El Turismo en España
España es una de las principales potencias turísticas del mundo, tanto por el número de visitantes que recibe como por los ingresos que reporta esta actividad. Este auge turístico se remonta al siglo XVIII y, especialmente, al siglo XIX, periodo en el que naturalistas y escritores viajaron por España, dando a conocer sus atractivos. La causa externa principal de este auge fue la propia evolución de la sociedad europea después de la Segunda Guerra Mundial, con su consecuente bonanza económica y bienestar social. Las causas internas o propias de España son la situación geográfica, el conocimiento y valoración del país por parte de las sociedades extranjeras, y las excelentes condiciones de la oferta turística: amplio litoral, climatología favorable, patrimonio cultural, folclore, gastronomía… Todo ello se ofrecía, además, a precios muy competitivos, propios de un país con un considerable atraso económico respecto a los países emisores de turistas.
El Auge del Turismo de Masas
España se convirtió así en un espacio turístico de masas, adaptado al modelo de sol y playa que demandaban los turistas. Los inicios del turismo de masas se remontan a la década de 1950-1959, coincidiendo con la planificación económica del régimen franquista, que vio en el turismo un importante motor de desarrollo. En 1960 se abrió una etapa de crecimiento continuo y a un ritmo fuerte, que duró hasta 1973. Las bases del modelo turístico español de masas se asentaron en la construcción de apartamentos y hoteles, y en una precipitada urbanización, carente de una planificación elemental. En 1973 llegó la recesión, provocada por el incremento de los precios del petróleo, la crisis económica y el ocaso del franquismo. A partir de 1976 se retomó un crecimiento sostenido, que duró hasta 1989, gracias al aumento de turistas extranjeros y la incorporación de los españoles al turismo de playa. A comienzos de los años 90, el encarecimiento de la oferta española y la aparición de nuevos destinos en Europa y el Mediterráneo marcaron una nueva fase, que llega hasta el presente, con España consolidada como el segundo destino turístico mundial. A partir de los años 90, los ingresos han aumentado en una proporción menor que el número de turistas.
Procedencia y Tipología del Turismo
La procedencia internacional de los visitantes se concentra principalmente en la Unión Europea. Destacan Reino Unido, Francia y Alemania, seguidos de EE.UU. y Japón. El turismo predominante responde al modelo de sol y playa, lo que se manifiesta en la saturación de los sectores de transporte y hostelería en los meses de julio y agosto. El turismo de personas jubiladas, nacionales y extranjeras, que alternan su estancia en el litoral con la residencia en su domicilio habitual, es cada vez mayor. Aprovechan su disponibilidad de tiempo para adaptarse a las ofertas más beneficiosas para el sector, contribuyendo a la estabilidad del empleo.
Infraestructura y Distribución Geográfica
La infraestructura turística se materializa en la existencia de multitud de hoteles, hostales, plazas de camping, apartamentos y otros establecimientos. Su distribución geográfica muestra una especial concentración en los espacios insulares y litorales.
Principales Áreas Turísticas en España
Áreas turísticas de sol y playa:
- La Comunidad Catalana: La Costa Brava y la Costa Dorada.
- La Comunidad Valenciana: La Costa del Azahar y la Costa Blanca.
- La Región de Murcia: La Costa Cálida.
- Andalucía: La Costa del Sol.
- Galicia: Rías gallegas.
- El litoral Cantábrico.
Otras áreas turísticas:
- Centros de turismo rural.
- Estaciones de esquí (Granada, Lérida y Huesca).
- Campos de golf.
- Ciudades históricas y artísticas (Andalucía interior).
El Significado del Turismo en la Economía y la Sociedad Españolas
El turismo tiene una extraordinaria importancia económica, representando el 11% del PIB. Es la principal fuente de ocupación y empleo. Su interés económico se remonta a épocas pasadas, pero su desarrollo está ligado al crecimiento económico de la segunda mitad del siglo XX. La concentración de la demanda en los litorales ha exigido la dotación de infraestructuras, lo que ha generado un extraordinario dinamismo urbano y económico en estas zonas, convirtiéndolas en lugares de atracción demográfica y económica. Sin embargo, también ha acentuado los desequilibrios territoriales entre las zonas costeras y los espacios del interior. El turismo, como factor de intercambio cultural, favoreció el acercamiento a otros pueblos y la incorporación de España a las sociedades occidentales.
Retos y Futuro del Turismo en España
Actualmente, el turismo español empieza a acusar los problemas de un modelo desfasado de sol y playa, como la masificación, la estacionalidad y la concentración en los espacios litorales. Desde la oferta, se requiere una renovación de las instalaciones, la dotación de infraestructuras y servicios adaptados a las nuevas demandas, y medidas encaminadas a mantener la calidad-precio de los servicios, procurando la independencia de los grandes turoperadores extranjeros. Como medidas de futuro, se debe diversificar y ampliar la oferta turística, desarrollando el turismo rural y de naturaleza, creando una red de espacios protegidos y dotando a nuestro turismo de una dimensión cultural, acorde con nuestro rico patrimonio.
Turismo y Medio Ambiente en España
El principal problema del turismo en España en relación con el medio ambiente reside en la falta de planificación y previsión de sus impactos, la permisividad de la Administración y el papel de los agentes económicos que buscan rentabilizar sus inversiones a corto plazo. Es crucial la elaboración de directrices territoriales sobre el uso del suelo, la densidad y los índices de ocupación, así como la valoración del impacto ambiental y la puesta en marcha de medidas correctoras para sanear espacios deteriorados: mejora de infraestructuras, regeneración paisajística, recuperación de fachadas marítimas y control de vertidos.