España y la Unión Europea
Integración de España en la UE
Desde la década de 1980, España se ha integrado plenamente en la Unión Europea (UE), convirtiéndose en el principal marco de sus relaciones exteriores. La UE es una organización supranacional compuesta por 27 estados que colaboran en asuntos económicos, políticos, sociales y culturales a través de instituciones comunes.
Su fundación se remonta a los tratados de París (1951, CECA) y Roma (1957, CEE), con posteriores tratados de fusión (Bruselas, 1965) y ampliaciones hasta la salida del Reino Unido (Brexit, 2020). La UE ha pasado de 6 países en 1957 a los 27 actuales. Este crecimiento se ha impulsado con tratados clave como el de Maastricht (1992) y el Acta Única Europea, que definieron las normas y el funcionamiento de la organización.
Instituciones principales de la UE:
- Consejo Europeo: Define los objetivos y la política exterior, formado por los jefes de Estado y el presidente de la Comisión.
- Parlamento Europeo: 705 eurodiputados que representan a la ciudadanía y legislan conjuntamente con el Consejo de la UE.
- Comisión Europea: Propone leyes y gestiona el presupuesto.
- Consejo de la UE: Ministros de los estados miembros que aprueban la legislación.
- Tribunal de Justicia: Interpreta las leyes y resuelve disputas.
- Tribunal de Cuentas Europeo: Controla los ingresos y gastos.
- Banco Central Europeo: Dirige la política monetaria.
Demografía y Sistema Urbano de la UE
La densidad de población de la UE es elevada, con un promedio de 109 hab/km², concentrándose especialmente en la «banana azul» (zona que se extiende desde el sureste del Reino Unido hasta el noroeste de Italia), donde se concentran alrededor de 100 millones de habitantes. El crecimiento natural de la población es bajo o negativo, siendo algo mayor en países con políticas natalistas.
Las migraciones, motivadas principalmente por razones laborales, benefician a Alemania, Italia, Reino Unido, España y Bélgica, con flujos internos desde el este al oeste y del norte al sur, incluyendo jubilados que buscan el clima mediterráneo. La población está envejecida debido a una alta esperanza de vida (especialmente en países como Alemania, Francia e Irlanda), lo que incrementa los gastos sociales.
La UE está fuertemente urbanizada, con un 80% de la población viviendo en ciudades. Existe un sistema urbano unificado, donde las grandes metrópolis tienen funciones internacionales y las pequeñas ciudades vertebran el territorio.
Actividades Económicas de la UE
Sector Primario
La estructura agraria de la UE es diversa. En el clima oceánico, predomina la ganadería bovina de leche; en el continental, los sistemas mixtos de ganadería y cultivo de cereales; en el mediterráneo, el trigo, la vid y el olivo en secano, y frutas y hortalizas en regadío. En el clima subártico se mantiene la ganadería extensiva de renos.
La Política Agraria Común (PAC) promueve la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y el desarrollo territorial. La pesca, con flotas modernas y pequeñas embarcaciones, está regulada por la Política Pesqueira Común, que busca garantizar un abastecimiento sostenible.
Sector Secundario
La minería ha perdido importancia y la producción energética es insuficiente, lo que obliga a la UE a importar, principalmente de Rusia y Oriente Medio. La industria europea es una de las más potentes a nivel global junto con Estados Unidos y Japón, concentrada en países como Alemania y Francia, con un sector altamente tecnificado que combina grandes empresas y PYMES.
Sector Terciario
Los servicios abarcan más del 60% del empleo, con una actividad comercial intensa entre los estados miembros y con la UE como líder mundial en importaciones y exportaciones. Los sistemas de transporte y telecomunicaciones son amplios pero desiguales entre regiones. El turismo es fundamental, posicionando a la UE como el principal destino turístico mundial.
Contrastes Políticos de la UE
Todos los estados de la UE son democráticos y respetan los derechos humanos, habiendo cedido parte de su soberanía para adoptar políticas comunes. Las principales políticas comunes son:
- Unión Económica y Monetaria (UEM): Implantación del euro como moneda única para la unificación económica.
- Política Exterior y de Seguridad Común (PESC): Busca reforzar la seguridad, preservar la paz y fomentar la cooperación internacional.
- Política de Justicia y Asuntos de Interior (JAI): Crea un espacio europeo de libertad y justicia, aboliendo los controles en las fronteras interiores con el Acuerdo de Schengen, y estableciendo medidas para la cooperación judicial y la gestión de la inmigración.
