Inicios de la Industrialización Española (1855-1900)
El inicio de la industrialización española (1855-1900) tuvo lugar con retraso respecto a otros países europeos, debido a las difíciles condiciones para el despegue industrial:
- Resultó insuficiente la disponibilidad de materias primas y de fuentes de energía: el algodón era escaso, el carbón mediocre y los mejores minerales se exportaban por las compañías extranjeras que tenían arrendadas las minas.
- La inversión industrial fue insuficiente: el Estado estaba endeudado y los particulares invirtieron en comprar la tierra desamortizada; el espíritu empresarial era escaso.
- El atraso tecnológico era notable, lo que obligaba a importar las nuevas máquinas.
- La demanda de productos industriales era limitada, consecuencia del bajo crecimiento demográfico y la pobreza del campesinado.
- La situación exterior fue desfavorable, debido a la Guerra de la Independencia y al desastre colonial.
- La política industrial fue inadecuada: el proteccionismo libraba a la industria de la competencia exterior, pero también desincentivó su modernización tecnológica.
Crecimiento Industrial en el Primer Tercio del Siglo XX (1900-1936)
En el primer tercio del siglo XX (1900-1936), se produjo un crecimiento industrial, debido a:
- Aumentó la disponibilidad de minerales: el carbón nacional sustituyó a la hulla importada (encarecida durante la Primera Guerra Mundial) y decayó la exportación de minerales, al agotarse las venas más ricas.
- Creció la inversión industrial nacional, procedente de la repatriación de capital de las colonias perdidas en 1898 y de los beneficios obtenidos de las exportaciones a Europa durante la Primera Guerra Mundial.
- Se incrementó la demanda de productos industriales debido al impulso de las obras públicas durante la Dictadura de Primo de Rivera, que favoreció el desarrollo de numerosos sectores industriales.
- Se incorporaron los avances técnicos de la Segunda Revolución Industrial (hidrocarburos y electricidad).
La Guerra Civil y la Posguerra (1936-1959)
Durante la Guerra Civil y la posguerra (1936-1959) el crecimiento industrial se interrumpió: la guerra causó destrucción de industrias, y la política autárquica de la posguerra privó a la industria de los recursos energéticos, materias primas, materiales y capitales necesarios. Este hecho condujo a una situación de crisis que obligó a suavizar la política autárquica en 1953.
El Desarrollismo Industrial (1960-1975)
Entre 1960 y 1975 tuvo lugar la etapa conocida como “desarrollismo industrial”, tras el abandono definitivo de la autarquía y la liberalización de las importaciones. La industria experimentó entonces un fuerte crecimiento, cuyas causas fueron:
- Aumentó la inversión industrial, ya que la expansión de la economía mundial atrajo a empresas multinacionales (por la demanda en alza, la mano de obra barata, bajos costes de producción e incentivos estatales) y se invirtieron en la industria capitales procedentes del turismo, de las remesas enviadas por los emigrantes y de inversores privados.
- Creció la demanda de productos industriales al elevarse el nivel de vida de la población.
- Se incorporaron mejoras técnicas procedentes del exterior.
- El bajo precio de la energía repercutía positivamente en los costes de producción.
- La política estatal fomentó la industria a través de los Planes de Desarrollo.
La Innovación Técnica y las Revoluciones Industriales
La innovación técnica principal de la industria moderna fue el uso de máquinas que revolucionaron el sistema de producción.
La Primera Revolución Industrial (segunda mitad del siglo XIX), aportó la producción con máquinas hidráulicas y de vapor. El sistema de producción se basó en la realización por los obreros de tareas rutinarias complementarias a las máquinas.
La Segunda Revolución Industrial (primer tercio del siglo XX) aportó los motores de explosión (movidos por hidrocarburos) y los motores eléctricos. Se impuso el sistema de producción fordista basado en la concentración de las distintas fases de fabricación de un producto en una gran fábrica. Este sistema permite economías de escala (elaborar grandes series de artículos homogéneos y baratos dirigidos a un mercado amplio y homogéneo).
Los Sectores Industriales
a) En la Primera Revolución Industrial (segunda mitad del siglo XIX), los sectores industriales principales fueron el textil y el siderometalúrgico.
b) En la Segunda Revolución Industrial (primer tercio del siglo XX) y en la época franquista, la industria se diversificó: crecieron los sectores básicos (siderurgia integral, refinerías, petroquímica y producción eléctrica, electrometalúrgica, electroquímica), los de bienes de consumo (textil, calzado, alimentaria, electrodomésticos, automóvil), gracias al aumento de nivel de vida; y también los de bienes de equipo (maquinaria, material de transporte), casi siempre instalados por las multinacionales poseedoras de la tecnología.