El carbón es una roca combustible de color negro, formada por la descomposición de restos vegetales durante millones de años. El destino tradicional del carbón han sido las industrias siderúrgica; las calefacciones domésticas; y la producción de electricidad en centrales térmicas. Estas se localizaron cerca de las cuencas mineras; en la costa cuando funcionaban con carbón importado o cerca de las grandes ciudades a las que abastecían. La producción interior de carbón alcanzó su máximo esplendor durante la crisis del petróleo, como forma de reducir la dependencia. Desde entonces se inició un declive debido a la falta de competitividad por la baja calidad; el descenso de la demande doméstica e industrial; y las elevadas emisiones de CO, responsables del cambio climático. Estos problemas obligaron a una dura reconversión desde 1990, promovida por la Unión Europea, que supuso el cierre de minas, acompañado de ayudas a las zonas afectadas para promover actividades alternativas. Desde 2019, solo se extrae carbón de la mina de San Nicolás en Asturias. Por tanto, es necesario importar carbón de Colombia, Rusia, Estados Unidos y Australia. Desde 2005 desciende por el incremento del consumo de gas y de energías renovables y se prevé la continuación de esta tendencia debido al cierre en 2020 de las centrales de carbón que incumplían las exigencias medioambientales de la UE. El petróleo es un aceite mineral, compuesto por una mezcla de hidrocarburos, formado por la descomposición y almacenamiento en las capas geológicas de animales y plantas que vivieron hace millones de años en el mar. El destino del petróleo para producir electricidad se limita hoy en España a las centrales insulares de fuelgas. Su uso principal es la obtención de derivados en refinerías para su uso en el transporte y la industria (gasoil, gasóleo, gasolina, fueloil, nafta, keroseno, aceites lubricantes, asfalto); y en industrias petroquímicas (azufre, amoniaco, acetona). Dado que el petróleo se importa por mar, las centrales de fueloil, las refinerías y las petroquímicas se localizaron en la costa. La producción interior de petróleo es insignificante y se limita a los yacimientos de la plataforma continental de Tarragona. Por tanto, para cubrir la demanda, es necesario realizar costosas importaciones procedentes de países de Oriente Medio, África, América Latina y Europa. El consumo de petróleo, en cambio, creció desde la década de 1960, con algunas fluctuaciones relacionadas con el precio del crudo; y con situaciones de crisis económica -1980, 1991, 2008 y pandemia de la COVID-19 en 2020-, que inciden en su demanda por el transporte y los hogares.
El gas natural es una mezcla de hidrocarburos gaseosos, en la que predomina el metano. Se encuentra en yacimientos subterráneos, solo o asociado al petróleo. El destino del gas es el uso calorífico en la industria y los hogares (cocinas, calefacciones); y, sobre todo, la producción eléctrica en centrales térmicas convencionales o de ciclo combinado*, y la producción conjunta térmica y eléctrica en instalaciones de cogeneración*. La producción interior de gas es insignificante y se centra en los yacimientos del golfo de Cádiz y de La Rioja. Por tanto, para cubrir la demanda es necesario importar gas de países como Argelia, Nigeria, Catar. La importación se realiza en forma líquida mediante barcos metaneros; y en forma gaseosa mediante gasoductos procedentes de Argelia, Noruega y Portugal. El consumo de gas, en cambio, se ha visto favorecido desde sus inicios en 1969, por su alto poder calorífico; precio más bajo; y menor contaminación al carecer casi de azufre y emitir menos CO. No obstante, ha experimentado ciertas fluctuaciones relacionadas con el incremento del uso de fuentes renovables en la generación eléctrica y con los efectos en la demanda residencial, terciaria e industrial de la crisis económica de 2008-2013 y de la pandemia de la COVID-19 en 2020. LA ENERGIA NUCLEAR de fisión procede de la separación de átomos pesados de uranio. Su destino principal es producir electricidad en siete centrales nucleares, cuya localización responde a decisiones políticas. Además, se emplea en medicina: radiología y radioterapia. La producción interior de uranio es inexistente en la actualidad, tras el cierre de las minas de Saelices (Salamanca). Por tanto, la demanda se cubre con uranio importado de Níger, Rusia, Australia y Namibia. El consumo y la producción nuclear, iniciados en 1969, se mantienen estabilizados desde 1987 («moratoria nuclear»), debido a la oposición de la opinión pública ante los problemas que comporta: la dependencia externa en el abastecimiento del uranio y en la tecnología; el riesgo de accidentes, a pesar de los sistemas de seguridad existentes; y el almacenamiento de un número creciente de residuos radiactivos, que en su mayoría se depositan en la mina de El Cabril (Córdoba). b) La energía nuclear de fusión está en experimentación. Consiste en la unión de isótopos* ligeros de hidrógeno (deuterio y tritio). El problema es que la fusión requiere temperaturas de cien millones de grados centígrados y no se han resuelto el inicio y el control de la reacción nuclear. España cuenta desde 1998 con una instalación experimental en Madrid.
