El Relieve de la Península Ibérica: Un Estudio Geográfico

1. Características del Relieve Peninsular

El relieve es el conjunto de formas que presenta la superficie terrestre.

El relieve peninsular tiene una serie de rasgos que lo caracterizan:

  • Tanto la formación geológica como el relieve de la Península son el resultado de la evolución de la placa ibérica a lo largo de las eras geológicas. Durante el Paleozoico, se produjo el plegamiento herciniano que dio lugar a las montañas más antiguas y erosionadas. El Mesozoico fue una etapa de erosión y sedimentación. La última orogenia se produjo durante el Cenozoico, con la orogenia alpina se formó el relieve más reciente.
  • En la litología peninsular se destacan tres tipos de rocas: las silíceas, las calcáreas y las arcillosas.
  • En lo referente al modelado, la diferente formación geológica y litológica de las unidades de relieve configuran la diversidad del relieve. Los tipos de modelado son: glaciar, periglaciar, fluvioglaciar y también los provocados por los agentes atmosféricos y antrópicos.
  • Forma maciza. La Península tiene una forma maciza, debido a que el contorno de la costa es predominantemente rectilíneo y presenta pocas entalladuras.
  • Altitud media elevada. España es el segundo país europeo de mayor altitud. Esto se debe al elevado macizo interior de la Meseta.
  • Disposición periférica del relieve peninsular. Las cordilleras periféricas se encuentran rodeando la Meseta. Estas, junto a las Cordilleras exteriores, dan forma a la disposición periférica del relieve peninsular. Esta disposición acentúa los contrastes físicos entre el interior y la periferia peninsular.

De la España insular cabe señalar: Las islas Baleares y Las islas Canarias.

2. Factores del Relieve Español

El relieve español hace que las zonas elevadas tiendan a caer y llenar las zonas deprimidas. Los desencadenantes de los procesos geomorfológicos pueden categorizarse en cuatro grandes grupos:

  • Factores geográficos: El relieve se va afectando tanto por los factores bióticos como abióticos tales como el relieve, el suelo, el clima y los cuerpos de agua. El clima con sus elementos tales como la presión, la temperatura, los vientos. El agua superficial con la acción de la escorrentía, la acción fluvial y la marina. Los hielos con el modelado glacial, entre otros. Son factores que ayudan al modelado, favoreciendo los procesos erosivos.
  • Factores bióticos: El efecto de los factores bióticos sobre el relieve suele oponerse a los procesos del modelado, especialmente considerando la vegetación; sin embargo, existen no pocos animales que colaboran con el proceso erosivo, tales como los caprinos.
  • Factores geológicos: Tales como la tectónica, el diastrofismo, la orogénesis y el vulcanismo, son procesos constructivos y de origen endógeno, que se oponen al modelado e interrumpen el ciclo geográfico.
  • Factores antrópicos: La acción del hombre sobre el relieve es muy variable en este sentido y, como comúnmente pasa con el hombre, es muy difícil de generalizar, pudiendo incidir a favor o en contra de los procesos de erosión.

3. El Roquedo y los Tipos de Relieve

La evolución geológica determina la existencia en la Península de tres áreas: silícea, caliza y arcillosa. En cada una de ellas, la erosión crea distintos tipos de relieve.

  • El área silícea está integrada por rocas antiguas de la era precámbrica y primaria. Se localiza en el oeste peninsular y presenta ramificaciones hacia la parte occidental de la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central, los Montes de Toledo y Sierra Morena. También se localiza en el Pirineo Axial, la Cordillera Penibética y la Cordillera Costero-Catalana.

    La roca predominante es el granito, una roca cristalina y rígida que se altera de diversas formas creando distintos tipos de relieve granítico. En algunos casos, el granito se altera a partir de fracturas en la roca, siendo el resultado la formación de crestas agudas, canchales o berrocales. Estas rocas dan lugar a paisajes de formas redondeadas y suaves.

  • El área caliza está integrada por rocas de la era secundaria plegadas en la era terciaria. Se localiza en el Prepirineo, el sector oriental de la Cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico, parte de la Cordillera Costero-Catalana y la Cordillera Subbética.