Diferencias Regionales en la UE
Las desigualdades regionales son significativas debido a factores naturales, históricos y económicos, pudiendo clasificarlas en tres grandes grupos:
- UE Noroccidental: Región dinámica con alta densidad poblacional, economía avanzada basada en el sector terciario y alto bienestar social.
- UE del Sur: Desarrollo tardío, con una economía en modernización (agricultura y turismo). Existe un contraste entre la costa, con una densa población, y el interior, menos habitado, con marcados desequilibrios sociales.
- Europa Centro Oriental: Transición desde economías socialistas a economías de mercado, caracterizada por un bienestar social bajo, desempleo y desigualdad creciente, así como una red urbana densa pero mal conectada.
- Regiones Ultraperiféricas: Incluyen territorios como Madeira y Canarias, que se enfrentan a desafíos debido a su localización alejada.
Política Regional de la UE
La Política Regional busca impulsar el crecimiento económico y la calidad de vida a través de:
- Creación de empleo y competitividad: Fomentar la innovación y el desarrollo del conocimiento.
- Objetivo de convergencia: Mejorar las regiones menos desarrolladas, destinando ayudas a aquellas con un PIB per cápita inferior al 75% de la media comunitaria.
- Cooperación territorial europea: Intensificar la cooperación a través de iniciativas locales y regionales.
Fondos Estructurales de la UE:
Para apoyar la cohesión económica, social y territorial, la UE distribuye varios fondos estructurales:
- FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional): Busca fortalecer la cohesión socioeconómica y corregir desequilibrios regionales, accesible para regiones con bajos niveles de renta.
- Fondo de Cohesión: Dirigido a Estados con una RNB per cápita inferior al 90% de la media de la UE, busca reducir disparidades socioeconómicas y promover el desarrollo sostenible.
- FSE (Fondo Social Europeo): Invierte en todas las regiones de la UE, centrado en la mejora de las oportunidades de empleo y educación.
España en la UE
Incorporación y sus Impactos
España se unió a la UE el 1 de enero de 1986, tras la llegada de la democracia y difíciles negociaciones. La adhesión implicó la cesión de soberanía, pero también proporcionó importantes ayudas para la modernización del país.
Impactos de la incorporación:
- Político: Fortalecimiento de la democracia y mejora en las relaciones con América Latina, consolidando la posición de España en la política internacional.
- Económico: Acceso a un mercado único y ayudas que aumentaron la competitividad y las exportaciones. La modernización de los sectores económicos facilitó la adaptación a las políticas comunitarias.
- Cultural y Social: Mayor movilidad y creación de un Estado del bienestar, promoviendo intercambios culturales y la mejora de las condiciones de vida. El contacto con la UE favoreció la diversificación cultural y la integración social.
Situación de España en la UE
Posición socioeconómica:
La posición socioeconómica de España en la UE es intermedia, entre los países avanzados de Europa noroccidental y los menos desarrollados de la Europa central y oriental. El PIB per cápita superó ligeramente la media comunitaria gracias a las ayudas europeas y a un período de prosperidad (1995-2007).
La productividad y competitividad de España son inferiores a las de los países más avanzados, en parte debido a la especialización en sectores de baja cualificación y a la fuerte economía sumergida. La competencia de los países menos desarrollados, que ofrecen precios más bajos, genera un riesgo de deslocalización de las exportaciones españolas.
Después de las crisis económicas, España necesita recuperar el crecimiento y el empleo, siguiendo las recomendaciones de la UE sobre un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, centradas en aumentar la inversión en I+D+i, promover un uso racional de los recursos y luchar contra la pobreza y la exclusión social.
Galicia en la UE
Participación e Impactos de la Integración
Galicia representa el 0,17% de la Unión Europea (UE) y está situada de forma periférica en el Arco Atlántico, un espacio con escasa integración territorial, caracterizado por la concentración de la población en la costa y por industrias tradicionales en declive.
Participación e Iniciativas:
- Galicia colabora en el Comité Europeo de las Regiones, expresando su posición sobre leyes que afectan al territorio.
- Participa en el programa POCTEP (España-Portugal) para promover un desarrollo cohesionado.
- Apoya la creación de una Macrorregión Atlántica para defender intereses comunes.
Impactos de la Integración:
En su ingreso, Galicia estaba entre las regiones más atrasadas de la UE, con un PIB per cápita inferior al 75% de la media. La integración trajo consecuencias:
- Negativas: La adopción de la PAC y la PPC limitó la producción de leche y pesca, y la industria gallega se enfrenta a problemas de innovación y competitividad.
