Emigración Española
Emigración Familiar
Hasta mediados del siglo XX, la emigración familiar española se caracterizó por un mayor nivel de cualificación entre los emigrantes, predominando obreros y agricultores preparados. A partir de 1960, la migración transoceánica descendió debido al declive de la economía latinoamericana y la competencia de la emigración hacia América del Norte.
Emigración Tradicional a Europa
Hasta mediados del siglo XX, la emigración a Europa fue escasa y estacional, compuesta por agricultores, obreros, trabajadoras domésticas y, posteriormente, refugiados de la Guerra Civil.
Entre 1960 y 1973, se produjo el mayor auge de la migración a Europa, con un único descenso al inicio del primer Plan de Desarrollo español y la crisis económica europea. Esta migración fue principalmente permanente, con Andalucía y Galicia como principales zonas de origen. Los destinos prioritarios fueron Francia, Alemania y Suiza, y el perfil del emigrante era el de un adulto joven poco cualificado.
A partir de 1975, la migración tradicional a Europa decayó debido a la crisis económica y el aumento del paro. Las consecuencias fueron la disminución y alteración de la distribución de la población española.
Las consecuencias económicas fueron positivas, ya que se liberó la presión del crecimiento natural y el paro. Sin embargo, las consecuencias sociales en los países de destino fueron el desarraigo y las penosas condiciones de vida con salarios muy bajos. Tras la crisis de 1975, los emigrantes fueron los primeros afectados por los despidos, regresando a España sin haber mejorado su cualificación.
Migraciones Exteriores Actuales (1975-2008)
Entre 1975 y 2008, las salidas fueron escasas debido a la crisis del petróleo y la mejora del nivel de vida en España. Solo a principios de la década de 1980 repuntaron las salidas a Europa, ante la dureza de la reconversión industrial, y desde 2004 se inició un aumento continuado relacionado con la búsqueda de mejores salarios.
Desde 2008, la crisis económica ha incrementado la emigración, motivada por el desempleo. Los emigrantes proceden mayoritariamente de núcleos urbanos y se dirigen a Reino Unido, Alemania y Francia. Su perfil es el de jóvenes con un alto nivel de cualificación. La emigración a América Latina ha crecido menos.
Las consecuencias de esta emigración son la reducción de la demanda de trabajo y del pago de prestaciones por desempleo. Sin embargo, resultan negativas por la pérdida de población joven y cualificada. Se prevé que la migración exterior se reducirá paulatinamente en el futuro.
Inmigración Extranjera
Etapa 1995-2007
Entre 1995 y 2007, se experimentó un elevado crecimiento de la inmigración. Las causas fueron la necesidad de mano de obra, sobre todo en empleos de baja cualificación, y la adopción de medidas como las regularizaciones de personas sin papeles.
La proximidad de España a África la convierte en puerta de entrada de inmigrantes africanos a Europa. Las buenas relaciones con América Latina atraen a personas de esta región, y el clima mediterráneo atrae a personas del centro y este de Europa.
Por parte de los inmigrantes, influyeron motivos económicos como la posibilidad de encontrar trabajo, y motivos políticos como la falta de derechos en sus países de origen.
Inmigración desde 2008
Desde 2008, la crisis económica ha provocado la disminución de las entradas de extranjeros y ha ocasionado retornos de inmigrantes. La causa principal es el desempleo, que ha afectado sobre todo a los más jóvenes.
El destino principal son las comunidades con grandes centros urbanos como Cataluña, Madrid o la Comunidad Valenciana. No obstante, la saturación del mercado laboral ha provocado algunas migraciones hacia el interior.
Consecuencias de la Inmigración
La inmigración durante el periodo de auge (1995-2007) impulsó el crecimiento del país. Desde 2008, la salida de inmigrantes ha reducido el volumen de la población española y la tasa de natalidad.
La inmigración aporta población activa, que desempeña las tareas más duras y peor remuneradas. Además, los inmigrantes prestan servicios domésticos.
Inicialmente, la población activa inmigrante era mayoritariamente adulta-joven. En la actualidad predominan los adultos maduros, debido al envejecimiento de los ya instalados y a la emigración de los más jóvenes.
A raíz de la inmigración, han surgido actitudes xenófobas o racistas entre algunos sectores que consideran la inmigración como una invasión que compite por el empleo y amenaza la identidad nacional.