    La roca predominante es la caliza, una roca dura que se fractura formando grietas y que se disuelve fácilmente con el agua. Da lugar a un relieve complejo, cuyas formas características son los lapiaces, las gargantas u hoces, los poljes, las dolinas y simas.

  • El área arcillosa está integrada por rocas sedimentarias de las eras terciaria y cuaternaria. Se localiza en las cuencas, en las depresiones del Ebro y del Guadalquivir, en áreas hundidas y llanuras costeras mediterráneas.

    La roca predominante es la arcilla, caracterizada por su escasa resistencia. Da lugar a un relieve horizontal. Su rápida erosión genera dos tipos de relieve: las llanuras suavemente onduladas o campiñas y cárcavas o surcos estrechos y profundos separados por aristas, cuyo desarrollo da lugar a un paisaje peculiar llamado badlands.

En cada una de las tres áreas citadas es frecuente la presencia de rocas de distinto origen y resistencia. La erosión actúa entonces de forma diferente, dando lugar a distintos relieves según la disposición de los estratos.

  • Cuando los estratos son horizontales y alternativamente duros y blandos podemos encontrar páramos, cerros testigos y antecerros. Se puede encontrar en las cuencas sedimentarias meseteñas y en las Depresiones del Ebro y del Guadalquivir.
  • Cuando los estratos están suavemente inclinados y alternan materiales duros y blandos se forman cuestas.
  • Cuando los estratos están plegados y formados por materiales alternativamente duros y blandos, originan los relieves apalachenses y relieves jurásicos que se forman sobre cordilleras jóvenes de materiales mesozoicos, caracterizados por la alteración de pliegues cóncavos y convexos. Ejemplos de los relieves apalachenses podemos encontrarlos en la Cordillera Cantábrica, los Montes de Toledo y en Sierra Morena.

4. Las Grandes Unidades Morfoestructurales

4.1. El relieve peninsular

El relieve peninsular se dispone rodeando a la Meseta. Ésta es una zona de altas tierras dividida en dos sectores por el Sistema Central: la Submeseta Norte y la Submeseta Sur, dividida a su vez por los Montes de Toledo. La Meseta está rodeada por el Macizo Galaico-Leonés al NO, por la Cordillera Cantábrica al Norte, por Sierra Morena al Sur y por el Sistema Ibérico al Este. Las unidades que son exteriores a la Meseta, y bordean la península, son la Depresión del Ebro y del Guadalquivir, los Pirineos, la Cordillera Costero-Catalana y las Cordilleras Béticas.

La Meseta

Se trata de la altiplanicie situada en el centro de la Península, que tiene una altitud media de más de 600 m y se inclina ligeramente hacia el Oeste.

El zócalo de la Meseta es un bloque formado por materiales precámbricos y paleozoicos, plegados durante la orogenia herciniana. La orogenia alpina lo fracturó y dio lugar a una sucesión de bloques elevados que corresponden a las cordilleras interiores y a fosas tectónicas que corresponden a las depresiones del Duero, Tajo y Guadiana. El antiguo zócalo paleozoico solo aflora en el oeste peninsular; aquí predominan los materiales silíceos.

El paisaje de la meseta presenta páramos, como el Cerrato en Palencia, y en los terrenos donde predominan los materiales blandos, da forma a un paisaje ondulado, como la Tierra del Vino en Zamora. También son frecuentes los cerros testigo.

Las Unidades Interiores a la Meseta

Están formadas por el Sistema Central y los Montes de Toledo, que son los bloques elevados de la estructura germánica. Ambos son de roquedo primario y tienen formas redondeadas y cumbres aplanadas. También están integradas las depresiones de la Meseta.

  • Sistema Central: Elevación montañosa de unos 700 km de longitud en Portugal. Formada por materiales paleozoicos levantados por la orogenia alpina. El pico más alto es el Almanzor y algunas de sus sierras presentan huellas del glaciarismo cuaternario.
  • Las Cuencas Sedimentarias Interiores: El Sistema Central divide la Meseta en dos: la Submeseta Norte y la Submeseta Sur. Son dos cuencas sedimentarias que se formaron en la era terciaria. Las cuencas primero constituyeron lagos y luego se rellenaron con materiales terciarios en estratos blandos en la parte inferior y duros en la superior. El resultado fue un relieve de páramos y valles en forma de U, campiñas y cerros testigo, y cuestas:
    • La Submeseta Norte: tiene una altitud media de 600-700 m. Está rodeada por la Cordillera Cantábrica, la Ibérica, el Sistema Central y el Macizo Galaico-Leonés. Es drenada por el Duero.
  • Los Montes de Toledo: Es un conjunto de elevaciones discontinuas de unos 350 km de longitud que separan la cuenca fluvial del Tajo y la del Guadiana. Construidos por materiales precámbricos y paleozoicos. Sufrieron la orogenia Herciniana. Su sierra más importante es la del Guadalupe.
Unidades Periféricas a la Meseta