ENERGIA RENOVABLES: Proceden de recursos inagotables, son mejores para el medioambiente y posibilitan el autoabastecimiento.
1.2.1 La energía hidráulica. Se obtiene haciendo saltar el agua almacenada en un embalse o el agua transportada por un río o canal de riego. Su destino principal es la producción de electricidad. Las grandes centrales hidroeléctricas utilizan el agua procedente de un embalse construido detrás de una presa o barrera transversal al cauce de un río. El agua se hace saltar por una tubería para mover una turbina conectada a un generador, que transforma la fuerza mecánica en electricidad. Estas centrales se localizan en zonas con fuertes desniveles topográficos y ríos caudalosos, como el norte peninsular, el Pirineo o algunas montañas del interior peninsular; y, sobre todo, en la caída de los ríos Duero y Tajo en la frontera con Portugal. Las mini centrales hidroeléctricas utilizan saltos de agua menores, procedentes de un río o de un canal de riego. Se localizan principalmente en Cataluña, Galicia, Aragón y Castilla y León. Además, se están introduciendo innovaciones como las centrales hidráulicas de bombeo. La producción y el consumo hidroeléctrico presentan grandes fluctuaciones en función de la hidraulicidad, por lo que se complementa con la producción térmica. En general, se prevé un aumentó, dado que la necesidad de reducir la contaminación.
1.2.2 Las nuevas energías alternativas Proceden del viento, el sol, la biomasa, el calor interno de la Tierra y el mar. Su destino principal es producir electricidad y calor en diferentes tipos de centrales, localizadas en las principales zonas productoras del recurso. También se emplean en la obtención de biocombustibles. La producción con energías alternativas ha sido tardía, dado su mayor precio motivado por el insuficiente desarrollo tecnológico. En la actualidad, su consumo se incrementa gracias a las mejoras técnicas en algunas de ellas —como la eólica y la solar. a) La energía eólica utiliza la fuerza del viento. Se destina a producir electricidad en parques eólicos, gracias a las mejoras técnicas que han reducido los costes, convirtiendo España en la segunda potencia eólica de la UE detrás de Alemania. Los parques eólicos se localizan en zonas con vientos intensos. (litoral gallego, Tarifa); y también en algunas comunidades que han apostado por ellos, como Navarra, Canarias, y Aragón. La eólica marina está en estudio, por su elevado coste.
b) La energía solar usa el calor y la luz del sol. Se destina a producir agua caliente y calefacción (mediante captadores térmicos situados sobre los edificios); o a producir electricidad. Las centrales termoeléctricas la obtienen usando espejos para calentar un fluido y generar vapor (Sanlúcar La Mayor, en Sevilla). Las centrales fotovoltaicas utilizan paneles de silicio para convertir directamente la luz solar en electricidad, en grandes centrales (Cáceres, Murcia, Zaragoza). Las centrales solares se localizan en zonas con abundantes horas de sol y en áreas rurales, donde el suelo es más barato.
c) La energía de biomasa usa la materia orgánica procedente de residuos agrícolas, ganaderos y forestales; de la basura; o de ciertas industrias que usan productos orgánicos como materia prima, como la agro-alimentaria, la madera y el papel. Estos residuos se destinan a producir energía eléctrica o térmica, quemándolos directamente, o transformándolos en biogás a partir de la fermentación sin aire de los residuos de la basura, los purines ganaderos y los lodos de depuración. La biomasa también permite producir biocombustibles para el transporte: bioetanol de cereales y remolacha, y biodiésel de girasol o colza. Las centrales de biomasa se localizan en los entornos rurales donde se producen los residuos; en las industrias transformadoras de materias primas orgánicas que así tienen garantizado el combustible; o en los puertos, en el caso de las centrales que importan la materia prima por mar. Además, se está fomentando el uso doméstico en estufas de pellets. Las comunidades más productoras son Andalucía, Galicia y Castilla y León. d) La energía geotérmica proviene del calor interno de la Tierra. La producción eléctrica solo es posible en los yacimientos naturales de alta temperatura( Canarias. La producción térmica suministra agua caliente, calefacción y refrigeración a viviendas, balnearios, piscinas e invernaderos. Para ello, usa yacimientos de baja temperatura que permiten su aprovechamiento directo en ciertas zonas del SE, NE, NO y centro peninsular; o yacimientos de muy baja temperatura que aprovechan el calentamiento del suelo por la radiación solar, que lo mantiene en cualquier lugar a una temperatura constante de 15 °C a unos 5 m de profundidad. e) La energía marina procede de las olas y de las mareas. En España existen centrales undimotrices para producir electricidad aprovechando la fuerza de las olas frente a la costa de Santoña (Cantabria) y en el puerto de Mutriku (Gipuzkoa)