de vías de comunicación concéntricas, a modo de cinturones urbanos, que permiten la conexión entre los distintos barrios sin necesidad de pasar por el centro de la ciudad.

Las ciudades durante el Barroco

Nuestras ciudades observarán tres novedades urbanas:

  • La aparición en el interior de las ciudades de una serie de edificios religiosos (conventos, hospitales, refugios, beaterios, etc…), que romperán el tejido urbano preexistente y crearán una importante proporción del suelo urbano que luego se venderá en la Desamortización.
  • La construcción de las Plazas Mayores que, (especialmente en el reino de Castilla), primero fueron lugares de mercado y posteriormente lugares centrales de la ciudad, posición que se verá reforzada con la edificación de los ayuntamientos.
  • La edificación de las primeras plazas de toros.

La ciudad del siglo XVIII

El Despotismo Ilustrado aplicó una política urbanística que pretendía embellecer y reformar la ciudad, aunque sin alterar de forma transcendente la trama urbana. Se llevaron a cabo obras de saneamiento e infraestructuras en el interior de las ciudades, se trazaron en las afueras paseos y alamedas adornadas con fuentes, plazuelas, esculturas y bancos, lugares de paseo y reunión social, como los salones y ramblas.

La ciudad industrial

El momento en que la ciudad experimenta su mayor desarrollo fue con la Revolución Industrial. El crecimiento urbano fue espectacular, se incorporaron los Ensanches en las principales ciudades y surgió así, un modelo de «ciudad industrial». Se abren grandes avenidas. La instalación de las fábricas en las afueras de la ciudad trajo consigo una inmigración masiva de población procedente del campo. Como consecuencia, se edificaron nuevas áreas urbanas en la periferia: zonas suburbanas, y creció alarmantemente la degradación ambiental y la calidad de vida de sus habitantes. En España, la debilidad de la industrialización provoca una tasa de urbanización pequeña, sobre todo hasta mediados del siglo XIX. Desde esa fecha, hasta la Guerra Civil: fuerte crecimiento de la urbanización al compás del crecimiento industrial.

Elementos del análisis de la morfología de las ciudades (o análisis atemporal)

El Plano de las ciudades

Es la representación gráfica más común de las ciudades, en sentido cartográfico y descriptivo. En cuanto a su forma, presenta tres modelos sencillos:

Plano radiocéntrico

Es el resultado de una evolución clásica en Europa y es típico de muchas ciudades españolas (Zaragoza, Madrid, Palma, casco antiguo de Vitoria, etc…). La ciudad crece en torno a una encrucijada, a la cual afluyen los caminos, progresivamente convertidos en calles por el crecimiento de la urbe, y en torno a los cuales se aglutinan los nuevos espacios edificados. Las diferentes murallas que han ido protegiendo la ciudad se han ido derribando conforme esta ha crecido y han dado lugar a calles de circulación concéntrica.

Plano lineal

Se caracteriza por tener una forma alargada. Son poblaciones que surgieron en torno a una vía de comunicación: carretera, río o ferrocarril; y en alguna ocasiones por razones topográficas, pues se construye al pie de una ladera dejando el resto para el cultivo; o en el límite de la costa. En España el arquitecto y urbanista Arturo Soria y Mata, inspirado en la idea de Howard de la ciudad-jardín, diseña el modelo de Ciudad Lineal. La idea utópica de Arturo Soria consistía en desarrollar un corredor en la zona nororiental de Madrid.

Plano ortogonal o en cuadrícula

Es el de las ciudades antiguas y mediterráneas (griegas y romanas), aunque también aparece en tramas urbanas de origen medieval (ciudades nuevas) o posterior. Es el más racional, en él las calles de cortan perpendicularmente, sobresaliendo, generalmente, la importancia de dos de estas calles perpendiculares. Tenemos ejemplos en gran parte de los planos de Puertollano, Ferrol, Gijón.

Plano desordenado

Que se manifiesta en forma de una red de calles tortuosas, carente de líneas directrices, en las que se insertan callejones sin salida y patios interiores. Es característico de las ciudades musulmanas o de las medievales, cuando se ha producido una fuerte densificación de su población y se aprovecha al máximo el espacio intramuros.

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