El Medio Natural como Recurso y los Problemas Medioambientales

El Medio Natural como Recurso

El relieve como recurso

El ser humano siempre ha buscado los lugares más favorables para vivir. En épocas inestables se ha situado en las montañas y en épocas de paz en los valles. Las mejores zonas agrarias están localizadas en las zonas llanas y bajas. El relieve también proporciona recursos minerales.

El relieve afecta a las comunicaciones, dificultando la comunicación debido a su disposición periférica y aumentando los costes de construcción de las vías de comunicación por culpa de las pendientes. También puede constituir un atractivo turístico. Las zonas costeras no son favorables para construir puertos debido a que son rectilíneas, pero favorecen el turismo debido a sus extensas playas.

El clima como recurso

El clima influye en la distribución de la población y en el hábitat. La población evita las zonas de clima de montaña y de sequía extrema. También influye en la agricultura, ya que los cultivos necesitan unas temperaturas y precipitaciones concretas. En España estas no son favorables ya que en mucho territorio las temperaturas son extremas, y las precipitaciones son, en general, escasas e irregulares.

La atmósfera aporta fuentes de energía renovables y limpias. El viento genera electricidad en las centrales eólicas. El sol suministra energía solar. Las lluvias regulares del norte nutren a los ríos que proporcionan energía hidráulica. El clima interviene en algunas actividades del sector terciario, como el transporte o el turismo.

El agua como recurso

El agua es necesaria para la vida en la Tierra y para muchas actividades humanas, por eso la mayoría de las poblaciones se sitúan cerca de recursos hídricos. Entre los usos del agua están: el regadío agrario, los usos mineros e industriales, y los domésticos y municipales. El consumo de agua por persona en España está entre los más altos del mundo. Otros usos del agua son la pesca, la acuicultura, la producción hidroeléctrica, la navegación y los deportes náuticos.

En España, los recursos hídricos proceden de las precipitaciones que alimentan las aguas superficiales y los acuíferos. Del volumen total, sólo queda disponible un 32%. Otros recursos hídricos aprovechados son:

  • Algunos lagos pirenaicos, localizados a más de 2.000 metros de altitud, que se aprovechan para producir energía eléctrica.
  • Los acuíferos se aprovechan mediante pozos y galerías para usos agrícolas, industriales y urbanos.
  • El agua del mar y el agua salobre, subterránea o no, se aprovechan mediante la técnica de la desalación.

La vegetación como recurso

La vegetación es muy importante para la vida, ya que en la fotosíntesis la vegetación recoge el CO2 de la atmósfera y desprende oxígeno. También proporciona alimentos; aporta materias primas para diversas industrias, fuentes de energía y constituye un recurso para el ocio. Contribuye a la protección y la mejora del medio ambiente: reduce la contaminación atmosférica, reduce la evaporación del agua al proyectar sombra en ella, reduce el riesgo de inundaciones; protege el suelo y evita el choque directo de la lluvia contra él.

El suelo como recurso

El suelo influye en el poblamiento, ya que es en los suelos más fértiles donde se asienta más población y además utiliza los elementos del entorno para construir sus casas. La producción agraria depende de la fertilidad del suelo. Las infraestructuras resultan afectadas por algunas características del suelo.

Los Problemas Medioambientales

La alteración del relieve

El relieve continental es alterado por las actividades de minas y canteras y por la construcción de infraestructuras, como túneles y carreteras. Las soluciones a este problema se han centrado en la restauración de los espacios afectados.

El relieve costero está sometido a fuertes alteraciones. A la erosión marina se añaden la presión urbanística, la desaparición de playas por la eliminación de grava y arena y la construcción de estructuras artificiales como, por ejemplo, diques. Frente a estos problemas, la política de costas pretende recuperar progresivamente su “naturalidad” controlando las nuevas instalaciones, demoliendo las que vulneran la ley de costas y recuperando los espacios degradados (Plan Director para la Sostenibilidad de la Costa).

La contaminación atmosférica

La contaminación atmosférica se debe a la emisión de productos como el monóxido de carbono, el dióxido de carbono, el dióxido de azufre, el óxido de nitrógeno, las partículas de polvo y humo y el cloro. Proceden de la combustión del fuel y del carbón rico en azufre de las centrales térmicas; de las emisiones de muchas industrias; de los automóviles; de las calefacciones domésticas…

Entre las consecuencias de esta contaminación cabe destacar la lluvia ácida, la disminución de la capa de ozono, el efecto invernadero y la campana de polvo y contaminación sobre las ciudades.

La contaminación acústica

El ruido ambiental se considera también un contaminante atmosférico, pues, aunque no añade sustancias dañinas a la atmósfera, deteriora la calidad ambiental. Sus causas principales son el tráfico, ciertas actividades industriales y diversos establecimientos urbanos (discotecas, bares…). Sus consecuencias son cefaleas, fatiga auditiva, sordera, hipertensión, ansiedad, cansancio, agresividad e insomnio.

La sobreexplotación y la contaminación de las aguas

La sobreexplotación es el resultado del aumento del consumo de agua para usos agrarios, urbanos e industriales. Esto ha impulsado la construcción de obras hidráulicas dirigidas a la captación masiva o a su regularización. Ello ha provocado una modificación del cauce y el caudal de los ríos y ha sobreexplotado los acuíferos, produciendo un descenso de su nivel.

La contaminación de las aguas proviene de la evacuación de los desechos producidos por el ser humano. Cuando el volumen es excesivo, impide la oxigenación y repuración natural del agua. La contaminación se origina a partir de diversas actividades económicas:

  • La contaminación rural.
  • La contaminación industrial.
  • La contaminación urbana.

Los daños, alteración y destrucción de la vegetación

Se debe a la agricultura y la ganadería, la ocupación urbana, las instalaciones industriales… Se han construido eliminando bosques. Los incendios forestales afectan a extensas superficies arboladas. Se producen con mayor frecuencia en verano.

La contaminación, la erosión y la desertificación del suelo

La contaminación del suelo es provocada por los vertidos industriales y urbanos.

Los residuos sólidos urbanos

Estos residuos tienen un papel destacado, debido al carácter no biodegradable de muchos de ellos. El incremento de su producción ha hecho que, con el paso del tiempo, en las periferias de muchas ciudades y pueblos proliferen vertederos, algunos de ellos incontrolados, que contaminan el suelo y el agua. Los vertederos controlados también tienen incidencia medioambiental a través de la alteración paisajística de las zonas donde se instalan.

La reducción de la biodiversidad

La biodiversidad o diversidad de especies se ve amenazada por algunas actividades humanas. Entre ellas, la alteración de los hábitats naturales; su fragmentación mediante las infraestructuras de transporte, o la selección genética practicadas por la agricultura y la ganadería en favor de las especies más rentables.

Como consecuencia, algunas especies se encuentran amenazadas y se hallan en peligro de extinción (oso pardo, lince ibérico, foca monje) o en riesgo de desaparición a medio plazo. Frente a este problema, se ha elaborado un Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, con el fin de protegerlas y de adoptar medidas para salvaguardar sus ecosistemas. Entre ellas figuran la recuperación de su hábitat natural y la creación de corredores ecológicos que garanticen la conexión entre los diferentes espacios naturales.

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