El Suelo: Factores, Horizontes y Tipos

Factores del Suelo

La roca madre: es el sustrato mineral del cual se forma el suelo. Influye en su color, textura, estructura y acidez. Dependiendo de la roca madre, los suelos pueden ser silíceos, calizos y arcillosos.

El clima: es el factor más influyente en la formación del suelo. Las temperaturas y las precipitaciones influyen en sus procesos químicos y biológicos. Las precipitaciones condicionan la disolución de los elementos de la capa superficial del suelo. Si este lavado es excesivo, el suelo se empobrece y se vuelve ácido. Los suelos pueden ser zonales cuando su origen está ligado al clima o azonales cuando depende de otros factores como la naturaleza del roquedo.

La topografía: también influye. En las zonas llanas se acumulan suelos gruesos, mientras que las pendientes fuertes favorecen la erosión y el deslizamiento del suelo.

Los seres vivos: las plantas pueden empobrecer y acidificar el suelo o enriquecerlo aportándole sus raíces. La microflora, formada por bacterias y hongos, descompone la materia orgánica y crea el humus. Los animales, como las lombrices e insectos, lo remueven con sus movimientos, y las personas lo destruyen y alteran o lo mejoran con abonos y repoblaciones.

El tiempo: es otro factor determinante, dado que la formación de un suelo es un proceso lento. Según el nivel de evolución, se distinguen suelos jóvenes, que todavía no han completado su formación, y suelos evolucionados.

Horizontes y Perfil del Suelo

Los suelos están constituidos por horizontes, definidos por sus características físicas, químicas y biológicas. El conjunto de horizontes constituye el perfil del suelo.

En profundidad:

El horizonte D está compuesto por la roca madre consolidada y el horizonte C por la roca madre meteorizada, es decir, alterada y disgregada por la acción de los agentes atmosféricos, como los cambios de temperatura o las precipitaciones.

En superficie:

Se encuentra el horizonte A. Tiene una capa formada por la hojarasca, una capa de color oscuro formada por el humus y una capa más clara, que es una zona de pérdida de sustancias que son arrastradas por las precipitaciones.

Entre ambos:

Se sitúa el horizonte B, de color más intenso. Tiene una capa de alteración en contacto con el horizonte C y una capa de acumulación de sustancias del horizonte A.

Tipos de Suelo: Suelos Zonales

Suelos de Clima Oceánico

Son evolucionados, ricos en materia orgánica y ácidos. La acidez se refuerza cuando la roca es silícea y la vegetación natural se sustituye por especies como el pino o el eucalipto. Los suelos ácidos requieren abonado para su aprovechamiento agrícola.

Sobre roquedo silíceo:

La acidez del suelo se incrementa.

  • La tierra parda húmeda: es el tipo dominante. Es una excelente tierra de cultivo. Cuando la pendiente aumenta, puede dedicarse a pastizales.
  • Los rankers: se sitúan en las zonas más altas o pendientes. Están sometidos a una fuerte erosión que explica su escasa evolución y espesor. Solo son aptos para pastos y bosques.

Sobre roquedo calizo:

La acidez del suelo es menor.

  • La tierra parda caliza: da excelentes rendimientos en cultivos como judías y maíz, o en prados.
  • La terra fusca: aparece sobre las calizas duras y en zonas montañosas. Su principal dedicación es forestal. (Poco formado y apto para bosque)

Suelos de Clima Mediterráneo

Se encuentran muy alterados por la erosión y la acción humana.

En las rocas silíceas:

El tipo más característico es la tierra parda meridional (suelo pobre de dehesas), un suelo pobre por su aridez y escasez de humus, que lo hace fácilmente erosionable. Se dedica a dehesas de encina y pastizales, o a cereales cuando se encala y abona.

En las rocas calizas:

Dominantes en esta área climática, su fertilidad es diversa:

  • El suelo rojo mediterráneo: es un excelente terreno para todo tipo de cultivos.
  • La terra rossa: es el afloramiento de rocas; sobre él dominan los matorrales o bosques adehesados y cultivos arbóreos como el almendro o el olivo.

En las arcillas y margas:

Surgen los vertisuelos o tierras negras, formados por arcillas que se contraen cuando se secan y se hinchan cuando se humedecen. Durante el verano se abren grietas que se rellenan con materiales de la superficie. En la época húmeda, cuando la arcilla se hincha, los materiales que rellenan las grietas actúan como cuñas y provocan tensiones internas que ocasionan el removido de suelo. Estos suelos se renuevan constantemente y son los más fértiles de España, usados para todo tipo de cultivos, salvo los arborescentes. Son característicos del valle del Guadalquivir y de la cuenca de Pamplona.

En las áreas mediterráneas de clima estepario:

Como el valle medio del Ebro y el sureste peninsular, predomina el suelo gris subdesértico. Es de color gris claro, está casi siempre seco y es rico en caliza y muy pobre en humus. La vegetación que soporta es escasa y deja grandes espacios sin cubrir. Su aprovechamiento en secano es nulo. En regadío es bastante fértil debido a la acusada evaporación de las zonas donde se encuentran.

Suelos Azonales e Intrazonales

Los suelos azonales: no tienen un perfil bien definido por ser jóvenes o por estar situados en pendientes demasiado pronunciadas.

Los suelos intrazonales: tienen un perfil bien definido que contrasta con el suelo del entorno por la influencia de factores distintos del clima. En España, los más habituales son los pardo-calizos y rend-zinas sobre calizas con abundante contenido en carbono cálcico, los aluviales en las orillas de los ríos, los encharcados de las zonas endorreicas, los arenosos, los salinos de las marismas y de las zonas donde la elevada evaporación hace precipitar las sales contenidas en el agua, y los volcánicos.

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