La Producción y Ordenación del Espacio Urbano
El urbanismo se encarga de la ordenación urbana. Este tiene una dimensión teórica (teoría urbanística) y otra práctica, el planeamiento urbano. Este último incluye la totalidad del término municipal, es decir, el suelo rústico y el urbano, y tiene como fin proyectar nuevos espacios para el futuro crecimiento y transformar los existentes en función de las demandas sociales de cada momento histórico. En el planeamiento urbano de España podemos distinguir tres etapas:
Etapa 1: Los Inicios del Urbanismo (Segunda Mitad del Siglo XIX)
Los primeros intentos de planificación urbana corresponden a la segunda mitad del siglo XIX, cuando el crecimiento urbano rebasó las murallas de la ciudad preindustrial. No obstante, las principales actuaciones se aplicaron solamente en los espacios ocupados por la burguesía (ciertas zonas del casco antiguo y los ensanches). Las más destacadas fueron las siguientes:
- La regularización del plano: con este fin se establecieron planos geométricos para la expansión urbana, planos de alineación de calles (que fijaban que su trazado debía ser recto y tener una determinada anchura para el tráfico) y ordenanzas sobre las manzanas (que debían ser rectangulares, con patio regular).
- Los planes de saneamiento: están relacionados con la propagación de las ideas higienistas sobre la salubridad de la ciudad. Las medidas más habituales fueron el alcantarillado, el abastecimiento de agua, la limpieza de calles, y la recogida de basuras.
- La mejora de los servicios y equipamientos urbanos: con la creación de parques públicos, tranvías, alumbrado y pavimentación.
Etapa 2: El Urbanismo Entre 1900 y 1975
Durante el primer tercio del siglo XX continuaron las actuaciones anteriores. Posteriormente, cabe diferenciar dos etapas:
a) Época de la Autarquía (1939-1960)
La planificación se centró en tres objetivos:
- La reconstrucción de las ciudades más dañadas por la Guerra Civil (Gernika, Guadalajara, Oviedo). Las actuaciones, llevadas a cabo por la Dirección General de Regiones Devastadas, fueron lentas y limitadas, debido a la mala situación económica del país.
- La elaboración de leyes sobre la vivienda (viviendas protegidas, viviendas sociales, arrendamientos urbanos).
- La organización del crecimiento urbano para acabar con el caos urbanístico y con la especulación. Para ello, la Ley del Suelo y Ordenación Urbana (1956) establecía una planificación jerarquizada: a escala nacional (Plan Nacional de Urbanismo, que quedó en estudios previos), a escala provincial para cada ciudad, y para cada área urbana. Los que tuvieron mayor aplicación fueron los planes para cada ciudad o Planes Generales de Ordenación Urbana, que la dividían en zonas con funciones distintas (administrativa, residencial, industrial…) y fijaban para cada una los equipamientos y servicios necesarios, aunque en la mayoría de los casos las realizaciones prácticas se alejaron bastante de los proyectos.
Los Problemas de las Ciudades Españolas
Las ciudades y aglomeraciones urbanas españolas presentan problemas de diversa índole:
- Problemas de vivienda: éstas resultan caras debido a los altos precios del suelo y de la especulación. La solución debe venir de las políticas de urbanismo y planificación, como la protección oficial y su extensión a la rehabilitación de viviendas antiguas.
- Problemas de abastecimiento y equipamiento: el consumo de agua y energía se ha disparado y exige inversiones para abastecer a toda la población. Además, ciertas zonas urbanas demandan una mejora de equipamientos recreativos, culturales, sanitarios, zonas verdes… que son deficitarios.
- Problemas de tráfico: causados por la necesidad de abastecimiento y por los desplazamientos residencia-trabajo, que ocasionan atascos y dificultades de aparcamiento. Para resolverlo se crean vías de circunvalación y grandes extensiones de aparcamientos.
- Problemas ambientales: las ciudades poseen un microclima urbano caracterizado por temperaturas y precipitaciones más altas que las del campo debido a la contaminación atmosférica, el ruido, y la producción de residuos sólidos urbanos.
- Problemas de delincuencia y marginación social: la ciudad favorece los comportamientos sociales marginales (delincuencia, drogadicción, prostitución, alcoholismo…) debido a que los individuos están más expuestos a la publicidad, el estrés, el aislamiento, el hacinamiento, el desempleo y el desarraigo. Para atajarlo se realizan campañas de prevención.