Están integradas por las cordilleras que rodean la Meseta:

  • Macizo Galaico-Leonés: Situados al noroeste de la Meseta, presentan varios núcleos montañosos que superan los 200 m. El pico más alto es el Teleno, con 2188 m. El relieve presenta montañas redondeadas de poca altura. Sus sierras más destacadas son: Segundera, Cabrera y Los Ancares.

    Está formado por materiales paleozoicos levantados durante la orogenia herciniana y erosionados durante la era mesozoica. La orogenia alpina provocó su fracturación en bloques y fosas. El Macizo Galaico presenta formas redondeadas y suaves pendientes debido a la erosión.

  • La Cordillera Cantábrica: Es una cadena montañosa de 500 km de longitud aproximadamente. Se prolonga desde el Macizo Galaico a los Pirineos. Presenta elevadas cimas por lo que los cursos de los ríos son cortos y muy rápidos. Además, dificulta las comunicaciones entre la meseta y la costa Cantábrica.

    La Cordillera Cantábrica está formada por dos sectores, el occidental y el oriental:

    • Occidental: está compuesto por materiales paleozoicos plegados y fallados durante la orogenia herciniana. Predominan los materiales silíceos. En ella destacan los Picos de Europa. En su extremo occidental, su relieve es apalachense. En su extremo oriental, existe un gran afloramiento de calizas primarias. Aquí se encuentran las mayores alturas de la cordillera.
    • Oriental: está formado por sedimentos calcáreos depositados durante el Mesozoico y plegados por la orogenia alpina.
    La Cordillera Cantábrica está afectada por el glaciarismo. En sus zonas calcáreas podemos encontrar un paisaje típicamente cárstico.
  • La Cordillera Ibérica: Alineación montañosa de unos 500 km de longitud que limita a la Meseta por el lado oriental y se extiende de noroeste a sudeste. Las mayores alturas se sitúan en el tramo septentrional, en la Sierra de la Demanda. En el sector meridional, surgen dos alineaciones, una con la Sierra de Albarracín y la Serranía de Cuenca y otra con las sierras de Javalambre, Gúdar y Maestrazgo.

    El zócalo de la cordillera lo componen materiales precámbricos y paleozoicos. Estos materiales fueron cubiertos por materiales calcáreos sedimentados durante el Mesozoico que han dado lugar a la formación de modelados cársticos, como dolinas y hoces.

    El periodo Cuaternario se manifiesta en las cordilleras por la presencia del glaciarismo, sobre todo en las sierras más elevadas.

    La Cordillera Ibérica actúa como divisoria de aguas, al delimitar las cuencas de los ríos Duero, Tajo, Ebro, Turia, Júcar y Guadiana.

  • Sierra Morena: Constituye el borde meridional de la Meseta y tiene unos 600 km de longitud. Está compuesta por materiales paleozoicos, fracturados y elevados por la orogenia herciniana. Esos materiales fueron arrasados durante el Mesozoico y fracturados por la orogenia alpina. Este conjunto de sierras tiene poca altitud. Si se llega desde la meseta, la altitud no se aprecia, pero vista desde la Depresión del Guadalquivir, presenta una elevación muy acusada. Sus sierras más destacadas son Madrona, Pedroches y Aracena.
Las Unidades Exteriores a la Meseta

Las cordilleras exteriores de la Meseta son los Pirineos, los Montes Vascos, la Cordillera Costero-Catalana y las Cordilleras Béticas. Se formaron en la orogénesis alpina de la era terciaria, predominando los materiales calizos.

