La Población Española
Antes de la segunda mitad del siglo XIX, la falta de datos fiables dificulta la precisión demográfica. El primer censo moderno (1857) muestra un leve aumento de tres millones. Entre 1900 y 1950, España inicia la transición demográfica gracias a mejoras sanitarias, higiénicas y alimentarias. El crecimiento continúa entre 1950 y 1979, reduciéndose paulatinamente. En los años 80, España entra en un régimen demográfico moderno con baja mortalidad y natalidad.
España tiene más mujeres que hombres, aunque varía según la región. La supermortalidad masculina se debe a hábitos de vida, trabajos y enfermedades. El país tiende al envejecimiento, con un descenso de la población soltera y de la fecundidad desde 1970. También se observa un aumento de las separaciones, aunque se ha reducido en los últimos años.
Económicamente, hay mayor paro femenino y juvenil. La terciarización creciente aumenta el paro en algunas zonas.
La distribución espacial muestra un aumento generalizado de la densidad, pero con grandes contrastes y concentraciones urbanas. Cataluña y la Comunidad de Madrid son las más pobladas, mientras que La Rioja y Cantabria tienen menor población. Madrid y Canarias presentan las mayores densidades.
Esta desigual distribución se explica por factores geográficos, demográficos, socioeconómicos y migratorios.
Dinámica Demográfica
Actualmente, la natalidad cae por motivos económicos, sociológicos e históricos (como la crisis). Las causas de mortalidad han cambiado: antes eran exógenas (epidemias), ahora son endógenas (enfermedades degenerativas). El descenso de la mortalidad se debe a avances médicos y mejor alimentación.
Migraciones
Anteriormente, la emigración se dirigía a África, América y Europa. Ahora, ocurre entre regiones interiores y de áreas rurales a urbanas por razones políticas, naturales (terremotos, sequías) y, sobre todo, económicas.
Migraciones Exteriores
En el siglo XIX, la migración al Norte de África (principalmente Argelia) fue importante, protagonizada por agricultores y mineros que huían de las duras condiciones de vida.
A principios del siglo XX, la migración ultramarina se intensificó hacia Argentina, Cuba y otros países latinoamericanos, con campesinos de escasos recursos. Restricciones posteriores frenaron esta corriente.
La migración a Europa (principalmente Francia) ocurrió entre 1960 y 1970, con agricultores afectados por la Guerra Civil. La reconstrucción post-Segunda Guerra Mundial generó otra oleada migratoria a Europa.
Desde 1974, la emigración se debilita, resultando en un balance migratorio negativo o escasamente positivo.
Las consecuencias fueron positivas (reducción de presión laboral, menor fecundidad, entrada de divisas) y negativas (pérdida de población joven).
Migraciones Interiores
Se trata del desplazamiento entre provincias y regiones españolas, destacando el éxodo rural.
Hay migraciones estacionales o temporales (cíclicas) y definitivas o de larga duración (éxodo rural), además de movimientos habituales (trabajo, ocio).
Las consecuencias en zonas emisoras son demográficas (cambio positivo en crecimiento, estructura y dinámica natural, rejuvenecimiento, aumento de población activa, revitalización de natalidad y fecundidad) y negativas en zonas receptoras (necesidad de equipamientos, infraestructuras y viviendas).
En las zonas emisoras, las consecuencias son descenso y envejecimiento poblacional, empobrecimiento de recursos humanos y reducción de actividades económicas. Estas migraciones han causado fuertes desequilibrios en la distribución de la población.
Perspectivas de Futuro
Se prevé un descenso continuo de la natalidad debido a la llegada de mujeres nacidas en la recesión demográfica y al aumento de la edad media de la maternidad. Un posible ascenso por el auge económico sería momentáneo. La media de hijos descenderá. La mortalidad crecerá por el envejecimiento, pero la esperanza de vida seguirá aumentando.
El crecimiento natural se mantendrá negativo durante la próxima mitad de siglo. Los desplazamientos intraurbanos e intraprovinciales continuarán, mientras que las migraciones interautonómicas disminuirán. La emigración, que ha aumentado, se espera que se reduzca.
La migración extranjera es impredecible, dependiendo del número de retornos y del atractivo de España. La procedencia seguirá siendo principalmente África, Sudamérica y la UE.
El descenso poblacional continuará, ya que el saldo migratorio no compensa el crecimiento natural negativo. Se estima una población de 42 millones para 2060.
Análisis de un Paisaje Rural
La imagen muestra un paisaje rural con poblamiento de casas autóctonas. Se observa una masa de agua (posiblemente una ría) y un sistema montañoso desgastado (probablemente un macizo antiguo).
Económicamente, destaca la pesca en la ría, con mejilloneras. Podría haber explotación forestal. El pueblo aprovecha su entorno para el turismo rural, buscando tranquilidad y un medio natural.
Superficie Cultivada Inferior a la Media Nacional
Diversos motivos explican la menor superficie cultivada en algunas provincias. En el norte, se debe al pequeño tamaño de las parcelas y la irregularidad del terreno, que dificultan la mecanización. El clima oceánico, sin embargo, favorece la ganadería. En Canarias, el relieve accidentado y el clima cálido con pocas precipitaciones limitan la agricultura. En Cáceres, predomina la ganadería, especialmente la porcina.
Glosario
- Meseta: Llanura elevada a más de 200 m de altitud.
- Bosque caducifolio: Espacio poblado por árboles que pierden sus hojas en una época del año.
- Contaminación: Introducción de agentes contaminantes a un medio natural, que este no puede asimilar, provocando alteraciones.
- I+D+i: Investigación, Desarrollo e Innovación.
- Pesca de bajura: Pesca cercana a la costa (máximo 60 millas), con barcos pequeños (menos de 50 TRB) y técnicas artesanales.
- Poblamiento disperso: Casas rurales separadas y rodeadas de terreno.
- Trilogía mediterránea: Trigo, vid y olivo.
- Turismo rural: Desplazamiento a zonas agrarias con fines de ocio.