Evolución Urbana en España: De la Ciudad Preindustrial a la Metrópoli Moderna

La Ciudad Preindustrial

Gran parte de las ciudades más importantes de España tienen un largo pasado histórico. Tras la etapa preurbana, las ciudades se desarrollaron durante la época de la colonización fenicia, púnica y griega, que fundaron nuevas poblaciones en el litoral mediterráneo.

Época Romana

La época romana representó un avance en la consolidación de la urbanización en la Península Ibérica. Su legado se concretó en el surgimiento de ciudades o colonias romanas. La aportación romana fue la implantación de un plano urbano de carácter geométrico formado a partir de dos ejes: el cardus maximus y el decumanus.

Edad Media

Tras la caída del Imperio Romano, la urbanización peninsular sufrió un retroceso en la época medieval como consecuencia de la invasión de los pueblos bárbaros. Solo a partir del siglo X se produjo un resurgimiento de las ciudades, y estas circunstancias dieron lugar a la creación de nuevas urbes.

En la Península Ibérica coexistían dos culturas con religiones diferentes:

  • La población cristiana, que vivía de la ganadería y la agricultura de secano. La ciudad desempeñaba una función militar e ideológica.
  • Las ciudades musulmanas, que se fundaron sobre las anteriores en lugares estratégicos por su carácter defensivo o al lado de ríos y barrancos.

Las ciudades cristianas se componían de parroquias que daban nombre a los barrios. El paisaje de la ciudad islámica se caracterizaba por un conjunto de edificios rodeados por una muralla que la separaba del exterior.

Renacimiento e Ilustración

El Renacimiento y la Ilustración fueron etapas de prosperidad, ya que hubo un aumento demográfico que llevó a una mejora de las infraestructuras y a una remodelación de la trama viaria.

La Ciudad Industrial

Las reformas urbanas del siglo XVIII continuaron en el siglo XIX, en el que aumentó la urbanización como consecuencia del desarrollo de obras públicas y del desarrollo industrial que se concentró en el País Vasco. Para adaptarse a las nuevas circunstancias, las ciudades pusieron en marcha operaciones de crecimiento y remodelación de su espacio interior, como los proyectos de reforma interior que perseguían aliviar la presión social, mejorar las condiciones de vida y los servicios urbanos. Estas reformas se manifestaron en la construcción de cementerios y mataderos públicos, pero lo que más las caracterizó fue la haussmanización, que supuso la apertura de nuevas calles.

Los planes de ensanche son aportaciones del urbanismo español de la época que consistían en la yuxtaposición de un nuevo conjunto urbano al tejido preexistente. El nuevo tejido urbano incorporado a la ciudad se caracteriza por su morfología de calles alineadas de trazado octogonal.

Sistema Urbano Actual

En la actualidad, el sistema urbano español se caracteriza por la existencia de diferentes niveles jerárquicos:

Metrópolis Nacionales

Madrid y Barcelona ejercen su influencia en todo el territorio nacional y se relacionan con metrópolis internacionales.

Metrópolis Regionales de Primer Orden

Valencia, Sevilla, Bilbao y Zaragoza extienden su influencia al ámbito regional.

Metrópolis Regionales de Segundo Orden

Murcia, Alicante, Granada y Santander conjugan el ser centros de servicios especializados con otras funciones del sector secundario y terciario.

Ciudades Medianas

Capitales de provincia y ciudades que conocen un gran dinamismo económico, como Burgos, Segovia o Algeciras.

Funciones de la Ciudad

La ciudad desempeña diversas funciones en relación con el territorio circundante:

  • Función militar: explica el origen de muchas ciudades por su emplazamiento en lugares estratégicos para la defensa. Actualmente, esta función se ve en las localidades cercanas a bases militares.
  • Función comercial: la ubicación de ferias y mercados favoreció el surgimiento de ciudades en lugares bien comunicados, como cruces de caminos o puertos de mar. En la actualidad, las ciudades son el centro comercial de un amplio territorio.
  • Función industrial: muchas empresas buscan la localización en la ciudad, aunque no tienen por qué estar localizadas en el medio urbano, por la necesidad de mano de obra y la concentración de clientes y empresas de servicios.
  • Función cultural: Venecia, Toledo, Roma o Santiago de Compostela son ejemplos de ciudades que han desarrollado una importante función cultural. La existencia de universidades también favoreció el crecimiento de las ciudades donde se localizaban debido a la atracción de una gran cantidad de población flotante, como Salamanca.
  • Función de acogida: algunos lugares basan su actividad en ofrecer alojamiento y diversión a los turistas. Los lugares de recreo veraniego e invernal son los que conforman este tipo de ciudades, ejemplos de las cuales son ciudades como Marbella o Benidorm.
  • Función política y administrativa: la designación de la capitalidad de un territorio para una ciudad le supone la instalación en ella de múltiples organismos públicos.

Área de Influencia Urbana

Entre un núcleo urbano y su territorio circundante se establecen múltiples lazos que corresponden a las distintas formas de relación. Estos vínculos se superponen y combinan, y el conjunto representa el área de influencia, que se extiende hasta donde penetran las distintas formas de relación con la ciudad.

El área de influencia (hinterland) se puede definir como el territorio organizado por una ciudad y que está vinculado socioeconómicamente a ella. En el área de influencia juega un papel decisivo la distancia, de modo que la intensidad de los flujos de relación decae al alejarnos del núcleo urbano hacia la periferia del área. Sus límites son fluidos, ya que, sobre las márgenes, las poblaciones se reparten entre varios centros que compiten entre sí.

La teoría de los lugares centrales de Christaller explica las diferentes dimensiones que puede tener el área de influencia a través del alcance máximo de los servicios ofrecidos por un centro, que corresponde a un nivel en la jerarquía funcional de los centros.

Principales Áreas y Ejes Urbanos

En la actualidad, el sistema de ciudades tiende a articularse formando ejes de desarrollo, que se producen cuando las ciudades se articulan en torno a un conjunto de infraestructuras de transporte, principalmente terrestres.

  1. Eje mediterráneo o levantino: se extiende desde Girona hasta Murcia y es uno de los que tiene mayor potencial de desarrollo. Está consolidado desde el punto de vista de la red urbana, su nivel de urbanización es muy elevado y presenta una estructura económica muy diversificada.
  2. Eje del Ebro: discurre desde Bilbao hasta Tarragona.
  3. Eje cantábrico: se desarrolla desde el País Vasco hasta Galicia. Está marcado por las relaciones en sentido norte-sur. Su alto nivel de urbanización convive con un declive urbano, un débil crecimiento económico y una red urbana estancada.
  4. Eje atlántico gallego: concentra el sector productivo gallego y forma parte de un eje de mayor envergadura que se prolonga hacia Oporto (Portugal).
  5. Eje Madrid: Madrid le confiere una posición de conexión entre varios ejes. Tiene un gran peso dentro del sistema económico español, pero sufre problemas de congestión.
  6. Eje litoral andaluz: el litoral andaluz constituye un gran corredor de gran importancia turística y es la continuación natural del eje mediterráneo.
  7. Eje transversal andaluz.
  8. Eje Madrid-Andalucía: además de presentar problemas orográficos, hay zonas con potenciales demográficos muy bajos a su paso por Castilla-La Mancha.
  9. Eje oeste (Ruta de la Plata): se extiende desde Huelva y Sevilla hasta el Principado de Asturias. Mantiene en todo el interior tasas demográficas bajas, aunque comprende dos focos de alto potencial.

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