ROQUEDO
Se trata de un mapa de coropletas en el que se presenta el roquedo de España. Está dividido en cuatro grandes grupos: área silícea, caliza, arcillosa y de origen volcánico.
Según su leyenda:
El área silícea se encuentra coloreada de color verde, el área caliza de color rosa, el área arcillosa de color amarillo y por último el área de origen volcánico de color azul.
En la Península Ibérica podemos distinguir tres áreas litológicas diferentes teniendo en cuenta el tipo de roquedo
a) El área silícea está compuesta por materiales antiguos de la era primaria (paleozoico) como granito, pizarra, neis y cuarcita. Se localizan mayoritariamente en la zona occidental de la península (Galicia, oeste de Castilla y León, y Extremadura), presentando prolongaciones hacia el Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena. También encontramos material silíceo en el eje axial de los Pirineos, y en algunos sectores del Sistema Ibérico (Demanda y Albarracín), de la cordillera
Costero-Catalana (Montserrat) y del Sistema Penibético (Serranía de Ronda, Sierra Nevada).
b) El área caliza está formada por sedimentos de la era secundaria (mesozoico), fundamentalmente de caliza, plegados en la era terciaria. Forma una Z invertida que se extiende por los Prepirineos, los Montes Vascos, el sector oriental de la Cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico, parte de la cordillera Costero-Catalana, y la cordillera Subbética.
c) El área arcillosa está formada por materiales sedimentarios poco resistentes a la erosión como las arcillas, margas y yesos. Fueron materiales depositados a finales del Terciario y en el Cuaternario. Engloba las cuencas sedimentarias de las submesetas norte (Duero) y sur (Tajo, Guadiana), las depresiones del Ebro y del Guadalquivir, y las llanuras aluviales costeras mediterráneas.
Las características del roquedo guardan una estrecha relación con el relieve, pues en cada tipo de roca, según sus propiedades, se modelan distintos tipos de relieve:
a) En los terrenos silíceos predomina el granito, roca cristalina y rígida, sensible a distintas formas de alteración.
En unos casos, el granito es alterado químicamente y en profundidad por el agua, de modo que sus cristales se descomponen y se transforma en arenas pardo amarillentas, que pueden alcanzar grandes espesores en los valles y en zonas de pendiente poco pronunciada.
En otros casos, la alteración del granito se produce a partir de una red de diaclasas o fracturas. El resultado varía según la altitud:
-En las áreas de alta montaña, las rocas se rompen al filtrarse el agua por las fracturas y helarse posteriormente, de modo que el hielo presiona en las fisuras de las rocas y las rompe (gelifracción). Ello da lugar a la formación de crestas agudas, escarpadas y dentadas (galayos) y a la aparición de canchales o acumulaciones de fragmentos de rocas rotas al pie de la montaña.
-En las zonas menos elevadas, si la alteración se produce a partir de diaclasas paralelas a la superficie, provoca la descamación o disgregación lenta del granito, resultando un paisaje suavemente ondulado, de formas redondeadas (domos). Si la alteración tiene lugar a partir de una red de diaclasas perpendiculares, se forman bolas. Estas pueden quedar amontonadas unas sobre otras formando berrocales, en los que son típicos los tores (apilamientos de bolas graníticas) y las rocas caballeras (bolas graníticas situadas de forma natural en equilibrio sobre una de sus superficies más pequeñas). Otras veces las bolas se disponen de manera desordenada en las laderas o al pie de las montañas (caos granítico).
b) En los terrenos calizos, la caliza se fractura formando grietas o diaclasas. El agua de lluvia hace que esta roca se vaya disolviendo, provocando un relieve complejo, denominado relieve cárstico, cuyas características son las siguientes:
-Los lapiaces o lenares son surcos abiertos por las aguas de escorrentía sobre las vertientes o sobre superficies llanas con fisuras. Si las fisuras están próximas entre sí, los surcos son estrechos y separados por tabiques cortantes (lapiaces lineales), mientras que si están separadas, quedan extensas superficies planas entre los surcos (lapiaces en mesas). En otros casos, los lapiaces son cavidades separadas por tabiques agudos, formadas en los puntos donde la topografía permite una mejor retención del agua (mar de piedra).
-Los poljés son depresiones o valles cerrados de fondo horizontal. Están recorridos total o parcialmente por corrientes de agua, que desaparecen por un sumidero o ponor, y continúan circulando en el subsuelo. El poljé puede inundarse de forma temporal o permanente, formando un lago.
-Las gargantas, foces u hoces son valles estrechos y profundos, enmarcados por vertientes abruptas, causados por los ríos.
-Las dolinas o torcas son cavidades que se forman en los lugares donde el agua se estanca. Puede tener formas diversas y unirse con otras, formando depresiones denominadas uvalas.
-Las cuevas se forman al infiltrarse el agua por las fisuras del terreno calizo y circular de forma subterránea. En ellas suelen formarse estalactitas (a partir del agua, rica en carbonato cálcico, que gotea del techo) y estalagmitas (a partir del agua depositada en el suelo). El agua infiltrada puede volver a la superficie a través de manantiales, resurgencias u “ojos” del río.
-Las simas son aberturas estrechas que comunican la superficie con las galerías subterráneas
c) Los terrenos arcillosos están formados por materiales sedimentarios poco resistentes (arcillas, margas y yesos), depositados tras la orogénesis alpina, de manera que el relieve es básicamente horizontal, ya que no les ha afectado ningún tipo de plegamiento. Su erosión es rápida, debido a la consistencia blanda de los materiales. Los ríos abren valles que separan estructuras horizontales, que son pronto desgastadas, dando lugar a relieves suavemente ondulados.
En las zonas donde alternan largos períodos secos y calurosos con otros de lluvias torrenciales, cortas e intensas, y no existe protección vegetal, como en el sureste peninsular, el agua de arroyada desgasta las vertientes, dando lugar a cárcavas o hendiduras estrechas y profundas separadas por aristas, que crean una topografía abrupta similar a una montaña en miniatura. Su amplio desarrollo sobre una zona da lugar al paisaje llamado badlands.
Zócalos: llanuras o mesetas de la era primaria o paleozoica. Rocas rígidas, se rompen. Mitad occidental de la península.
Macizos antiguos: montañas de la era terciaria con materiales paleozoicos. Cumbres suaves y redondeadas. Sistema central. Montes de Toledo, macizo galaico y parte occidental de la cordillera Cantábrica.
Cordilleras de plegamiento grandes elevaciones montañosas de la era terciaria y materiales de la secundaria. Dos tipos: cordilleras intermedias (sistema ibérico y parte oriental de la cordillera Cantábrica) y cordilleras alpinas (los Pirineos y la cordillera Bética). Formas escarpadas. Son recientes.
Cuencas sedimentarias o depresiones: zonas hundidas de la era terciaria. Depresiones del Duero, Tajo, y Guadiana. Y depresiones alpinas, que son las más importantes, el Ebro y Guadalquivir. Al estar formadas por sedimentos son muy buenas tierras para la agricultura.