El Urbanismo y la Ordenación del Territorio en España

Agentes Sociales en la Creación del Espacio Urbano

En la creación del espacio urbano intervienen diferentes agentes sociales:

  • Los propietarios del suelo que pretenden que el crecimiento urbano se dirija a sus territorios para beneficiarse.
  • Los promotores y las inmobiliarias que tratan de crear suelo urbano y de lograr la mayor edificabilidad posible.
  • Los empresarios industriales.
  • La ciudadanía que defiende su interés por conseguir viviendas, equipamientos y servicios.
  • El poder político interviene a través de la planificación urbana y de la resolución de los conflictos entre los agentes sociales.

De la ordenación del espacio urbano se encarga el urbanismo y entre sus fines se encuentra proyectar nuevos espacios para el futuro crecimiento, y transformar los existentes en función de las demandas sociales de cada momento histórico. Por ello, sus actuaciones deben llevarse a cabo dentro de las políticas globales de ordenación del territorio.

Desde la etapa preindustrial en España se planificaron ciudades y barrios nuevos y se realizaron remodelaciones urbanas importantes. No obstante, el planeamiento urbano propiamente dicho empezó en la etapa industrial y experimentó importantes cambios en la época postindustrial.

Etapa Industrial

Entre la segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX tuvieron lugar los primeros intentos de planificación urbana, coincidiendo con el momento en el que el crecimiento urbano rebasó las murallas de la ciudad preindustrial. Las principales actuaciones se limitarán a los espacios ocupados por la burguesía, como ciertas zonas del casco antiguo y los ensanches. Las más destacadas fueron:

  • La regularización del plano: con este fin se establecieron planos geométricos para la expansión urbana.
  • Los planes de saneamiento: están relacionados con la propagación de ideas higienistas sobre la salubridad de la ciudad (alcantarillado, limpieza de calles, recogida de basuras, etc.).
  • La mejora de los servicios y equipamientos urbanos: con la creación de parques públicos, tranvías, alumbrado, pavimentación.

En la época de autarquía (1939-1960) la planificación urbana se centrará en reconstruir las ciudades más dañadas por la Guerra Civil (Guernica, Guadalajara y Oviedo). Estas obras fueron lentas y limitadas debido a la mala situación económica del país. También se elaborarán leyes sobre la vivienda, la organización del crecimiento urbano se abordó mediante la Ley del Suelo y Ordenación Urbana (1956). Los planes más utilizados fueron los generales de ordenación urbana, que dividían la ciudad en zonas con funciones distintas (administrativa, residencial, industrial).

En la época del desarrollo (1960-1975) se mantuvieron la Ley del Suelo y la zonificación urbana, pero las actuaciones urbanísticas provocaron la aparición de toda una serie de problemas en las ciudades como fueron la excesiva edificación, que se caracterizó por la excesiva altura y densidad y por la baja calidad de las construcciones que experimentaron un deterioro temprano, y el aumento de la congestión urbana y los problemas medioambientales.

Etapa Postindustrial

En esta época se refleja en el urbanismo español la implantación del estado autonómico, la democratización social y el proceso de globalización.

  • Implantación del estado de las autonomías: se elaborarán diversos planes como el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
  • La democratización social: se refleja a través de la participación de la ciudadanía en la planificación urbana y en la tendencia a paliar las desigualdades heredadas.
  • La globalización y el cambio en el sistema productivo mundial: se reflejan también en el urbanismo desde la década de 1990. Existe un deseo de revitalizar algunas ciudades en crisis e incrementar la competencia entre las ciudades por atraer inversiones, para ello se desarrollan planes estratégicos de revitalización y de promoción o de marketing urbano. Consiste en difundir una imagen atractiva de la ciudad basada en la mejora y creación de infraestructuras y equipamientos, en la calidad medioambiental y el urbanismo sostenible.

La Inmigración en España

Contexto Histórico

Tras la entrada de España en la U.E. y la superación de la crisis económica de la primera mitad de los años 80 del siglo XX, el país comenzó a convertirse en destino de los flujos migratorios internacionales.

En 1985 España solo contaba con unos 250.000 residentes extranjeros. En la actualidad esta cifra supera ya los 5,2 millones.

El saldo migratorio de España es claramente positivo (más inmigración que emigración) desde los años 80 del siglo pasado.

Fases de la Inmigración

En el estudio de la inmigración extranjera en España podemos distinguir dos fases:

  1. 1ª Fase (años 80): la mayor parte de los extranjeros residentes en España procedían de occidente, el centro y el norte de Europa respondiendo a dos motivaciones: jubilados europeos que eligieron España para retirarse y trabajadores de multinacionales europeas que se fueron asentando especialmente en Madrid y Barcelona.
  2. 2ª Fase (década de los 90 y principios del siglo XXI): se caracteriza por la llegada de numerosos ciudadanos de Europa del este, así como latinoamericanos y asiáticos, a la vez que continuaba el flujo de norteafricanos.

Aunque los inmigrantes provienen de muy distintos países, ciertas nacionalidades están más presentes en función de la proximidad geográfica y de los lazos históricos y culturales. Así, ahora la mayor parte de los inmigrantes proceden de: Latinoamérica (ecuatorianos, colombianos, peruanos, bolivianos, etc.), norte de África (marroquíes) y Europa (rumanos, británicos, búlgaros, alemanes, etc.). También existe un importante colectivo de inmigración asiática, sobre todo chinos.

Tipos de Extranjeros

Dentro de esta población extranjera se diferencian los extranjeros nacionalizados, tras varios años de permanencia en el país, que pasan a ser españoles de pleno derecho; los inmigrantes legales, que obtienen permiso de residencia y mantienen su nacionalidad de origen; y los ilegales, más difíciles de contabilizar, que tras las últimas regularizaciones, se cifran en unos 200.000.

