El proceso de urbanización
Es la progresiva concentración en la ciudad de la población, las actividades económicas y las innovaciones. En España se diferencian tres etapas.
La urbanización preindustrial comprende desde el origen de las ciudades hasta el inicio de la industrialización en el siglo XIX. La tasa de urbanización era modesta y se manténía estable. Los factores que favorecían la urbanización eran estratégico-militares, político-administrativos, económicos, religiosos y culturales. En el ámbito espacial, el área urbanizada era reducida. Las etapas de esta urbanización son tres: en la Antigüedad aparecen las primeras ciudades españolas por los fenicios y los griegos, con la romanización se fundarán muchas más, aunque con la decadencia del poder romano y las innovaciones germánicas desaparecen algunas ciudades; en la Edad Media se produjo una nueva fase urbanizadora, tanto en el espacio musulmán como en el espacio cristiano; en la Edad Moderna, la urbanización experimentó varios vaivenes, pues durante el Siglo XVI hubo un crecimiento continuado, en el Siglo XVII se estancó por crisis demográficas y en el Siglo XVIII se reanimó la urbanización con los borbones.
La urbanización industrial comprende desde el inicio de la industrialización hasta la crisis de 1975. La tasa de urbanización sufríó un gran crecimiento, cuyos factores fueron administrativos, económicos y sociales. En el ámbito espacial, las grandes ciudades concentraron el crecimiento demográfico y se extendieron en el espacio. Las etapas de la urbanización industrial son cuatro: hasta mediados del Siglo XIX la conentración demográfica en las ciudades era pequeña; hasta la Guerra Civil la tasa de urbanización casi se dobló; durante la Guerra Civil y la posguerra se ralentizó el crecimiento urbano;
La etapa desarrollista (1960-75) concentró el mayor crecimiento urbano del Siglo XX.
La urbanización posindustrial comienza en 1980. La tasa de urbanización desacelera su crecimiento, aunque e elevada. Los factores de la urbanización cambian, pues la industrial pierde peso, y las actividades terciarias ganan importancia. En el ámbito espacial, se frena la concentración en las grandes ciudades. Las etapas de la urbanización postindustrial son tres: entre 1980 y 2000 se redujo; entre 2000 y 2010 experimentó un pequeño repunte por la inmigración; desde 2010 ha vuelto a estancarse.
El sistema urbano español
Las ciudades españolas constituyen un sistema integrado por el conjunto de las ciudades y las relaciones entre sí. En el espacio, el sistema urbano dibuja redes compuestas por las ciudades y los flujos. El sistema urbano español está constituido por un conjunto de ciudades interrelacionadas.
Las ciudades de un sistema se caracterizan por su tamaño y por las funciones que desempeñan.
El tamaño demográfico de las ciudades se entablece mediante la regla rango-tamaño. En España existen quince grandes aglomeraciones urbanas, con Madrid a la cabeza, y existe un elevado número de aglomeraciones y ciudades medias. La distribución territorial de las ciudades se caracteriza por la localización en el centro de la mayor aglomeración, y las principales aglomeraciones en la periferia, con un espacio interior poco urbanizado.
Las funciones urbanas son las actividades socioeconómicas desempeñadas por las ciudades hacia el exterior. Según su función son: ciudades primarias especializadas en el sector primario; ciudades secundarias, especializadas en la industria o en la construcción; y ciudades terciarias especializadas en los servicios.
Las funciones desempeñadas hacia el exterior convierten a las ciudades en lugares centrales,q eu abastecen a otras áreas, las áreas de influencia. Las ciudades de un sistema urbano se relacionan entre sí, las cuales se miden por flujos económicos, de personas o de otro tipo. En el sistema urbano español las relaciones entre ciudades se caracterizan por: las relaciones más intensas corresponden con Madrid; Barcelona tiene una influencia más débil y el cuadrante nordeste es el área de mayor integración; en el resto de sistemas, las relacione entre ciudades son más reducidas e incompletas.
Las ciudades que componen el sistema urbano se organizan jerárquicamente en función de su tamaño, sus funciones, la extensión del área de influencia y sus telaciones. Se distinguen 5 categorías: metrópolis nacionales (Madrid, Barcelona); metrópolis regionales (Valencia, Sevilla, Bilbao); metrópolis subregionales (Cádiz, Valladolid); ciudades medias (León, Badajoz); ciudades pequeñas (Soria, Teruel).
Las distintas categorías de las ciudades forman ejes urbanos. El sistema urbano peninsular tiene en el centro la mayor aglomeración urbana del país, con ejes urbanos periféricos.
Madrid, en el centro, es el núcleo urbano principal. Los ejes urbanos periféricos se disponen en torno a la capital: el eje atlántico gallego se extiende entre Ferrol y Vigo; el eje cantábrico es el eje discontinuo que une el triángulo astuariano, Santander y el triángulo Vasco; eljeje mediterráneo comprende desde Girona a Cartageno; el eje del valle del Ebro se extiende entre Vitoria-Gasteiz y Tarragona; el eje andaluz es doble, con un eje litoral entre Almería y Huelva y el eje del valle del Guadalquivir entre la costa atlánticoa y Jaén. El interior peninsular carece de ejer urbanos integrados. En las islas Baleares y Canarias, los ejes urbanos se ven dificultados por la fragmentación en islas.
Desde 1980, el sistema urbano español ha experimentado cambios por la implantación del espado autonómico y la integración en Europa.
La implantación del Estado de las autonomías favorece la constituíón de subsistemas urbanos regoinales. Se caracteriza por el incremento del peso de las capitales autónomas y de las relaciones entre las ciudades de la comunidad. Las tipologías de los subsistemas son: sistema monocéntricos primados (Madrid, Aragón); sistemas monocéntricos jerarquizados (Andalucía occidental, La Rioja); sistemas policéntricos (Andalucía oriental, Canarias).
La adhesión de España a la Uníón Europea supuso la integración de las ciudades españolas en la jerarquía europea. La jerarquía urbana europea distingue metrópolis europeas (Madrid, Barcelona); metrópolis potenciales (Bilbao, Sevilla); y ciudades con proyección nacional, regional o local. El sistema urbano europeo comprende un núcleo principal y varios ejes urbanos de diferente dinamismo e integración urbana. Respecto al núcleo más dinámico, el Pentágono, las ciudades españolas están en la periferia: las de eje mediterráneo se encuadran en el Arco Mediterráneo; las de los ejes cantábrico y gallego, en el Arco Atlántico; las del interior peninsular en la Diagonal Continental; y las del sur peninsular en los Sures.
La incorporación de España al proceso de globalización supone la integración de las ciudades en la jerarquía y el sistema urbano global. La jerarquía urbana global se basa en la proyección exterior de las ciudades: política; económica; humana; en información; y cultural. El sistema urbano mundial solo incluye a Madrid como nodo de conexión con las ciudades globales, y Barcelona en menor medida. Para ganar proyección internacional, se debe ofrecer accesibilidad, servicios, entorno empresarial, relaciones institucionales y medio ambiente de calidad