- Positivas: Recibió fondos europeos que ayudaron a acercar el PIB per cápita a la media comunitaria, superando el 75% en 2007. Para el período 2021-2027, Galicia recibirá 3.125 millones de euros en fondos europeos, siendo la segunda comunidad más beneficiada después de Andalucía.
Retos Futuros para Galicia:
- Empresas: Predominan las PYMES, con baja tasa de creación empresarial.
- Empleo: La tasa de paro y el desempleo juvenil son elevados.
- I+D+i: La falta de innovación limita la competitividad.
- Cualificación: Aunque la educación universitaria es alta, el abandono escolar es un problema.
- Pobreza: El riesgo de pobreza aumentó entre 2014 y 2018, necesitando atención.
- Sostenibilidad: Galicia supera la media de la UE en emisiones de gases de efecto invernadero, requiriendo avanzar en la descarbonización y la economía circular.
Organización Administrativa de España y Desequilibrios Territoriales
Evolución Histórica
La organización administrativa de España tiene sus orígenes en la Antigüedad, con el dominio romano que estableció una división provincial, que varió hasta alcanzar siete provincias en el siglo IV. Durante la Edad Media, tras la invasión musulmana en 711, Al-Ándalus organizó su territorio en provincias, mientras que los reinos cristianos formaron sistemas administrativos diversos.
La unión de las Coronas de Castilla y Aragón en 1469, junto con la incorporación de Canarias y Granada, creó una entidad territorial unitaria, a pesar de la pluralidad interna. En el siglo XVIII, la dinastía de los Borbones impulsó un modelo centralista, eliminando las instituciones de la Corona de Aragón a través de los Decretos de Nueva Planta (1707-1716), mientras que Navarra y las provincias vascas mantuvieron sus fueros.
A principios del siglo XIX, las Cortes de Cádiz abolieron los señoríos y la Constitución de 1812 fijó los municipios como base de la organización territorial. En 1833, se estableció una división provincial en 49 provincias. A finales del siglo XIX, surgieron movimientos regionalistas que reclamaban el reconocimiento de las particularidades regionales. Durante la Primera República (1873-1874), se intentó crear un estado federal organizado en regiones con competencias de gobierno, pero este intento no se llevó a cabo debido a la corta duración del período republicano.
La Restauración borbónica aumentó la centralización, y la Guerra Civil paralizó el avance del autogobierno en algunas regiones. Durante el franquismo, se instauró un Estado centralista que abolió los estatutos de autonomía, y la restauración de la democracia a finales del siglo XX facilitó la descentralización política y administrativa.
Organización Territorial Actual
La actual organización territorial de España, establecida en la Constitución de 1978, crea un Estado descentralizado que distribuye competencias entre diversas divisiones territoriales:
Municipios:
Son la entidad básica, gobernados por ayuntamientos, que prestan servicios básicos a sus habitantes.
Provincias:
Agrupan municipios y son administradas por Diputaciones Provinciales, que coordinan los servicios supramunicipales. Canarias y Baleares tienen una organización local especial (cabildos y consells).
Comunidades Autónomas (CC.AA.):
Entidades formadas por provincias o territorios insulares, que gozan de autonomía legislativa y autogobierno. La Constitución reconoce la unidad de la Nación española y permite la creación de autonomías. Existen dos vías de acceso a la autonomía:
- Artículo 151 (vía rápida): Para territorios con historia de autogobierno (Cataluña, Galicia, País Vasco, etc.).
- Artículo 143 (vía lenta): Para las restantes autonomías, que asumen competencias de forma progresiva.
Los Estatutos de Autonomía regulan la organización y competencias de las CC.AA., que incluyen áreas como la sanidad, educación y cultura. Cada CC.AA. tiene un Parlamento, un Gobierno autonómico y un Tribunal Superior de Justicia. Las CC.AA. también cuentan con autonomía financiera, recadando impuestos y recibiendo fondos del Estado. Navarra y País Vasco operan bajo un régimen foral específico.
La organización territorial de España también incluye entidades locales submunicipales como las parroquias, que son fundamentales en Galicia, y comarcas, que agrupan municipios y buscan promover un desarrollo equilibrado. En total, Galicia se estructura en 53 comarcas, y existen otras entidades no territoriales, como áreas metropolitanas y mancomunidades de municipios, que contribuyen a la administración local.
Desequilibrios Territoriales en España
Los desequilibrios territoriales en España son un problema histórico, motivados por diferencias en las condiciones naturales, la distribución de los recursos y las acciones políticas. Desde el siglo XIX, regiones como Cataluña, País Vasco y Madrid destacaron en el crecimiento económico por su industria y servicios, mientras que otras áreas, especialmente del interior, sufrieron éxodo rural y estancamiento económico.
