Etapas del Proceso de Urbanización
El proceso de urbanización consiste en la concentración de población y actividades económicas en la ciudad, lo que conlleva un cambio en la estructura, morfología y distribución de la población. Esta transformación se debe principalmente al desarrollo industrial entre los años 60 y 74.
La Etapa Preindustrial
Esta etapa abarca desde el surgimiento de las primeras ciudades con los íberos y romanos hasta la actualidad. La urbanización ha evolucionado a lo largo del tiempo. Inicialmente, las ciudades se ubicaban en zonas costeras y se dedicaban al comercio. Posteriormente, surgieron ciudades en el interior, que hoy en día constituyen el casco antiguo de muchas ciudades actuales.
En el siglo XVIII, se produjo un cambio significativo: las ciudades del interior entraron en declive (con la excepción de Madrid) y la periferia experimentó un gran desarrollo, especialmente las zonas costeras de Cataluña, el Mediterráneo y el Cantábrico.
La ciudad preindustrial se caracterizaba por su tamaño reducido, calles estrechas, plano irregular y la presencia de murallas. La población se dedicaba principalmente al trabajo en el campo, aunque también existían talleres artesanales, comercios y, en menor medida, actividades relacionadas con la iglesia o la administración.
La Etapa Industrial
A finales del siglo XIX, la urbanización experimentó un gran crecimiento, lo que provocó cambios en la población de las ciudades, su ubicación y su distribución espacial. Este fenómeno se debió a la industrialización, que demandaba mano de obra y absorbía a la población excedente del campo debido a la mecanización agrícola.
Además, la ciudad adquirió un papel crucial en la administración de los territorios (provincias), impulsada por el desarrollo del ferrocarril y la desamortización.
Esta etapa se divide en dos subetapas:
La Transición Urbana (hasta la década de 1960)
Durante este período, las ciudades tenían poca población e importancia, destacando las ubicadas en zonas que se industrializaron tempranamente (Cataluña, Mediterráneo y Cantábrico). El paisaje urbano experimentó cambios significativos, como el derribo de murallas, la creación de grandes avenidas, ensanches y suburbios.
Período del Desarrollo Urbano (1960-1975)
Conocido como el desarrollismo, esta etapa se caracterizó por un crecimiento urbano sin precedentes, impulsado por el baby boom y el éxodo rural. Este desarrollo, más pronunciado en el eje Bilbao-Zaragoza y la costa mediterránea, acentuó los desequilibrios territoriales debido a las migraciones masivas desde las comunidades del interior, con la excepción de la capital.
Se llevaron a cabo numerosos ensanches en las ciudades para alojar a la creciente población, lo que provocó un crecimiento urbano considerable.
La Etapa Postindustrial
Los cambios en los sistemas de producción, sociales, culturales y políticos (crisis económica e industrial) provocaron una desaceleración del crecimiento urbano, la detención del éxodo rural y la polarización espacial (crecimiento de ciudades medianas y pequeñas frente a la saturación de las grandes ciudades). Además, surgieron nuevos suburbios.
Posteriormente, se produjo un cambio en las políticas urbanas, con el objetivo de mejorar la calidad de vida urbana mediante la creación de zonas verdes y la mejora de los servicios.
Morfología y Estructura Urbana
La estructura urbana se refiere a la combinación de las diferentes zonas que componen una ciudad según su función (usos del suelo), composición sociodemográfica y morfología (plano). Se caracteriza por una gran segregación social y funcional, ya que cada zona tiene sus propias funciones y los usos del suelo se clasifican según su precio y la planificación urbana (planes de ordenación urbana).
Las principales zonas de la ciudad son:
El Casco Antiguo
Es la ciudad preindustrial, con un plano irregular, trama cerrada y, en muchos casos, antiguas murallas que han sido derribadas para ganar terreno y mejorar las comunicaciones. Estas zonas conservan un importante legado histórico y monumental, que refleja su pasado (ciudad heredada).
Con la industrialización, surgieron nuevos barrios, algunos de los cuales se construyeron sobre zonas históricas importantes para albergar viviendas burguesas, grandes avenidas o el ferrocarril. Algunas áreas también entraron en decadencia al ser habitadas por población con menos recursos.
Durante el desarrollismo, el casco antiguo experimentó una renovación, con cambios en la trama urbana, la construcción de edificios más altos que rompieron con la morfología tradicional y la terciarización de la zona debido al alto precio del suelo, atrayendo a empresas comerciales y oficinas.
En la actualidad, se está produciendo un desplazamiento de estos servicios hacia las afueras de las ciudades, lo que está provocando el vaciamiento del casco antiguo. Esto genera problemas medioambientales y sociales, como la congestión del tráfico, la contaminación y la segregación social, ya que las zonas más privilegiadas son ocupadas por la burguesía, mientras que las más desfavorecidas concentran a la población más vulnerable.
Desde la década de 1980, se han implementado políticas de rehabilitación del casco antiguo, que buscan preservar su trama tradicional y su patrimonio histórico.
El Ensanche Burgués y los Suburbios Obreros
Ensanche Burgués
Surgieron para satisfacer las necesidades de la burguesía, ofreciendo viviendas más espaciosas, higiénicas y ordenadas. Se caracterizan por un plano ortogonal en damero (calles paralelas en cuadrícula), calles anchas y espacios verdes. Tienen una trama abierta. Las zonas más cercanas al casco antiguo eran ocupadas por la población más adinerada.
A partir de la década de 1960, esta zona también experimentó un proceso de terciarización, al igual que el casco antiguo, con la aparición de oficinas y comercios.
Suburbios Obreros
Fueron el destino de la población obrera, que se trasladó a vivir a estos barrios situados en la periferia de la ciudad, cerca de las vías de comunicación y las industrias. Se caracterizaban por una trama viaria irregular, viviendas de baja calidad, pequeñas e insalubres.
Con el tiempo, también han experimentado cambios: las zonas mejor ubicadas han sido demolidas para construir edificios de viviendas más altos, lo que ha aumentado su valor, mientras que las zonas más desfavorecidas han quedado relegadas y marginadas.
La Ciudad Jardín
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