  • Pirineos: Cadena montañosa de unos 500 km de longitud, se extiende entre el golfo de Vizcaya y el de León. Se constituyó durante la orogenia alpina sobre materiales paleozoicos y mesozoicos y está formada por montañas jóvenes elevadas. Los Pirineos muestran una estructura compleja:
    • El eje o zona axial, donde se encuentran las mayores altitudes de la cordillera.
    • Los Prepirineos se encuentran al sur de la zona axial. Están formados por calizas y poseen un relieve más suave y menos alto que el de la zona axial. Su estructura es en dos alineaciones paralelas al eje: las sierras interiores y las sierras exteriores.
    • La depresión media es una larga y estrecha depresión margosa que separa las sierras interiores y exteriores prepirenaicas. Los Montes Vascos prolongan los Prepirineos. Son de formas suaves y de moderada altitud. Sus mayores elevaciones son Aralar y Peña Gorbea.

    El glaciarismo del periodo Cuaternario afectó de manera importante a los Pirineos, formando circos, valles glaciares en forma de U y gran cantidad de lagos.

  • Cordillera Costero-Catalana: Es una alineación de unos 270 km de longitud paralela a la costa mediterránea que se extiende desde los Pirineos hasta la Cordillera Ibérica.

    La zona norte de la cordillera está formada por materiales paleozoicos fracturados por la orogenia alpina, con modelado clásico. La cordillera está dividida en dos alineaciones, ambas separadas por una depresión longitudinal, dando lugar a un relieve de colinas suaves y valles.

    Se divide en tres unidades: la Cordillera Prelitoral, la Depresión Prelitoral y la Cordillera Litoral.

  • Cordilleras Béticas: Las Cordilleras Béticas son un conjunto montañoso de unos 600 km de longitud que se prolonga entre Gibraltar y el cabo de la Nao. Creadas tras la orogenia alpina al chocar las placas ibérica y africana, están compuestas por materiales mesozoicos calcáreos y paleozoicos silíceos.

    Están divididas en dos grandes alineaciones: Subbética y Penibética, y entre ellas se encuentra la Depresión Intrabética.

    • Cordillera Subbética: se sitúa en el interior. Está formada por materiales mesozoicos y cenozoicos, levantados tras la orogenia alpina. Destacan las sierras de La Sagra, Segura, Cazorla y Cabra.
    • Cordillera Penibética: bordea la costa mediterránea. Está formada por materiales paleozoicos y rocas calcáreas mesozoicas y destacan los picos más altos de la cordillera: el Mulhacén, el Veleta (ambos en Sierra Nevada), y las sierras de Ronda, Gádor, Baza, Filabres y Tejeda.
    • Depresión Intrabética: entre las cordilleras Subbética y Penibética. La Depresión Intrabética se encuentra fragmentada en varias depresiones pequeñas. Se rellenó con materiales terciarios debido a la aridez del clima.

    En las sierras donde encontramos materiales calcáreos destaca la presencia de paisajes cársticos. Debido al desnivel entre las cordilleras, las depresiones y el litoral mediterráneo, los ríos han tenido un importante papel erosivo que ha determinado la aparición de cañones y terrazas. En lo referente al glaciarismo, éste sólo afectó a las sierras más elevadas de las Cordilleras Béticas.

  • Depresiones del Ebro y Guadalquivir: Las depresiones del Ebro y del Guadalquivir son dos fosas de forma triangular colmatadas después de la orogenia alpina por sedimentos cenozoicos procedentes de las dos cordilleras alpinas: los Pirineos y las Cordilleras Béticas.
    • La depresión del Ebro: Situada en el noreste peninsular, entre la Cordillera Ibérica y las Cordilleras Costero-Catalanas. Se abre al Mediterráneo y se corresponde con el valle del río Ebro.

      Los diferentes materiales sedimentarios han dado lugar a plataformas llamadas mesas o muelas, badlands, barrancos y cerros testigo.

    • La depresión del Guadalquivir: Constituye una llanura de forma triangular abierta al Atlántico. Está limitada por Sierra Morena, la Cordillera Bética y el océano Atlántico. Es una zona hundida durante la orogenia alpina y colmatada con sedimentos cenozoicos. El relieve modela campiñas suavemente onduladas. La zona occidental de la depresión está sometida a inundaciones del mar y del río, lo que ha formado las marismas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *