EVOLUCIÓN GEOLÓGICA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
Eras Geológicas
Arcaico, Criptozoico o Precámbrico
En esta era, la zona de España se encontraba entre dos placas continentales: la africana (Gondwana) y la palaeuropea (Laurasia), separadas por el antiguo mar de Thetis. Se produjeron movimientos orogénicos que afectaron a la península, formando núcleos en Galicia, Asturias, el Sistema Central y los Montes de Toledo.
Primario o Paleozoico
Durante el Carbonífero, se inició un gran movimiento orogénico conocido como Herciniano. Fuertes presiones laterales hicieron emerger del fondo marino las cadenas montañosas del sistema Herciniano europeo, con dirección noroeste-sureste en la península (Galicia-Valle del Guadalquivir). Al final del Paleozoico, la erosión convirtió las tierras en un zócalo o penillanura. En el oeste de la Meseta afloran rocas graníticas, resultado de una intensa actividad magmática.
Secundario o Mesozoico
Fue un periodo de tranquilidad tectónica, donde la erosión arrasó las cordilleras formadas en el Paleozoico. Hubo movimientos verticales que provocaron el ascenso o descenso de las aguas marinas. En el espacio que ocupan los Pirineos y las Béticas se situaban fosas oceánicas donde se acumularon sedimentos y materia orgánica, formando rocas carbonatadas como el carbonato cálcico (zócalo de la Meseta y algunos macizos antiguos).
Terciario o Cenozoico
Se desarrolló la orogenia alpina, que comprimió y levantó los sedimentos depositados en las fosas pirenaica y bética, mientras que la parte nororiental del macizo antiguo paleozoico se hundió en la zona del Ebro. La Meseta comenzó a bascular hacia el Atlántico y se estructuraron los rebordes montañosos. Los materiales del zócalo paleozoico se fracturaron, dando lugar a un relieve con abundantes fallas. El macizo Galaico-Leonés responde a un sistema de fracturas erosionadas. Otras zonas se hundieron, formando las depresiones interiores de la Submeseta Norte y Sur.
Cuaternario o Antropozoico
Se desarrolló la tectónica post-alpina, con la inclinación definitiva de la Meseta hacia el oeste, determinando la orientación de los ríos peninsulares hacia el Atlántico. Movimientos epirogénicos provocaron avances o retrocesos en las aguas oceánicas y rectificaron la línea de costa, formando amplios golfos. Se produjo el asentamiento definitivo de los ríos.
VARIEDAD LITOLÓGICA
El roquedo español se divide en cuatro tipos de terrenos fundamentales:
Terrenos Silíceos
Localizados en las zonas más antiguas (España precámbrica y paleozoica), formados por granitos, gneises, pizarras y cuarcitas. El roquedo silíceo quedó cubierto de sedimentos que fueron erosionados, dando lugar a formas redondeadas. En zonas frías, el agua se filtra por las grietas y al congelarse actúa como una cuña, fragmentando la roca. Se encuentran en el oeste peninsular.
Terrenos Calizos
Datados fundamentalmente en el Mesozoico, abundan las formaciones sedimentarias de origen marino. El modelado es kárstico, con relieve complejo originado por la disolución del carbonato cálcico y el desgaste mecánico en superficie. Se caracteriza por lapiaces, gargantas, cañones, grutas, simas, poljés y la «z invertida».
Terrenos Arcillosos
Formados por sedimentos de finales del Terciario y el Cuaternario, son rocas maduras y a veces impermeables como las arcillas. Forman terrenos llanos, horizontales y de fácil erosión. Se encuentran en el sureste peninsular y el Valle del Ebro.
Terrenos Volcánicos
Presentes en la España insular de Canarias, la actividad volcánica desde el Mioceno hasta la actualidad constituye el origen del archipiélago canario.
Erosión Diferencial
Los agentes externos erosivos actúan de forma diferente según el tipo de terreno.
PRINCIPALES UNIDADES MORFOESTRUCTURALES
Son unidades cuyo origen y estructura se deben a la acción de fuerzas orogénicas, que tras su formación han sufrido una larga evolución por la erosión y posteriores fuerzas tectónicas.
Zócalos Antiguos
El bloque más importante es el zócalo de la Meseta, resto del zócalo herciniano. En el reborde oriental se produjo un hundimiento que formó Sierra Morena. Junto al zócalo, quedaron macizos antiguos (montañas viejas no arrasadas), como el macizo Asturiano. Otros macizos antiguos son el Catalano-Balear, del Ebro, de Aquitania y Betico-Rifeño. El del Ebro se habría hundido por un proceso isostático. Todas estas estructuras hercinianas presentan rocas metamórficas y graníticas, de naturaleza silícea, que forman cumbres suaves.
Cadenas de Pliegue
La mitad oriental de la península presenta cordilleras afectadas por fuertes plegamientos. Son montañas jóvenes y de considerable altura, formadas en la era Terciaria. Se deben a la existencia de macizos antiguos y al plegamiento de los materiales depositados en el geosinclinal mesozoico. Forman relieves como el Sistema Ibérico, las Cordilleras Costero-Catalanas, el Sistema Bético y los Pirineos.
Cuencas Sedimentarias
Estructuras formadas por la sedimentación de materiales durante el Terciario y Cuaternario. Son formaciones post-alpinas cuya sedimentación se ha producido sobre:
- Abombamientos cóncavos del zócalo paleozoico de la Meseta, dando lugar a coberteras sedimentarias poco espesas, como las cuencas del Duero, Tajo y Guadiana.
- Fosas tectónicas originadas en la orogenia alpina que han sido rellenadas de sedimentos, como el Valle del Ebro y el del Guadalquivir.