Causas de la Inmigración

Causas Españolas

  • Necesidad de mano de obra a raíz del desarrollo económico desde 1995, sobre todo en empleos de baja cualificación (temporeros agrarios y servicios personales).
  • Ciertas regularizaciones de inmigrantes ilegales y reagrupamiento familiar.
  • La proximidad de España a África la convierte en puerta principal de entrada de inmigrantes africanos a Europa.
  • Los lazos históricos con América Latina favorecen la llegada de este colectivo.
  • La bondad climática atrae a personas del centro y norte de Europa.

Causas de los Inmigrantes

  • Motivos económicos (posibilidades de trabajo o de negocio).
  • Motivos políticos (persecuciones, falta de derechos políticos).

Distribución Espacial y Actividad de la Población Inmigrante

Los extranjeros se concentran en las áreas más dinámicas del territorio español, es decir, donde hay más oportunidades de empleo. Destacan especialmente Madrid junto con el litoral mediterráneo y las islas. No obstante, los inmigrantes han llegado a prácticamente todos los rincones del territorio; la mayor parte se concentra en las grandes ciudades.

También existe un importante número de extranjeros, sobre todo africanos, en áreas rurales con agricultura intensiva. Su localización espacial está muy relacionada con el trabajo que desempeñan.

En general los inmigrantes ocupan puestos de trabajo que no eran cubiertos por la población española. Los ciudadanos del centro y oeste de Europa ocupan empleos bien remunerados y se localizan sobre todo en Madrid y Barcelona, aunque también en actividades de servicios en áreas turísticas. Los hispanoamericanos realizan actividades preferentemente en el sector servicios, marroquíes y subsaharianos están especialmente representados en la construcción y la agricultura, los europeos del este realizan actividades muy variadas y los chinos se dedican preferentemente al comercio.

Consecuencias de la Inmigración

Demográficas

  • La llegada de extranjeros ha frenado el proceso de envejecimiento, con tasas de natalidad superiores a la de la población española.

Económicas

  • La inmigración aporta población activa que desempeña las tareas más duras y peor remuneradas.
  • Colabora al crecimiento del PIB.
  • Aporta más dinero a las arcas públicas del que consume en educación y sanidad.
  • Alivia la carga del elevado gasto en pensiones.
  • Prestan servicios domésticos que permiten incrementar la tasa de actividad de las familias españolas, especialmente de las mujeres.

La inmigración se relaciona con algunos problemas, como la pérdida de competitividad, la presión a la baja sobre los salarios, la acentuación de la escasa movilidad geográfica de los trabajadores españoles y el aumento del déficit exterior, entre otros.

Sociales

  • Han surgido actitudes xenófobas o racistas entre algunos sectores que consideran la inmigración como una invasión que compite por el empleo, consume recursos sociales en perjuicio del bienestar y amenaza la identidad nacional.
  • Por otro lado, muchos inmigrantes sufren duras condiciones laborales (bajos salarios, largas jornadas, ausencia de seguros) y malas condiciones de vida en barrios marginales y viviendas de escasa calidad, a lo que se le añade las dificultades que tienen para integrarse debidas a las diferencias culturales, lingüísticas y religiosas.

Política Inmigratoria Española

España lleva a cabo una política inmigratoria con el fin de que la inmigración resulte beneficiosa para todas las partes implicadas.

El marco de la política inmigratoria está constituido por la política de asilo e inmigración de la Unión Europea, que supone la creación de un sistema común de asilo y de visados y la cooperación de los países miembros contra la inmigración clandestina mediante el intercambio de información y el control de las fronteras de la U.E.; y por la Ley de Extranjería que regula todos los aspectos de la inmigración: entrada al país, derechos y libertades, condiciones de trabajo y procedimiento de expulsión o repatriación.

La Inmigración en Canarias

En el último tiempo el fenómeno de la inmigración ha tenido una especial incidencia en Canarias, en gran medida por el carácter fronterizo del Archipiélago, que la convierte en una de las principales puertas de acceso a la Unión Europea.

A partir de la década de 1960, Canarias se ha convertido en una región receptora de inmigrantes, debido principalmente al desarrollo del turismo que atrae a antiguos emigrantes, a inmigrantes peninsulares y a inmigrantes extranjeros. Por lo tanto se caracteriza por:

  • Algunos antiguos emigrantes canarios retornaron.
  • Los inmigrantes peninsulares proceden principalmente de Andalucía, Galicia, Madrid y Cataluña. Acuden a las islas a desempeñar puestos en el negocio turístico o para ocupar cargos directivos en la administración pública y la empresa privada.
  • Los inmigrantes extranjeros sumaban 282.004 personas en 2008, que representaban el 13,62% de la población canaria.

Entre los principales países de procedencia se destacan Colombia, Marruecos, Italia, Cuba, Venezuela, el Reino Unido y Alemania. La mayoría de los inmigrantes se dedican al sector servicios, aunque el volumen de ciudadanos africanos ocupa el primer puesto en cuanto a trabajo en el sector de la construcción.

Los inmigrantes europeos son jubilados con nivel medio-alto que aprecian las buenas condiciones climáticas de las islas o profesionales atraídos por las posibilidades de trabajo y de negocio.

Los inmigrantes no europeos son más jóvenes y proceden de América Latina, África y Asia, se emplean principalmente en la construcción, la hostelería y el servicio doméstico.

El aumento constante de la población extranjera en las Islas ha llevado a los organismos a plantear una readaptación de las estructuras públicas para dar cabida a este aumento poblacional, un hecho que provocará importantes repercusiones sociales y económicas sobre Canarias (algo que ya se puede percibir).

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