En la actualidad, estos desequilibrios se manifiestan en varios ámbitos:
Desequilibrios demográficos:
La población se concentra en regiones económicamente activas (Mediterráneo, Madrid, el litoral vasco y gallego), mientras que el interior del país envejece.
Desequilibrios económicos:
Tras la crisis de los años 70, el crecimiento del sector servicios desplazó los polos económicos hacia las regiones mediterráneas y Madrid, acentuando las diferencias en el PIB per cápita entre regiones.
Desequilibrios tecnológicos:
El acceso a las TIC y las inversiones en I+D+i están más presentes en las comunidades más ricas, lo que aumenta las diferencias.
Desequilibrios en el bienestar social:
Las regiones económicamente más fuertes ofrecen mejores niveles de bienestar, mientras que en comunidades como Andalucía o Extremadura el crecimiento económico no se traduce de igual manera en calidad de vida.
Para paliar estas desigualdades, el Estado aplica políticas regionales y fondos, como el Fondo de Compensación Interterritorial, que apoya la inversión en las regiones menos desarrolladas; los Fondos de Convergencia autonómica para reducir las diferencias de financiación; incentivos para atraer inversión a regiones desfavorecidas; y políticas redistributivas para favorecer a las comunidades menos dinámicas.
La Política Regional Europea en España
Desde que España se integró en la Unión Europea en 1986, se acatan las directrices de la política regional y de cohesión territorial europea. Para el período 2021-2027, los objetivos principales son: invertir en el crecimiento y el empleo, apoyar las áreas afectadas por la transición climáticamente neutra y fomentar la cooperación territorial.
Para sostener estos objetivos, la UE destina varios fondos:
- El FEDER se centra en fortalecer la cohesión socioeconómica, la innovación y la sostenibilidad, ayudando también al desarrollo urbano sostenible y a las regiones ultraperiféricas y poco pobladas.
- El FSE+ promueve el empleo, la educación, la asistencia a las personas más desfavorecidas y la mejora de la salud.
- El Fondo de Cohesión, destinado a estados con un PIB per cápita inferior al 90% de la media comunitaria. España no lo percibe desde 2014.
- El Fondo de Transición Justa apoya áreas con graves problemas derivados de la transición a la neutralidad climática.
Las ayudas europeas se distribuyen según la categoría de las regiones:
- Regiones menos dinámicas: PIB per cápita inferior al 75% de la media de la UE.
- Regiones en transición: PIB per cápita entre el 75% y el 90% de la media de la UE.
- Regiones más dinámicas: PIB superior al 90% de la media de la UE.
Regiones ultraperiféricas, como Canarias, y las septentrionales poco pobladas reciben ayudas adicionales para diversificar y modernizar su economía.
Finalmente, desde su adhesión a la UE, España se ha beneficiado de estas ayudas, lo que ha contribuido a la convergencia con Europa y a la reducción de desequilibrios interterritoriales, aunque también ha supuesto una pérdida de soberanía en algunas áreas.
La Ordenación del Territorio en España
En España, los desequilibrios interregionales e intrarregionales se abordan mediante políticas de ordenación del territorio.
Objetivos de la Ordenación del Territorio:
- Conseguir un desarrollo equilibrado y coordinar el espacio para mejorar el bienestar social, la calidad de vida y la conservación del medio ambiente.
El instrumento principal es el Plan de Ordenación del Territorio, que analiza la región, define objetivos y planificación, y evalúa su cumplimiento. Las comunidades autónomas redactan legislación para definir el modelo territorial, planificar la distribución de las actividades humanas y mejorar la calidad de vida, conservando el medio ambiente.
En Galicia, los contrastes territoriales entre la fachada atlántica y las zonas de interior y montaña se abordan mediante la Ley de ordenación del territorio de 2021, buscando un desarrollo equilibrado y armonioso.
Instrumentos de Ordenación del Territorio:
- Directrices de Ordenación del Territorio (DOT).
- Planes territoriales integrados y especiales.
- Planes sectoriales.
- Proyectos de interés autonómico.
Las DOT definen el modelo territorial de Galicia, identifican problemas, marcan objetivos y proponen acciones conjuntas con otras comunidades. Los planes territoriales abordan áreas supramunicipales o con características especiales, y los planes sectoriales ordenan actividades específicas como infraestructuras y vivienda. Los proyectos de interés autonómico planifican actuaciones importantes para la comunidad.